Este artículo publicado por mí hace cerca de dos años mantiene su total validez. Muchos de los factores incluidos en el análisis están vigentes, aunque se hayan ido modificando o atemperando a los cambios actuales de la correlación de fuerzas en el Ecuador.
Nuevos acontecimientos se han ido desencadenando y serios peligros amenazan a Correa y a la Revolución Ciudadana, los que examinaré próximamente.
Considero que todos nuestros ojos deben estar vigilantes hacia Ecuador. La oligarquía y el imperialismo, contando con la manipulación mediática y el oportunismo de varios líderes dentro del movimiento indígena, tratarán de hacer colapsar el 22 de marzo próximo al gobierno de Correa. Cuentan con motivos y hartos recursos para ello. No cuentan, empero, con el pueblo ecuatoriano y con la solidaridad de todos nosotros.
La batalla está advertida.
Los hechos en Ecuador fueron realmente una intentona golpista de visos militar, político y mediático, por parte de la derecha ecuatoriana y el imperialismo
Autor:
Percy Francisco Alvarado
Fecha
de publicación: 01/10/10
Tras
el demorado operativo de rescate efectuado por miembros de las Fuerzas Armadas
y de la Policía, que condujo a la liberación del presidente de Ecuador, secuestrado en el
Hospital Militar, culminaron cerca de 14 horas de tensión y de espera para el
mundo entero que, temeroso por la suerte de Rafael Correa, se sumó a la condena
casi unánime contra el intento de golpe de estado fraguado contra su gobierno.
Ya
liberado y ante la presencia de millares de miembros del bravío pueblo
ecuatoriano, fue recibido por una multitud ante la sede de Gobierno, donde se
repudiaba a los conspiradores y a los solapados autores intelectuales de la
revuelta policial. Conciliador, por un lado,
expresó que entre los sublevados "no todos eran policías" y
apuntó la responsabilidad del plan golpista hacia el al presidente Lucio
Gutiérrez y su Partido Sociedad Patriótica. Luego, emocionado, agradeció a
todos aquellos que desafiaron el ultraje y la fuerza bruta de los amotinados,
encabezados por ministros, asambleístas,
militantes de Alianza País, así como por
hombres y mujeres sencillos del pueblo. Para ellos el elogio a su
valentía y a su fe en la Revolución Ciudadana, cuando dijo: “A todo el pueblo,
muchas gracias. Que esto les sirva de ejemplo a los que quieren, no a través de
las urnas, sino a través de la conspiración, detener a la Revolución Ciudadana.
Un agradecimiento también a los miles de compañeros que fueron a verme, a
rescatarme a la policía, al hospital y cobardemente los recibieron con gas
pimienta, gases lacrimógenos, con piedras. ¿Cómo coño van a ser policías los
que se comportaron de esa manera?”
Correa
retrató el siniestro plan de la oposición y, sobre todo, alertó al pueblo sobre
los peligros y la respuesta necesaria a los mismos, al expresar: “La Fuerza
Pública obligada a mantener el orden, secuestra a su Comandante en Jefe y ataca
a sus ciudadanos. Hoy es un día triste. Atentos. Hoy apoyar más que nunca a esas
decenas de miles de buenos elementos de la Policía Nacional. Fueron unos
cuantos que serán sancionados. No habrá perdón ni olvido aquí y por supuesto la
ley no será revocada. Por el diálogo todo, por la fuerza nada.”
Por
último, sin mostrar cansancio a pesar de ser sometido a múltiples amenazas y
presiones, a la par que sometido a una dudosa operación, se le encaramó la
esperanza en la mirada y en la voz, frente a su pueblo valiente y presto. “A
ustedes, mirar al futuro. Nos ha tocado una prueba dura. El Hospital está
destrozado, muchos enfermos han sufrido por culpa de irresponsables. Ahora a
mirar adelante y con muchas más ganas, con mucho más valor hacer, que a
nuestras Revolución Ciudadana no la para nadie ni nada.
¡Hasta
la Victoria Siempre!”
El
verdadero trasfondo de los acontecimientos.
