Fue a
mediados de diciembre del pasado año 2011 que pudo precisarse que la segunda
visita del Papa Benedicto XVI a América Latina, esta vez a México y a Cuba (la
primera fue a Brasil en el 2007), se produciría en la primavera del 2012, antes
de las celebraciones de Semana Santa y de su cumpleaños, el 16 de abril.
Desde el
principio Benedicto XVI habló claro sobre los objetivos de su viaje. El 16 de
diciembre la prensa internacional circulaba estas declaraciones de Su Santidad:
“Viajaré a México y a Cuba antes de la Santa Pascua de 2012 para proclamar allí
la Palabra de Cristo y afianzar la convicción de que éste es un tiempo precioso
para evangelizar con una fe recia, una esperanza viva y una caridad ardiente”.
La misión pastoral que le lleva a Cuba en el Año Jubilar por el aniversario 400
de la aparición de la Virgen de la Caridad del Cobre fue confirmada por el
Cardenal Jaime Ortega durante la Misa de Clausura de la Peregrinación Nacional
de la Virgen, pronunciada el 30 de diciembre pasado frente a la bahía de la
ciudad de La Habana.
A pesar
de la publicación de una agenda minuciosa con todos los detalles de la visita,
hay personas y ciertos grupos que están ejerciendo presión política sobre la
Iglesia Católica para obstruir y si es posible abortar el evento. El viernes 2
de marzo el propio Cardenal Ortega confirmaba a la agencia AFP sobre dichas
presiones; que parten de expectativas políticas ajenas a este tipo de visita
Papal. Pero quiero ser más preciso en lo que de verdad sucede; y es que hay
personas que se están prestando al juego de unas fuerzas extrañas a Cuba, para
hacer quedar mal al país ante los invitados. Este tipo de rejuego, por cierto,
no existe en el caso de la vista del Papa a México; país agitado por la
violencia, problemas de secuestro y gobernabilidad. Pero el caso cubano siempre
es especial para la prensa internacional y, por supuesto, para la prensa de
Miami.
El
pasado 4 de marzo la actual presidenta de las Damas de Blanco Berta Soler dio
una entrevista a la mal llamada emisora Radio Martí donde exigía que Su Santidad
Benedicto XVI le concediera una audiencia especial, de “aunque sea un minuto”,
para cuestionar las relaciones de la Iglesia con el gobierno cubano y calumniar
los resultados de ese diálogo, del cual su propia familia se ha beneficiado con
la liberación de su esposo Ángel Moya.
No
obstante las autoridades católicas de la isla, que siempre han tenido una
actitud compasiva con las Damas de Blanco, dieron una respuesta formal al
pedido. El pasado miércoles 8 de marzo una representación de Las Damas de
Blanco, que incluyó a Berta Soler, se reunió con Monseñor Ramón Suárez Polcari,
quien les dijo que sería muy difícil el encuentro solicitado porque la agenda
del visitante estaba “muy cargada”.
A
pesar de la explicación, Berta Soler no ha dejado de exigir con impropia
autoridad que el Papa le tiene que dar ese “minuto”. Y la prensa anticubana,
como siempre, se la ha pasado divulgando el plante de la señora como si fuera un
acto heroico. Esta insistencia de Berta Soler me deja varias
inquietudes. La primera tiene que ver con el sentido común, con la disciplina
ante un itinerario anunciado, de la cual parece carecer la señora Soler: ¿En qué
momento quiere Berta Soler que Benedicto XVI le otorgue ese “minuto”? Porque
según la agenda oficial que seguramente ella conoce, el tiempo del Papa en Cuba
está lo suficientemente ocupado desde el lunes 26 de marzo a las 2 de la tarde
que llega a Cuba, hasta el miércoles 28, cuando oficiará misa en la Plaza de la
Revolución a las 9:00 de la mañana y luego se despedirá. Un
total de 51 horas de visita en Cuba, en las que tendrá que sacar tiempo además
para viajar, meditar, leer, asearse, vestirse, descansar por la intensidad del
trabajo y su avanzada edad, y pedir por todos.
Si
Berta Soler y sus aliados han perdido el sentido de la realidad, por lo menos no
pierdan el sentido del tiempo. Es tan evidente que el Papa no podrá conceder la
reunión que le piden, que resulta claro que lo único que desean es pleitear la
visita; sabotearla. ¿Para qué? Pues para lo que la misma Berta Soler dijo a la
referida emisora; para denunciar que no la dejan ir a misa ni desfilar por las
calles de La Habana. Lo que es una gran mentira; probada por el hecho de que esa
misma declaración Berta Soler la dio desde la Iglesia de Santa Rita, el domingo
4 de marzo.
