A
raíz de la visita a Estados Unidos del llamado Capitán de Capitanes,
Antonio Pacheco, han surgido comentarios sobre su posible asilo
político o trámites de refugio en el norteño país.
Entre la incertidumbre y la realidad el único hecho real, probado y
que podía comprobarse con facilidad era, que el llamado Capitán de
Capitanes estaba en Tampa, junto a su esposa, incluso desde varias
semanas atrás, tal y como reflejaba un video casero tomado por el
pelotero Yobal Dueñas y circulado en youtube.( www.youtube.com/watch?v=IiMymTM01m8)
A partir de ahí, la noticia comenzó a girar, como casi siempre pasa,
al tono político, sin probar con autoridades migratorias u otras fuentes
los términos de “asilo o refugio”, sin declaraciones del principal
protagonista del hecho, a quien solo mostraban y valoraban, una y otra
vez, como la última derrota del sistema deportivo y, por supuesto, del
sistema social construido en Cuba desde 1959.
Y es cierto que Pacheco no solo fue un ídolo del béisbol, sino de un
país. Fue uno de sus grandes ejemplos y modelos de deportistas por más
de dos décadas.
Entre otros importantes y únicos lauros integró todas
las selecciones nacionales de béisbol desde las categorías infantiles
hasta las mayores. Dirigió luego el equipo Santiago de Cuba con el que
se coronó tres veces y en el 2008 estuvo al frente del conjunto nacional
en los Juegos Olímpicos de Beijing, donde terminó con plata.
Sin embargo, volvamos a la noticia y no al jonrón mediático que han
querido dar algunos de los sitios en internet más agresivos, que
replicaron el reporte a partir de la interpretación que más convenía
para desmoralizar no a Pacheco, sino a la Revolución Cubana.
¿Que el otrora camarero decidiera viajar desde Canadá, donde tenía un
contrato de trabajo legal y público, hacia Estados Unidos para visitar o
emprender un proyecto de trabajo junto a Yobal Dueñas y el receptor
Ángel López (algo que no lo dice nunca el video casero y se puede
comprobar) es acaso delito si aplicamos las leyes establecidas en el
país norteño o la más reciente política migratoria aprobada en nuestro
país?
Podemos muchos no compartir moral, afectivamente y hasta en lo
político la decisión de Pacheco respecto al lugar escogido para su nuevo
trabajo si finalmente es cierto que trabajará allí. Pero eso no
significa que deje de ser cubano ni que sea un enemigo para su pueblo,
siempre y cuando no se dedique al tráfico o piratería de nuestros
talentos del béisbol, a desdeñar lo que aprendió en toda su carrera
deportiva, a inflar mentiras e historias pasadas o coquetear con los
terroristas que sí quieren hundir a Cuba y a los millones que vivimos
aquí.
Y hasta hoy 29 de julio no lo ha hecho. Ninguna declaración,
entrevista o aparición pública suya puede consultarse en medios de
prensa estadounidenses, redes sociales, blog, etcétera, y los propios
sitios antes mencionados reconocen —al menos uno lo hizo— que no
pudieron contactar a Pacheco o lo que es igual, no quiso dar
declaraciones.
En el propio video mencionado no hay tampoco ni una palabra suya, lo cual sigue mostrando que estamos en presencia de algo tan normal como irse a trabajar a un lugar que no es su país y punto.
Es cierto que a muchos santiagueros, colegas y cubanos nos duele y no
estamos acostumbrados todavía a deslindar las pasiones, la política y
la cubanía con acciones como estas, porque resulta verdaderamente
difícil deslindarlas cuando son nuestros íconos los que están en la
acera del vecino que más asfixiado nos ha tenido por más de cinco
décadas.
A diferencia de lo que los medios no han dicho, este periodista sí
tiene una declaración de Pacheco (grabada), tras una entrevista
concedida en el estadio Guillermón Moncada en el 2009. Una de las
preguntas versaba sobre su decisión de haberse quedado en Cuba a partir
de las tantas ofertas que recibió para jugar en Grandes Ligas. Recordar
su respuesta no es hoy una defensa a su persona, es solo una huella de
lo consecuente que espera todavía su pueblo que sea, viva donde viva.
“Pacheco no se quedó porque, con toda sinceridad, vengo de una
familia muy humilde, de un padre muy sacrificado, que me dieron una
formación donde lo principal siempre fue el amor a la patria, el amor a
su familia, a sus amigos, a este pueblo que ve a uno. Fui criado y
formado de esa forma y después que tuve la posibilidad, la oportunidad
de crecer, de ver y de poder pensar vi que el mundo no es como a veces
nos los ponen o nos venden.
Jamás me pasó por la mente dejar un equipo o abandonar el país. Me
mantuve siempre en la línea que tenía que mantener. Le doy gracias a mis
padres por la formación que me dieron, a mi familia, a los amigos que
se reunieron conmigo y me hablaban, a los dirigentes que hablaron
conmigo, a nuestro Comandante en Jefe, que es una gente de principio y
me enseñó que esta era una sola línea.
Y soy feliz, quizás no tenga todo lo que tenía que tener, pero tengo
muchas cosas, tengo mucho, mucho cariño de la gente y olvídate que me
voy a morir rico con eso”.
Ojalá no se olvide nunca de morir rico con su gente.
(por: Joel García, especial para CubaSi)
Escambray
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