No
detallaré cada parte de los acontecimientos, los que son harto conocidos por el
mundo. Sin embargo, hay sucesos que merecen analizarse y que comprueban que no
se limitaron a una sublevación de escasos policías y militares en repudio a lo
que veían como una ley que afectaba sus derechos. Fue realmente un ensayo de
golpe de estado que sirvió a las fuerzas de la oposición para evaluar la
capacidad de respuesta del pueblo y de las instituciones gubernamentales,
incluidas las fuerzas policiacas y militares del país, así como la posición de
otras naciones ante el ataque premeditado y violatorio de la institucionalidad.
Esto por supuesto, merece ser analizado en cada una de sus particularidades.
Las
naciones que han padecido los golpes de estado ven con sorpresa ciertos
indicios putchistas que tuvieron lugar durante el día 30 de septiembre: la toma
de instalaciones militares y el acuartelamiento sospechoso de las fuerzas
armadas, el desconocimiento de las autoridades gubernamentales; el cierre de
los principales aeropuertos del país y principales carreteras y vías de acceso
a la capital; el establecimiento de un entarimado mediático para distorsionar
los hechos, la supresión de los órganos de difusión vinculados al gobierno,
como TV Ecuador; el ataque y toma de la sede de la Asamblea Nacional; la
incitación al caos y a la indisciplina social, avalado por el abandono
deliberado de los órganos policiales y militares de sus misiones de proteger a
la ciudadanía y a la propiedad, incluida la guardia de seguridad legislativa,
así como la creación de un ambiente de nociva confusión en casi todo el país.
Varios
artilugios fueron preparados en este caso. Un hecho precedente y sospechoso,
sin embargo, ocurrido días antes y que podría estar vinculado a las acciones
del día 30, cuyo propósito podría haber sido
inhabilitar a Correa en su capacidad de acción y movilidad durante la
intentona golpista, fue que éste fue sometido a una inadecuada androscopía,
cuando lo recomendable era realizarle una osteostomía, procedimiento menos
invasivo y de mejores resultados de acuerdo a su padecer de la rodilla.
Sospechosamente, muchos años antes, se utilizaron procedimientos quirúrgicos
inadecuados en ex mandatarios como Juan
Velazco Alvarado, en Perú, y Saddam Hussein, en Irak, para inhabilitarlos
físicamente en medio de crisis políticas en sus países respectivos. No se
descarta, pues, que esta haya sido una maniobra premeditada para incapacitar a
Correa y hacerlo vulnerable en medio de la planeada crisis golpista.
Otra
de las maniobras previas al golpe se realizó el 22 de septiembre de 2010,
cuando grupos opositores trataron de recoger firmas para revocar al presidente
Correa, según estipula la Constitución del 2008, para que el Consejo Nacional
Electoral llame a la consulta popular.
Los resultados de la firma privada Cedatos-Gallup indicaron, mediante sondeos,
que la maniobra no prosperaría. Otras encuestadoras también favorecían a
Correa. Es por ello que el camino de las urnas estaba cerrado para los planes
de la derecha de derrocar a Correa por vía legal. Solo quedaba la opción
golpista.
Asimismo,
como antecedente a la intentona golpista, otra igualmente denigrante se llevó a cabo el 16 de septiembre de 2010,
cuando varios legisladores de la oposición ecuatoriana acudieron a la
Organización de Estados Americanos (OEA) para difamar el contenido de un
proyecto de ley de comunicación en Ecuador, considerado por ellos como dañino a
la libertad de expresión por parte del gobierno de Correa. La difamatoria comisión incluía a Fausto Cobo y Andrés
Aguirre, ambos del Partido Sociedad Patriótica; César Montufar de la
Concentración Nacional; Leonardo Viteri, del Partido Social Cristiano; Magali
Orellana de Pachakutik; Andrés Páez,
legislador de Izquierda Democrática; así como al independiente Fernández
González.
