La
mercadotecnia ha convertido a las Fuerzas Armadas de Colombia en una de
las instituciones mejor valoradas por la ciudadanía. El documental
‘Apuntando al corazón’ cuestiona la propaganda bélica nacida al amparo
del expresidente Álvaro Uribe y continuada por su sucesor, Juan Manuel
Santos. Los antihéroes son quienes ignoran o cuestionan a los soldados.
“¿Qué
hubo? Qué bueno hablar con usted en noches así. Es que sonrisas como la
suya lo hacen sentir a uno muy bien. Me enteré de que le aprobaron el
crédito para la tiendita. Eso va a ser un éxito en el barrio. Va a ver.
¿Y quiere que le diga algo? A pesar de que no lo conozco, estoy
dispuesto a dar la vida por usted”. Lo susurra casi al oído, escondido
entre la maleza y al cobijo de la oscuridad, un soldado con rostro pero
sin nombre, en uno de los múltiples anuncios que han grabado las Fuerzas
Armadas de Colombia. La campaña publicitaria ‘Los héroes en Colombia sí
existen’ y el eslogan ‘Fe en la causa’, que aspira a convertirse en
imagen de marca, han logrado dar la vuelta a la imagen que el país
suramericano tenía de sus militares.
Detrás
de la mercadotecnia publicitaria está la empresa Young &Rubicam
Colombia (Y&R). Su director creativo Germán Zúñiga se muestra
orgulloso de haber creado la “mejor marca de mundo. El Ejército ha
tenido unas comunicaciones muy básicas, muy precarias, cero sexis y cero
llamativas. Nada frescas. El lado que más me importaba era el humano,
sacar lo mejor del corazón de los soldados”.
El
25 de julio se estrena en Bogotá el documental Apuntando al corazón,
una reflexión sobre la propaganda bélica dirigida por Claudia Gordillo y
Bruno Federico, a través de la voz de analistas de la comunicación,
publicistas e incluso de los mismos militares, quienes revelan su
objetivo: la justificación de una guerra que más de sesenta años después
se ha convertido en forma de vida. “Somos una organización militar de
doctrina estadounidense y allá es muy fuerte el tema de las operaciones
psicológicas en los asuntos civiles. Logramos que el mando entendiera
que una cosa es hacer propaganda y otra influenciar mentes y
poblaciones. También nos dimos cuenta de que es necesario impactar a
través de la televisión, sobre todo por el papel que juega en las
grandes ciudades, donde se toman las decisiones y donde hay una gran
masa de población colombiana que también debe entender la naturaleza del
conflicto y de sus fuerzas vitales”, admite el coronel José Obdulio
Espejo frente a la cámara.
Este
militar recuerda cómo, durante la época del expresidente Andrés
Pastrana (1998-2002) y los diálogos del Caguán, “el 70 por ciento de los
colombianos decía que no teníamos una imagen favorable. Una vez se
inicia la política de seguridad democrática del entonces presidente
Álvaro Uribe, damos otro viraje y lanzamos una campaña que ha sido
significativa porque nos da un salto cuantitativo y cualitativo en
cuanto a la imagen. Pasamos de hacer producciones caseras rudimentarias,
de bajo presupuesto y malos recursos, con muy buena intención y mucha
creatividad, pero sin un contenido narrativo importante, a gestionar
procesos contractuales con empresas del ramo de la publicidad”.
Bruno
Federico explica lo “complejo” que les ha resultado incluir la
perspectiva de los militares, a quienes accedieron tras meses de
intentos. Apuntando al corazón nació a raíz de una investigación
académica de Gordillo, a la que se unió Federico y que con el paso del
tiempo se ha convertido en un documental de 52 minutos de duración en
los que la perspectiva de diferentes fuentes se mezcla con una voz
en off e imágenes tanto actuales como de archivo, acompañadas de
ilustraciones y animaciones que explican el contexto al que ha llegado
el país cafetero. Hoy los esfuerzos de estos dos productores se centran
en la difusión de su trabajo: “Vamos a tocar puertas en estos meses,
pero no creo que las televisiones colombianas lo acojan felizmente”,
lamenta el coproductor.
