Expertos en los EE.UU.
piensan que de haber un ataque aéreo israelí contra las instalaciones
del programa nuclear iraní, las represalias de Irán se centrarían en el
cierre del Estrecho de Ormuz, ataques terroristas y quizás el
lanzamiento de misiles balísticos. Según el Washington Times, de acuerdo
a un asesor del Mando Central de EE.UU. (U.S. Central Command) se
espera que como respuesta a una ofensiva aérea israelí Irán lanzaría
misiles balísticos contra bases estadounidenses en Afganistán y Kuwait,
atacaría a petroleros en el Golfo Pérsico para estrangular el flujo de
crudo por el Estrecho de Ormuz y promovería atentados terroristas en
Irak contra diplomáticos, asesores y mercenarios norteamericanos. Una
intervención conjunta de EE.UU. e Israel contra Irán podría provocar
algunas si no todas estas amenazas, las cuales también podrían llevarse a
cabo si EE.UU. llega a atacar objetivos navales y militares iraníes con
el fin de mantener el Estrecho de Ormuz abierto al tráfico marítimo, de
querer los iraníes cerrarlo.
Hay otra posibilidad que no debe de descartarse, de estar envuelto EE.UU. en una ofensiva aérea y con misiles contra objetivos iraníes, y es que Irán podría invadir Afganistán para atacar, destruir y capturar a las fuerzas estadounidenses y de la OTAN operando en territorio afgano. Esta posibilidad al parecer no ha sido considerada en general por los expertos. Actualmente hay unas 130,000 tropas de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF por sus siglas en inglés) de la OTAN y a la que contribuyen 50 países, incluyendo unos 90,000 soldados estadounidenses y a un variopinto mosaico de unidades de países no miembros de la Alianza Atlántica como Australia, Georgia, Emiratos Árabes Unidos, Irlanda, Mongolia y Tonga. Como parte de la retirada de sus fuerzas de Afganistán, EE.UU. planea repatriar a unos 23,000 soldados para septiembre, quedando unos 67,000 para fines del 2012. Con sus líneas de reaprovisionamiento logístico demasiado extendidas y vulnerables, y sin tener muchos sitios a donde ir, las 130,000 tropas de la OTAN en suelo afgano se exponen a que sus suministros sean cortados en caso de una guerra con Irán, y en el peor caso a verse acorraladas sin poder escapar de desencadenar Irán una ofensiva en gran escala en Afganistán. Para ello Irán posee unos 750,000 soldados del ejército regular incluyendo reservas, 250,000 del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica Pasdarán y hasta 1 millón de miembros de la Fuerza de Resistencia Basij tras su movilización. Irán dispone en total de unos 20,150,000 varones aptos para el servicio militar.
Además, las unidades de la ISAF están desplegadas no para oponerse a una invasión convencional iraní sino para combatir en una guerra contra la insurgencia talibán y para llevar a cabo tareas de reconstrucción de infraestructura civil y de entrenamiento de las fuerzas militares afganas. Para cumplir estas misiones, las bases de la ISAF están concentradas en el este, sur y norte de Afganistán. Peor aún, la frontera de Afganistán con Irán está prácticamente desprotegida, por estar la mayor parte de las fuerzas de combate de EE.UU. y de sus aliados desplegadas en el este y sur de Afganistán, muchas de las cuales vigilan la frontera afgana con Pakistán.
Hay otra posibilidad que no debe de descartarse, de estar envuelto EE.UU. en una ofensiva aérea y con misiles contra objetivos iraníes, y es que Irán podría invadir Afganistán para atacar, destruir y capturar a las fuerzas estadounidenses y de la OTAN operando en territorio afgano. Esta posibilidad al parecer no ha sido considerada en general por los expertos. Actualmente hay unas 130,000 tropas de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF por sus siglas en inglés) de la OTAN y a la que contribuyen 50 países, incluyendo unos 90,000 soldados estadounidenses y a un variopinto mosaico de unidades de países no miembros de la Alianza Atlántica como Australia, Georgia, Emiratos Árabes Unidos, Irlanda, Mongolia y Tonga. Como parte de la retirada de sus fuerzas de Afganistán, EE.UU. planea repatriar a unos 23,000 soldados para septiembre, quedando unos 67,000 para fines del 2012. Con sus líneas de reaprovisionamiento logístico demasiado extendidas y vulnerables, y sin tener muchos sitios a donde ir, las 130,000 tropas de la OTAN en suelo afgano se exponen a que sus suministros sean cortados en caso de una guerra con Irán, y en el peor caso a verse acorraladas sin poder escapar de desencadenar Irán una ofensiva en gran escala en Afganistán. Para ello Irán posee unos 750,000 soldados del ejército regular incluyendo reservas, 250,000 del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica Pasdarán y hasta 1 millón de miembros de la Fuerza de Resistencia Basij tras su movilización. Irán dispone en total de unos 20,150,000 varones aptos para el servicio militar.