Mientras
los revoltosos atentaban contra el orden institucional, no se hizo esperar la
primera reacción política de la oposición y de los autores de la asonada
golpista: el cabecilla del Partido Sociedad Patriótica, el ex mandatario Lucio
Gutiérrez, convocó a la disolución de la Asamblea Nacional y a realizar, de
inmediato, nuevas elecciones presidenciales, dando por adelantado la caída del
gobierno de Correa. Fueron momentos, incluso, en que se manejó la eliminación
física de Correa cuando el mismo era
custodiado por policías insubordinados en el Hospital de la Policía de Quito.
Varios de los amotinados trataron de acceder agresivamente al local donde yacía
el presidente para presumiblemente asesinarlo. El plan golpista alcanzó su
clímax en esos momentos.
Poco
a poco se fue desentrañando la verdad de lo que sucedía. Rafael Quintero,
dirigente del Partido Socialista- Frente Amplio, calificó a la insubordinación
policial de la siguiente forma: “esto no es un movimiento casual ni espontáneo
de la Policía Nacional, es el resultado de toda una planificando por parte de
la derecha oligárquica que viene planificando y conspirando desde el año 2007
para derrocar a este Gobierno que eles ha quitado las prebendas, latrocinios y
negociados que estaban acostumbrados en la época de la partidocracia en contra
de los intereses del pueblo ecuatoriano”.
Lo
mismo hizo, el coordinador general del Movimiento PAIS, Orlando Pérez, quien
llamó al pueblo a defender a la democracia y validó la constitucionalidad del
gobierno ecuatoriano, al expresar: “No vamos a tenerles ningún tipo de medio,
nosotros tenemos la Constitución en la mano y en el corazón para defender este
proceso”.
Tal
vez varios elementos influyeron en que los amotinados no atentaran contra la
vida de Correa, pero los más importantes fueron la capacidad movilizadora del
pueblo para defender a la democracia y
la reacción internacional a favor de Correa, mientras las instituciones
armadas y policiales observaban con sospechosa indiferencia el desarrollo de
los acontecimientos. Gracias a ello, varias fuerzas políticas del país,
incluidas algunas opositoras, se vieron obligadas a distanciarse de los
golpistas.
La
posición de una parte considerable del movimiento indígena del país repudiando
la intentona golpista, encabezado por la Confederación de las Nacionalidades y
Pueblos del Ecuador (CONAIE) y sus filiales ECUARUNARI, CONFENIAE y CONAICE, quienes se deslindaron de los
complotados al declarar, en voz de
Asencio Farinango, dirigente de Comunicación de ECUARUNARI, lo
siguiente: “Porque somos opositores al
gobierno nos quieren relacionar con estos hechos, pero como movimiento indígena
hoy más que nunca respaldamos el poder democrático y llamamos a fortalecerlo”.
Por
su parte, otro de los sectores que se deslindó de los golpistas fue la Cámara
de Industrias y de la Producción de Pichincha que, en voz de su presidente,
declaró: “Uno de los principios fundamentales que rige la vida democrática es
la estabilidad (…) La estabilidad es un requisito indispensable para la
inversión extranjera, la producción y el empleo (…) No se puede aceptar el
desorden e irrespeto a autoridades”.
La
Iglesia Católica, por su parte, sin condenar abiertamente los desmanes y la
actitud inconstitucional de los golpistas, pidió al gobierno de Correa la
realización de un proceso de diálogo. Inusitadamente, expresó en un comunicado
firmado por sus obispos: "Pedimos al gobierno y al Parlamento no imponer
sus decisiones en forma unilateral, sino abrir un auténtico proceso de diálogo
que conduzca a una convivencia constructiva y participativa". Para ellos,
absurdamente, los hechos sucedidos son responsabilidad del gobierno por no
atender, supuestamente, los reclamos de varios sectores del país. Su actitud
contrastó con la del alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, enconado opositor a
Correa, quien expresó: “Sigamos altivos, rebeldes y opositores, pero jamás
golpistas y contemplativos con la delincuencia”.
Al
analizar todas estas declaraciones controvertidas de la oposición, quien no
está acostumbrado a la buena fe de la oligarquía, piensa que este intento
golpista, o bien no incluyó a todos los opositores, o varios de ellos se
dedicaron a la espera dudosa para alinearse a los golpistas y, en último caso,
este conato fue un medidor de la situación. Muchos, es cierto, permanecieron
agazapados en espera de una orden y un apoyo que nunca llegó.
