viernes, 4 de septiembre de 2015

500 refugiados resisten en un tren en Hungría para evitar ser registrados

Refugiados, este viernes, en un tren en Bicske. / Petr David Josek (AP)
Unos 500 refugiados, que se oponen a ir al campamento de acogida de la ciudad húngara de Bicske, a 40 kilómetros al oeste de Budapest, pasaron la noche en un tren en la estación de esa localidad. El tren que salió ayer de la estación Keleti de Budapest con destino a la ciudad de Sopron, junto a la frontera con Austria, fue retenido por los policías que querían llevar a los refugiados al campamento, pero la mayoría decidió no alejarse del convoy, asegurando que quieren llegar al país vecino. La policía informó de que los refugiados ofrecen “resistencia pasiva” al negarse a descender del tren.

Un hombre ayer se tiró a las vías junto a su mujer, que gritaba pidiendo ayuda, y su bebé, y tras un forcejeo con un grupo de agentes fue esposado y separado de su familia. En reacción, otros refugiados que habían abandonado el convoy se opusieron a los agentes y lograron volver a subir al tren, del que se niegan ahora a descender por el temor, además, a que les tomen las huellas dactilares, lo que puede dificultar que les concedan asilo en Estados del norte de Europa.

Fue el único tren que partió de la capital húngara. En Budapest, otros tantos refugiados permanecieron este jueves durante un tiempo en otro intercity en la creencia de que marcharían a Sopron. Finalmente, al mediodía, la policía los desalojó y echó a todos de la estación. El hacinamiento en el exterior fue aún más denso, aún más penoso. A veces, es difícil no pisar a alguien al caminar por la plaza o la explanada inferior que une la estación con el metro.

La compañía ferroviaria húngara MAV, por su parte, ha informado de que no partirán trenes desde la capital hacia destinos de Europa Occidental, solo a las fronteras, donde los pasajeros deben cruzarla a pie y allí subir a otros vehículos para llegar sus destinos.

Este viernes por la mañana un tren rumbo a Sopron ha partido desde la estación sin refugiados, supuestamente porque estos esperan que se reinicie el transporte directo a países como Austria o Alemania, informó el portal “Index”.

Mientras tanto, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, continúa con su discurso contra la llegada masiva de inmigrantes.“La realidad es que Europa está amenazada por el flujo masivo de personas, muchas decenas de millones de personas podrían venir a Europa”, ha subrayado este viernes. “Ahora hablamos de cientos de miles pero el año que viene hablaremos sobre millones y esto no tiene fin”, ha advertido. “De repente, veremos que somos una minoría en nuestro propio continente”, ha augurado en declaraciones a una radio local, instando a Europa a “mostrar fuerza protegiendo nuestras fronteras”.

La policía húngara ha informado este viernes de que que las autoridades interceptaron ayer a 3.313 refugiados que entraron en el país de una forma ilegal por la frontera sureña con Serbia. Los cinco campos de acogida húngaros solo tienen capacidad para un máximo de 8.000 refugiados. Es una capacidad ridícula para la avalancha que llega a este país de menos de diez millones de habitantes. ACNUR calcula que ya han entrado más de 150.000. Solo ayer se sumaron 2.061, entre ellos 353 menores, según datos policiales. Pero Budapest es una trágica estación de tránsito.

http://eju.tv


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