Un relato único de nación
“El
terrorismo sabe convertir algunos países en idiotas útiles. Primero los
lisonjea y después termina sacrificándolos. Por eso, la lucha contra el
terrorismo debe ser un compromiso de toda la humanidad”. La directriz
impuesta por el expresidente Álvaro Uribe ha sido continuada por el
actual mandatario, Juan Manuel Santos: “Es posible tener una Colombia en
paz, una Colombia sin guerrilla. Y lo vamos a demostrar. Por la razón o
por la fuerza”. El discurso ha calado hondo entre el pueblo. Su éxito
lo reconocen expertos como el profesor Fabio López, de la Universidad
Nacional: “Uribe expresa que está luchando contra cincuenta años de
terrorismo, en el que mete al M-19, a las guerrillas históricas, a los
movimientos sociales y a las ONG defensoras de los derechos humanos, que
él llama cómplices del terrorismo. El país termina siendo homogeneizado
por ese discurso gubernamental que propone una nueva lectura de la
historia colombiana en clave antiterrorista”.
“Una
de las grandes virtudes de Uribe fue el ser capaz de ofrecernos un
relato en el cual encontrarnos como nación. Eso en Colombia ha sido muy
difícil de construir, porque no tenemos ni mitos fundadores ni un relato
único. Siempre hemos tenido diversidad cultural. No hemos sido capaces
de construir un relato de nación. Uribe nos dijo que hay uno, que es el
que vamos a defender: la patria está por encima de todo y la
“colombianidad”consiste fundamentalmente en vivir sin las FARC. En eso
fue brillante, recogió un sentimiento colectivo y logró poner la
camiseta a todos los colombianos de queremos un país sin las FARC.
Comenzamos a asumir unas virtudes absolutamente grotescas de patriotismo
tonto”, aclara otra de las fuentes del documental, el profesor de la
Universidad de los Andes Omar Rincón.
Terrorismo,
derrota, guerrilla, armas, miedo, muerte. Paz, seguridad, victoria,
héroes, soldados, vida. Un estribillo de apenas una decena de conceptos,
cuidadosamente separados en dos grupos, ha creado la particular idea de
cohesión alrededor de ideas tales como nacionalismo, odio, enemigo y
territorio. Producido con el apoyo de la Danza Inmóvil y de los dos
productores, además de la Corporación Sembrar, Apuntando al
corazón demuestra cómo la palabra y el lenguaje adquieren sentido desde
la repetición. “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”,
como dijo el ministro de propaganda nazi Paul Joseph Goebbels, en una
sentencia que ha pasado a la posteridad y que se escucha una sola vez en
el documental, pero se siente a lo largo y ancho del mismo.
“Están
en el cielo para darte tranquilidad en tierra. Recorren las frías
montañas para que disfrutes en familia el calor del hogar. Nunca se
detienen para que tú puedas descansar. Permanecen despiertos para que
tus hijos sueñen un mejor país. Nuestros héroes están para protegerte.
Los héroes en Colombia sí existen”. Y según esta campaña publicitaria
son las Fuerzas Militares, que engloban al conjunto de instituciones
castrenses encargadas de la defensa territorial colombiana, por tierra
(Ejército), mar (Armada) y aire (Fuerza Aérea).
Los
antihéroes son, por simple oposición, quienes ignoran o cuestionan a
los soldados y sus trajes camuflados. “Somos como Supermanes:
defendiendo al mundo entero desde Colombia”, recuerda el general R.
Harold Bedoya, quien tiene muy claro que “los que no nos adoran son los
bandidos”.
Por Jairo Marcos/Pacocol
ANNCOL
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