Esta vez no era
fácil repetir la aventura hondureña.
La
campaña mediática como arma golpista.
Los
autores intelectuales de la sonada golpista contra Correa siempre contaron con
una sucia campaña mediática orquestada por la Voz de las Américas y la Sociedad
Interamericana de Prensa, a los que responden los principales medios privados
de comunicación, así como la complicidad de muchas cadenas informativas, para
crear las condiciones previas al intento de golpe de estado o para desinformar
a la opinión pública sobre la marcha de los sucesos.
En
el Ecuador opera la VOA con casi una decena de medios y programas que
transmiten su emisión insidiosa contra el gobierno de Rafael Correa, entre los
que se destacan La Voz de los Caras. Radio Quito, Bolívar FM. Organización
Radio Centro, El Telégrafo y la Prensa, la Voz del Tomebamba, Luz y Vida, Ecos
del Oriente. HCJB World Radio, C.R.E. y Melodía, y las Ondas Azuayas de Cuenca.
La
VOA y sus emisoras afiliadas en Ecuador trabajan sistemáticamente con vistas de
confundir ideológicamente a las masas populares e indígenas, apoyada por el
trabajo de zapa que realizan varias ONGs. Como resultado de esta táctica han
logrado crear conflictos diversos entre el gobierno y el movimiento indígena
mediante el empleo de la mentira, la confusión y la detracción de los objetivos
reformadores del gobierno de Rafael Correa.
Es
por ello que no resultó extraño que se emplearan en la actividad golpista
mediática acciones como:
-
El uso la red social Twitter para apoyar el plan golpista o minimizarlo por
algunos periodistas de derecha de Venezuela y de otras naciones, tal como lo hizo
la directora de la organización no gubernamental Control Ciudadano, Rocío San
Miguel.
-
Inculpar a Correa y a su gobierno por los sucesos que sacudieron a Ecuador, tal
como lo hizo la opositora Globovisión.
-
La reaccionaria Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), controladora de los
medios de comunicación y agente de la subversión contrarrevolucionaria y anti
ALBA, se opusiera a enlazar los medios de radio y televisión a la señal estatal
de Ecuador, previsto en el estado de excepción decretado por el Estado.
Tácitamente, apoyó el intento golpista contra Correa.
-
La transnacional CNN fue empleada para que uno de los autores intelectuales del
plan golpista, el ex presidente Lucio
Gutiérrez, hiciera campaña contra el gobierno ecuatoriano.
-
Otro diario de derecha, La Nación, obvió la represión contra el pueblo y los
abusos de los amotinados, dando sobre cobertura a un supuesto atentado contra
Fausto Lupera, partidario de Lucio Gutiérrez.
-
Otro medio escrito, en este caso el diario uruguayo el País, mintió
deliberadamente en un editorial sobre los sucesos en Ecuador, con independencia
de apoyar a la democracia en Ecuador, al decir que: “El detonante para la
actual situación ha sido la decisión del gobierno de modificar un sistema de
beneficios y promociones, que impactarían en el salario de la policía local.
Todo en medio de un clima enrarecido, donde el presidente Correa amenazaba con
disolver el Parlamento, para destrabar una serie de reformas, que legisladores
de su propio partido se negaban a acompañar. Nada extraño en un país donde el
propio hermano del presidente se ha convertido en uno de los principales
dirigentes opositores a su gestión.”
El
mundo a favor de la democracia.
Esta
vez el clamor mundial no podía permitir que se repitiera el ultraje cometido
descaradamente contra la democracia en Honduras. Esta vez Latinoamérica se creció y declaró al unísono
su apoyo a la constitucionalidad. No hubo un solo país que apoyara a los
golpistas y la denuncia directa se hizo clamor unánime a pesar de la disparidad
ideológica. Unos, es cierto, exigieron el fin de la asonada. Allí brillaron
Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Argentina, El Salvador, Colombia, Chile,
México, Brasil, Perú, Uruguay, Paraguay, por sus reclamos de diferente acento,
pero con las mismas exigencias.