La
forma en que ese boicot a la visita del Papa opera sigue el mismo guión de
siempre y hasta se repiten los personajes. Si se entra ahora mismo a la página
en internet de Radio Martí, se encuentra una noticia reportada por Vladimir Calderón Frías, quien se auto titula
Presidente del Partido Republicano de Cuba, el mismo al que dicen pertenecía
Orlando Zapata Tamayo. La noticia asegura que varias iglesias de la isla han
sido “ocupadas” por los opositores, citando entre ellas a “la Iglesia de La Caridad, en La Habana; la Iglesia San Isidoro, en
Holguín; la Iglesia San Jerónimo, en Las Tunas, así como otras dos iglesias en
Santiago de Cuba y Pinar del Río.” La manipulación se redondea cuando se da como
motivo de la “ocupación” la pretendida parcialidad de la visita del Papa, y
cuando se agrega que la policía está a punto de aplicar la fuerza. Lo reportado
ni es verdad, ni hace falta que lo sea; basta con que alguien llame por teléfono
y diga cosas como esta para que toda una red de periódicos, sitios en internet,
emisoras de radio y televisión en Miami y en España lo repitan, para intentar
deslegitimar así la visita de su Santidad Benedicto XVI. De paso, los centenares
de personas que viven en Miami de criticar a Cuba consiguen el pretexto del día
para hacer eso que falsamente entienden como periodismo. Estas operaciones en
Miami implican también una gran presión sobre autoridades católicas como el
Arzobispo Thomas Wenski, quien promueve la participación de miembros de su
diócesis en la visita pastoral de Su Santidad a la isla. Los medios que
manipulan las mentiras que urden supuestos periodistas independientes, obligan a
quienes desean viajar al encuentro jubilar en Cuba a dar explicaciones de sus
actos, como si hacer lo correcto desde el punto de vista de su fe fuera en
verdad un delito.
Por
demás, creo que es válido preguntar: si las Damas de Blanco, que son unas pocas
personas, un movimiento inventado, pueden exigir que el Papa las reciba, ¿no
tendría el mismo derecho a demandar su “minuto” la Organización de Pioneros José
Martí, con más representatividad que ellas por tratarse de un millón y medio de
niños y adolescentes cubanos? ¿No podría aspirar también a su “minuto” la
Federación de Mujeres Cubanas, con casi cuatro millones de afiliadas? O la
Federación Colombófila de Cuba, con más de 6 mil asociados especializados en el
cuidado y cría de palomas mensajeras. O la Federación Cubana de Esperanto, con
miles de seguidores. O la Asociación Nacional de Orquestas de Charangas,
reconocida por el Ministerio de Cultura, y que se la pasa trabajando todo el año
para divertir al pueblo. Si todas las asociaciones y clubes de Cuba exigieran su
“minuto de fama”, entonces, ¿cuánto duraría la visita de Benedicto
XVI?
No
quiero terminar este comentario sobre el desubicado pedido de Berta Soler y
compañía sin compartir una gran preocupación. Tengo que confesarles que no
entiendo muy bien las razones de la predilección de algunas de esas Damas de
Blanco por señalarse en público junto a figuras que son de lo más discutible que
ha dado Miami. La difunta Laura Pollán reconoció, sin que nadie se lo pidiera,
que el convicto por terrorismo Santiago Álvarez Magriñá le enviaba
financiamiento y presentes. Su protegido Luis Posada Carriles, terrorista
confeso y bajo pedido de extradición por Venezuela y casi seguro por Panamá,
parece ser la persona escogida por Reina Luisa Tamayo para exhibirse en Miami y
posar en fotos. Y ahora aparece Luis Zúñiga Rey en el programa de televisión de
Oscar Haza, en la noche de ayer martes 13 de marzo, como el gran defensor de
Berta Soler en Miami. El mismo Zúñiga que se infiltró en Cuba para cometer
delitos violentos, que perteneció a la Fundación Nacional Cubanoamericana y
ahora al CLC, que como protegido de Pedro Roig difamó a Cuba desde Radio Martí y
forma parte del grupo de confianza del Alcalde de Miami Tomás Regalado. Como les
decía, es un poco sorprendente el tipo de selectividad que siguen estas
personas; es como si escogieran siempre, de lo malo, lo
peor.
Por
Edmundo García
No hay comentarios:
Publicar un comentario