Además, las unidades de la ISAF están desplegadas no para oponerse a una invasión convencional iraní sino para combatir en una guerra contra la insurgencia talibán y para llevar a cabo tareas de reconstrucción de infraestructura civil y de entrenamiento de las fuerzas militares afganas. Para cumplir estas misiones, las bases de la ISAF están concentradas en el este, sur y norte de Afganistán. Peor aún, la frontera de Afganistán con Irán está prácticamente desprotegida, por estar la mayor parte de las fuerzas de combate de EE.UU. y de sus aliados desplegadas en el este y sur de Afganistán, muchas de las cuales vigilan la frontera afgana con Pakistán.
De llevar a cabo una ofensiva terrestre contra las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN en Afganistán, las fuerzas iraníes probablemente se concentrarían en atacar el sector del Mando Regional Oeste de la ISAF, guarnecido por unos 4,400 soldados de la OTAN y liderado por el contingente italiano basado en la ciudad afgana de Herat. El schwerpunkt de una ofensiva iraní, o sea, el punto focal o punto de máximo esfuerzo ofensivo sería por la carretera que conecta la ciudad iraní de Mashhad con Herat. Los iraníes capturarían la base aérea de Herat y al avanzar hacia el sur por la carretera nº 1, la única de Afganistán, ocuparían las antiguas bases aéreas soviéticas en Mir Daud, Shindand y Farah en el oeste de Afganistán. Atacando desde la ciudad fronteriza de Zaranj, los iraníes podrían capturar a la antigua base aérea soviética en la cercana población afgana de Dasht-e-Amiran. Las fuerzas iraníes que avanzasen hacia el sur siguiendo la carretera nº 1 intentarían ocupar la importante ciudad de Kandahar, sede del Mando Regional Sur bajo los británicos. La captura de Kandahar cortaría el acceso a la ciudad paquistaní fronteriza de Chaman, importante punto de entrada de suministros para la ISAF desde Pakistán pasando por la ciudad de Quetta. De Irán intervenir en Afganistán, los talibán se aprovecharían para atacar, teniendo las fuerzas de la OTAN que enfrentar a dos enemigos.
Mientras una parte del ejército iraní avanzaría hacia Kandahar, pasando por la ciudad de Lashkar Gah, otra parte atacaría en dirección este desde Herat a la población de Chaghcharan, localizada en las montañas del Hindu Kush y bajo el control del contingente lituano de la ISAF con 237 soldados. Por la ruta de montaña A77 hacia el este desde Chaghcharan una fuerza atacante podría avanzar hasta la población de Behsud, en el distrito de Wardak, a unas 74 millas de la capital afgana de Kabul. La captura de Kabul cortaría a las fuerzas de la OTAN y a Afganistán en dos, con la gran base aérea de Bagram a tan sólo 27 millas al noreste de la capital afgana.
La situación de las fuerzas de la ISAF se complicaría más si Pakistán se declarase neutral y no permitiese el flujo de suministros a la OTAN a través de su territorio ni que bombarderos y cazabombarderos estadounidenses sobrevolasen su territorio para atacar a las fuerzas iraníes que invadiesen Afganistán. Pakistán desarmaría e internaría a todo contingente de la ISAF que cruzase su frontera para escapar. Ante un conflicto regional, Rusia probablemente pararía los vuelos a través de su territorio con suministros para la ISAF, cortando otra ruta vital de aprovisionamiento logístico. La única ruta disponible sería el puente aéreo a través del Cáucaso, partiendo de Bakú en Azerbaiyán sobrevolando el Mar Caspio y Turkmenistán en Asia Central hasta Afganistán. Con la ocupación militar de Herat se cortaría una importante vía de comunicaciones conectando el puerto de Turkmenbashi en el Caspio con Afganistán a través de Turkmenistán. Empero, esta ruta podría verse cortada si Azerbaiyán es presionada para cerrarla, si la fuerza aérea iraní operando desde Mashhad interceptase a los aviones de carga de la OTAN volando sobre Turkmenistán o si éste país es presionado para que cierre su espacio aéreo a los aviones de la OTAN como el resto de los países de Asia Central al norte de Afganistán.
Las fuerzas de la ISAF y EE.UU. en Afganistán corren el riesgo de ser acorraladas de una forma que recordaría al VI Ejército alemán atrapado por el Ejército Rojo en Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial. Una guerra con Irán ha de evitarse para prevenir acontecimientos y desastres imprevistos.
Artículo completo en: http://actualidad.rt.com/mas/blogs/dr_lajos_szaszdi/blog_37646.html?rc=1
Por Lajos Szászdi
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