Hasta
países distantes como España, Rusia, Japón, Francia, entre otros, manifestaron
su repudio a la intentona golpista.
Organizaciones
internacionales como la ONU, el ALBA, la OEA, UNASUR, el GRULA, el Grupo de
Río, la Unión Europea, el Parlatino, el Parlamento Andino, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), también se sumaron a la condena
universal por los sucesos contra el presidente Correa y exigieron la
restitución del orden democrático.
Fue
otra vez, sin embargo, Fidel Castro
quien puso el dedo en la llaga al denunciar en su reflexión “Noticias
inverosímiles”, la actitud contemplativa de EE UU, colocándolo contra la espada
y la pared, cuando expresó:
“El
Presidente Rafael Correa se muestra firme e indoblegable. El pueblo está mucho
más organizado. El Golpe a mi juicio está ya perdido.” (…) “Hasta Obama y la
Clinton no tendrán más alternativa que condenarlo.”
No
fue en balde esta percepción sobre la sospechosa actitud contemplativa de la
Casa Blanca. Primero, los EE UU se limitaron solo a declarar que “seguían de
cerca” los acontecimientos, en una declaración del vocero de la Secretaría de
Estado, Philip Crowley. Luego, ante la demoledora votación dentro de la OEA
condenado la violación de la institucionalidad democrática en Ecuador, la
represente norteamericana, Carmen Lomellin, se vio obligada a tomar partido por
el respeto a la democracia en Ecuador. Posteriormente, la Secretaria de Estado,
no tuvo otra opción que condenar al golpismo contra Correa y validar su mandato
constitucional. Esta vez, sin poderlo evitar, el poderoso Norte se vio
obligado, a pesar de ser el principal manipulador tras bambalinas de la
oposición contrarrevolucionaria en Ecuador, a aceptar a la Revolución Ciudadana.
La
actividad de la embajada norteamericana.
La
Embajada de EE UU en Ecuador, con una exagerada representación diplomática
compuesta por 185 funcionarios y ubicada en la Avenida Avigiras E12-170 y Eloy
Alfaro, en la zona norte de Quito, en un enorme complejo constructivo donde
están representadas casi todas las agencias norteamericanas, entre ellas la CIA
y el FBI, es dirigida por la señora
Heather Hodges, como embajadora, y quien fuera en 1991 nada menos que Subdirectora de la Oficina de Asuntos Cubanos,
así como por Andrew G. Chritton, como
ministro consejero.
Parte
esencial de la actividad de espionaje en Ecuador la desarrollan la Sección
Política (POL), el Grupo Militar de los
Estados Unidos (USMILGRP), la Sección
Antinarcóticos (NAS), el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados
Unidos (USACE); la USAID, los Cuerpos de Paz, entre otras.
Según
un informe del mes de febrero de 2010, titulado “APOYO DEL GOBIERNO DE ESTADOS
UNIDOS AL DESARROLLO Y A LA SEGURIDAD DEL ECUADOR EN 2009”, aparecido en el
sitio web de la embajada de Estados Unidos, éste ha desembolsado ese año un
total de $59.767.437 de USD.
La
USAID recibió 8,8 millones de dólares para su labor desestabilizadora dentro de
Ecuador, bajo la cobertura de un programa denominado “Paz, Seguridad e
Inversión en el Pueblo”: Otros cerca de 9,4 millones lo destinó la USAID al
programa “Democracia y Gobernabilidad”, supuestamente para favorecer a los
“procesos democráticos” dentro de Ecuador, entiéndase financiamiento a la
oposición al gobierno de Correa. Otros programas usados bajo la falsa cobertura
de “Crecimiento Económico” y “Medio Ambiente”, que han recibido 4,59 y $5,54 millones de USD, respectivamente, han
tenido la misma finalidad desestabilizadora.
