No quiero pecar de
apresurado al emitir un juicio apenas unas horas del triunfo del candidato
republicano, Donald Trump, en las elecciones 2016. Dos factores, sin embargo,
deben ser tenidos en cuenta: el primero de ellos es que el Congreso USA
continúa con mayoría republicana, reafirmándose –ahora con un mandatario del
mismo partido en la Casa Blanca– el
posicionamiento de la derecha conservadora en el poder. La otra es la
implementación de la Plataforma Republicana 2016 apenas Trump ocupe la Oficina
Oval.
Dicha plataforma del
partido republicano, incluida en el epígrafe “La Familia de las Américas”, está
interesada en desmantelar el proceso de acercamiento entre Cuba y los EEUU o,
al menos, aumentar las presiones para abrir paso al derrumbe del socialismo en
Cuba de una manera menos refinada que las pretensiones de Obama. La visión
retrógrada sobre Cuba, apegada al mantenimiento del bloqueo, la imposición de
la injerencia del discurso subversivo de Radio y TV Martí, el mantenimiento de la
criminal y cuestionada Ley de Ajuste Cubano y de la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre,
son algunos de los esperados pasos de la futura administración Trump favorecida
por el Congreso USA.
De hecho, se espera
un apoyo más descarado a la contrarrevolución interna y a la guerra mediática
contra Cuba, implementando nuevos programas más agresivos y a corto plazo, en
un desesperado interno de vulnerar nuestra gobernabilidad. El chantaje y la
amenaza de estancar el proceso de acercamiento diplomático con vistas a
reforzar artificialmente a la subversión interna es otro esperado escenario con
Trump. Dentro de este proceso se contempla forzar a Cuba para que en el 2018 se
realicen elecciones al estilo USA –tan típicas por su amañado y cuestionada
intención de favorecer siempre a una minoría–, lo que nunca aceptaremos no solo
por su mala intencionalidad sino por respeto a nuestra soberanía.
Tampoco sé hasta qué punto las promesas de Trump a los mafiosos de
Miami serán cumplidas por éste o fue mero engaño electoral. No se lleven a
engaños aquellos que piensan que llegó el ilusorio día “D” para Cuba. Hemos
resistido a administraciones agresivas y hemos sabido continuar adelante.
Estamos preparados para los nuevos desafíos que se avecinan, a la par que
reiteramos nuestra buena voluntad de continuar el diálogo respetuoso con EEUU
bajo el mandato de Trump, pero sin hacer dejación de nuestros principios
soberanos. Las puertas de Cuba están abiertas para el norteamericano honesto y voto porque este proceso sea irreversible.