Un artículo del
periodista Eric Tucker difundido por AP y titulado “FBI intenta preservar
herramientas de vigilancia en ley”,
destaca que esta agencia federal, con independencia de las decisiones que
adopte el Senado al reunirse el domingo venidero, está interesada en mantener otras herramientas de vigilancia menos
conocidas, pero que son más útiles en la lucha contra el terrorismo.
El FBI defiende el
empleo de la intercepción de llamadas telefónicas de sospechosos de actividad
delictiva, así como el monitoreo permanente de sus actividades.
Es por ello que,
independientemente de que el 1 de junio pudiera derogarse esta ley, el FBI
apuesta por mantener las facultades relacionadas con los elementos solitarios y
las escuchas telefónicas ambulantes, así como busca una disposición separada de
la ley antiterrorista que permita al FBI obtener órdenes judiciales secretas
para recabar documentos como expedientes de hotel y registros de viajes durante
pesquisas sobre terrorismo, algunas de las cuales quedarían vulnerables ante el
plazo fijado por el Congreso.
Comey cuenta con el
apoyo expreso de la actual secretaria de Justicia, Loretta Lynch, quien evaluó
como necesarias esas herramientas de espionaje interno para enfrentar al
terrorismo y la delincuencia.
Esta demanda del
FBI y del Departamento de Justicia choca con la postura de la Unión Americana
de Libertades Civiles (ACLU), la que argumenta que el FBI cuenta con abundantes
prerrogativas y afectan a la privacidad de los ciudadanos.
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