En
cuanto a la Asistencia Militar, los Estados Unidos desembolsaron en el 2009
casi 13 millones de dólares en financiamiento de programas de las FF AA de
Ecuador, incluyendo abastecimiento militar, asesoría, capacitación, además de otros 35 millones para la Fuerza
Aérea Ecuatoriana (FAE) y organizaciones “no gubernamentales”. Por otra parte,
la Sección Antinarcóticos desembolsó ese año cerca de 8 millones a los cuerpos
especializados de la Policía.
Según
estudios realizados hace algunos años por las organizaciones norteamericanas
Latin América Working Group (LAWG) y el Center for International Policy (CIP),
el gobierno norteamericano ayuda a las FFAA y los cuerpos policiacos
ecuatorianos con grandes cantidades de recursos militares y financieros, desde
los años noventa. Aunque en apariencia estos recursos están destinados al
enfrentamiento al narcotráfico y la presencia guerrillera colombiana en
Ecuador, muchos de estos recursos se dirigieron a financiar la persecución y
espionaje contra las fuerzas progresistas de Ecuador.
Los
cuerpos policiales ecuatorianos han sido favorecidos por la sistemática ayuda
financiera y logística norteamericana, entre ellos el Grupo Operaciones
Especiales (GOE) de la Policía Nacional Ecuatoriana, el Grupo Intervención y
Rescate (GIR) de la Policía Nacional Ecuatoriana, la Unidad Lucha Contra el
Crimen organizado (ULCO) de la Policía Nacional Ecuatoriana, el Grupo Especial Móvil Anti-Narcóticos (GEMA)
de la Policía Nacional Ecuatoriana y la Unidad Antisecuestros (UNASE) de la
Policía Nacional Ecuatoriana. Muchos miembros de estos organismos policiales
han establecido fuertes lazos de colaboración, incluidos de pertenencia, con
agencias norteamericanas como la CIA, el FBI, la DIA y la DEA durante estos
últimos años y se han convertido en fuentes del espionaje estadounidense en
Ecuador.
Según
un documento aparecido el 5 de noviembre de 2008, elaborado por la Comisión de
investigación de los servicios de inteligencia militares y policiales, creada
el 15 de mayo de 2008 por el presidente
Correa, mediante el Decreto 1080, y
titulado “Informe de Penetración de la CIA en las Fuerzas Armadas y Policía
Nacional”, existen abundantes pruebas de la actividad de espionaje
norteamericana dentro de las FF AA y la Policía Nacional del Ecuador.”
A
grandes rasgos, el Informe corrobora:
- Excesiva autonomía de los cuerpos policiales
y su dependencia a intereses indicados por agencias acreditadas en la embajada
de EE UU en Ecuador.
-
El contubernio entre las FF AA y la US Army para el mantenimiento de la
geopolítica norteamericana en la región.
-
Empleo de los cuerpos policiales para labores de espionaje de las fuerzas
progresistas en Ecuador, como el espionaje electrónico, telefónico y
seguimientos, siguiendo instrucciones de agencias norteamericanas acreditadas
en la embajada de EE UU en Quito.
-
La inteligencia policial dirigida por la Dirección General de Inteligencia y el
resto de dependencias especializadas como la Unidad de Investigaciones
Especiales (UIES), la Unidad de Antisecuestros y Extorsión (UÑASE), el Comando
Operativo Anti Coyotes (COAC) y la Dirección Nacional Antinarcóticos (DNA), son
financiadas en gran medida, desde hace años, por el gobierno norteamericano.
-
“Existen mecanismos formales e informales de colaboración de los organismos de
inteligencia ecuatorianos con las instituciones que dependen de la Embajada de
Estados unidos, principalmente con Agregaduría de Defensa (DAO), Agencia
Antidrogas (DEA), Grupo Consultivo de Ayuda Militar (MMG), y Agencia Nacional
de Seguridad (NSA, National Security Agency), además de la estación local de la
CIA.” (Textual)
-
Se han demostrado casos de reclutamiento y control de personal de las
principales agencias de inteligencia por parte del FBI y la CIA.
-
Los mecanismos formales creados entre la embajada norteamericana y las FF AA y
la Policía Nacional, se materializan en abastecimiento logístico, entrenamiento
y capacitación, donación de partidas financieras, entre otras.
