En un giro
aparentemente político y encaminado a buscar mayor sustento a su
administración, así como un clima de distensión mientras gana tiempo a su
favor, el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, realizó hoy una visita
al Cuartel General de la CIA en Langley, Virginia, donde ofreció su incondicional
apoyo a esta agencia y a las 17 que
conforman los servicios de inteligencia de dicha nación.
Entre halagos para la
CIA –desmedidos para muchos de los expertos– Trump trató de minimizar el clima
de confrontación que mantuvo con los servicios de inteligencia a raíz de sus
encontronazos sobre el supuesto apoyo que habría recibido de Rusia para ganar
las elecciones presidenciales. Hay quien presume que esta visita sirvió para
intentar enfriar las potenciales amenazas contra su vida y su gestión política
por parte de la CIA y el Deep State. A la par, culpó a los grandes medios de
comunicación de manipular sus diferencias con la inteligencia USA, usándolos
como cabeza de turco.
En sus palabras
prometió que su equipo dispondrá de un informe completo” sobre ciberataques y
filtraciones, el cual pondrá disposición de todos los interesados en un término
de 90 días. No obstante, centró su discurso en la necesidad de acabar con el
terrorismo del Estado Islámico como primera prioridad de la inteligencia
norteamericana. ¿Una salida inteligente? El tiempo lo dirá.
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