Si el cargo de
Presidente de Estados Unidos es considerado hoy el trabajo más estresante del
mundo, hace 150 años quizás era el más letal.
Es lo que sostienen
algunos estudiosos de la historia presidencial estadounidense, sobre todo los
más aficionados a las teorías de las conspiraciones, al revisar la vida y sobre
todo las muertes prematuras, inesperadas, de tres de las cuatro personas que
ejercieron la presidencia de este país entre 1840 y 1850.
Según registros
detallados de la historiografía presidencial estadounidense, a William Henry
Harrison, James K. Polk y Zachary Taylor los une el hecho de haber sido electos
a la primera magistratura a partir de 1840 y de haber muerto de causas
similares –o relacionadas– cuando menos se esperaba.
¿Los mató la Casa Blanca,
como muchos llegaron a sostener? ¿Fue obra de una maldición? ¿O más bien de
magnicidas o rivales políticos? ¿Quizás de una bacteria? ¿Qué misterio se
oculta en estas muertes insospechadas?
No fue la neumonía
sino la gastroenteritis
William Henry
Harrison, el noveno Presidente de Estados Unidos, electo en 1840 y cuya gestión
duró tan solo 32 días, del 4 de marzo al 4 de abril de 1841, día de su
fallecimiento.
Se cuenta que el 26
de marzo, Harrison enfermó: un resfriado atribuido a las condiciones del tiempo
para el día de su toma de posesión, cuando pronunció un discurso de hora y
media de duración.
Naturalmente, hoy es
un despropósito pensar que una gripe pueda atacar o manifestarse a las tres
semanas de contraída, pero en aquel tiempo aquello fue una certeza de los
médicos.
El Presidente
empeoró, comenzó a padecer de fiebres, problemas respiratorios y otros síntomas
asociados presuntamente a la neumonía y la pleuritis.
De muy poco sirvieron
los tratamientos con opio, aceite de ricino, sanguijuelas y arbustos
silvestres.
Historiadores que
posteriormente revisaron los diarios del médico personal de Harrison –en donde
hay registros de indigestión, constipación y distensión abdominal– sospechan
que su muerte pudo estar más relacionada con la gastroenteritis producida por
la bacteria de la salmonella que con la neumonía.
Harrison sufrió de
dolores y delirios afiebrados hasta que expiró el 4 de abril de 1841 en plena
Casa Blanca.
Fue el primer
presidente de Estados Unidos que murió en ejercicio de sus funciones y el que
menos tiempo ha permanecido en el cargo.
“Diarrea violenta”
A la muerte de
Harrison, asumió la presidencia John Tyler, quien había sido electo
vicepresidente en las elecciones de 1840.
Tyler, por cierto,
gobernó hasta 1845 sin mostrar signos de deterioro o enfermedad; de hecho,
murió casi 17 años después de abandonar la presidencia, en enero de 1862.
Leyendas Urbanas
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