- “Esta dependencia vuelve al país vulnerable y
menoscaba su capacidad de formular y aplicar políticas soberanas en el control
del narcotráfico o de la frontera norte y puede condicionar la continuación de
la cooperación a la entrega de información a los organismos de Inteligencia de
EE.UU. o a la implementación de sus prioridades en materia de seguimiento y
defensa.” (Textual)
-
“En el área de inteligencia y desde el año 2001 hasta el 2008, se han
capacitado en cursos y seminarios locales en diferentes especialidades, un
total de 2.898 elementos de la Policía Nacional. En el área antinarcóticos,
entre oficiales y personal subalterno, se han capacitado en el exterior un
total de 97 elementos.” (Textual)
-
“Existen indicios sugerentes de que el ataque de las Fuerzas regulares de
Colombia a Fuerzas irregulares colombianas en territorio ecuatoriano se hizo en
base a una operación combinada entre Colombia y EE.UU., con la participación de
una red de inteligencia extranjera operando en el Ecuador, que conocía con
antelación del bombardeo y de los pasos subsecuentes que el Gobierno de Bogotá
iba a tomar.” (Textual)
-
“Las reuniones mantenidas con personal de la CÍA en Ecuador demuestran las
relaciones que se han construido con personal de la Policía y las Fuerzas
Armadas desde hace muchos años y reafirma la existencia de redes como las que
manejaba Leila Hadad Pérez, alias SWAT, así como vínculos con oficiales de
organismos especiales y de inteligencia de las dos instituciones.” (Textual)
A
manera de conclusiones.
La
intentona golpista en Ecuador es la antesala, sin lugar a dudas, del incremento
de la labor desestabilizadora de la derecha ecuatoriana. Quisieron probar si
existían condiciones para derrocar a Correa, pero no emplearon todos los
recursos disponibles y muchos de los responsables de esta intentona se
ocultaron en la sombra o se lanzaron, hipócritamente, y, cuando todo el mundo
repudió la asonada, a hacer declaraciones a favor de la democracia.
Muchos
peligros amenazan a la Revolución Ciudadana impulsada por Correa, entre ellos
nuevos intentos por derrocarlo por la vía violenta, ante la imposibilidad de hacerlo en las
urnas.
Hoy
más que nunca es importante sacar experiencias de estos nefastos
acontecimientos. Una de ellas es la necesidad de buscar la unidad de las
fuerzas progresistas, perfeccionar los métodos de trabajo con las masas,
enfrentar con oportunidad y convicción la desinformación entre las bases
populares y los movimientos sindical e indígena, esclarecer más que imponer, y
esa será, sin lugar a dudas, la clave del triunfo. Es la hora de rectificar
errores y de fortalecer nuestra fe en el pueblo, de depurar a oportunistas y a
quienes perjudican el trabajo del gobierno desde adentro.
El
verdadero enemigo desembolsa grandes cantidades de dinero de forma descarada y
controla desde su complejo de oficinas diplomáticas, las actividades de muchos
elementos dentro de la FF AA y la Policía Nacional. Se debe confiar, es cierto,
en el soldado honesto y patriota. A la par, se debe ser cuidadoso con aquel que
se vende y es capaz de traicionar a la Constitución cuando su protector de la
CIA se lo aconseja.
Estos
hechos dejaron, sin embargo, a mi modo de ver, la apreciación de que el
presidente Correa y su pueblo se crecieron con decoro y dignidad por encima de
quienes trataron de tronchar el futuro del Ecuador. Fueron admirados por el
mundo y el mundo no les dio la espalda.
La
valentía de Correa como líder y hombre probo, quedó demostrada al cerrarse este
capítulo bochornoso en la historia del Ecuador. Digno y glorioso dijo a Radio
Pública, para que lo escuchara su amado pueblo: “Yo no voy dar marcha atrás, si
quieren vengan a buscarme acá, denme un tiro y que siga adelante la República,
me matarán a mí, como decía Neruda, podrán cortar las flores pero no impedir la
llegada de la primavera”.
percy@enet.cu
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