La CIA está
nuevamente en aprietos y enfrenta el escándalo sobre las escuchas realizadas a
congresistas estadounidenses que investigaron su involucramiento en la práctica
de torturas. Ayer, la presidenta del comité de Inteligencia del Senado de EEUU,
Dianne Feinstein, acusó a la agencia de abuso de atribuciones al intervenir la
misma a los ordenadores de los congresistas, en una búsqueda de documentos que
pudieran implicarla en tan condenable affaire.
Feinstein,
iracunda, acusó a la CIA de violar tanto a la Cuarta Enmienda de la
Constitución de EEUU, la que establece el derecho a la privacidad, así como la
violación de varias leyes federales, en este arbitrario espionaje que tuvo
lugar mientras el Senado investigó el caso de las torturas entre el 2009 y el 2013.
Dicha investigación
corroboró diversos abusos y violaciones por parte de la CIA durante
interrogatorios a prisioneros, en los cuales sus agentes mostraron desproporcionada
hacia los sospechosos que fueron interrogados por ellos.
Mientras tanto, el
diferendo se encuentra en manos de la Secretaría de Justicia, pero muchos son escépticos
en cuanto a que los ciudadanos puedan conocer estas horrorosas verdades.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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