El general retirado Otto Pérez Molina, quien llegó a la Presidencia de Guatemala en
el 2012 con la promesa de "mano dura" contra la delincuencia, se
convirtió hoy en el primer mandatario desaforado en la historia del
país.
En una sesión plenaria este martes 132 diputados, todos los presentes
en el hemiciclo del Congreso, votaron por unanimidad a favor de quitar
la inmunidad al mandatario, acusado por la Fiscalía y por la Comisión
Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) de liderar una
red de corrupción aduanera conocida como "La Línea".
Pérez Molina fue investido el 14 de enero del 2012,
para un período de 4 años, con la promesa de combatir con "mano dura" a
una nación azotada por la violencia y donde cada año son asesinadas
6.000 personas, pero las cifras de homicidios descendieron menos de un
2% de acuerdo con datos oficiales.El ex militar, de 64 años, fue elegido en el cargo en las elecciones del 2011 junto a Roxana Baldetti, su vicepresidenta, también señalada de dirigir la supuesta red de corrupción, lo que le costó el cargo en mayo pasado y la mantiene detenida a la espera de saber si será enjuiciada.
De religión católica, con una maestría en política y relaciones internacionales y una carrera militar de más de 30 años, Pérez Molina destacó como combatiente de las fuerzas insurgentes que permanecieron en guerra con el Estado guatemalteco entre 1960 y 1996, pero también como propiciador de la negociación de paz.
El general retirado firmó el 14 de enero del 2012 el Libro de Oro que desde 1892 han suscrito todos los mandatarios que han gobernado este país, y que le permitió al "Comandate Tito", como era conocido en tiempos de guerra, alcanzar uno de sus sueños: dirigir el país.
Su tranquila estancia dentro de la Casa Presidencial, sin embargo, fue interrumpida en el 2015 cuando el Ministerio Público (MP) y la CICIG, un organismo de la ONU, desarticularon una organizada red de corrupción en el ente recaudador de impuestos.
La trama se adueñó de millones de dólares y era presuntamente dirigida por Pérez Molina en complicidad con Baldetti y al menos otras 49 personas entre altos funcionaros y particulares, según las investigaciones.
Nacido el 1 de diciembre de 1950 en Ciudad de Guatemala, el gobernante del Partido Patriota (PP) inició su carrera militar en 1966 como caballero cadete en la Escuela Politécnica, en la que se graduó con honores, a partir de lo que escaló diversas posiciones dentro de las Fuerzas Armadas.
Pérez Molina contrajo nupcias en 1971 con la maestra Rosa María Leal, con quien tuvo dos hijos: Otto, actual alcalde del municipio capitalino de Mixco, y Lisseth, cuya pareja sentimental, Gustavo Martínez, se encuentra en prisión acusado de otro escándalo de corrupción que salpicó al mandatario.
Pérez Molina también fue jefe del desaparecido Estado Mayor Presidencial durante el gobierno de Ramiro de León Carpio (1993-1996), así como jefe de la temida Dirección de Inteligencia Militar.
Ambas unidades castrenses, según organizaciones de derechos humanos, fueron las responsables de cientos de asesinatos y desapariciones de opositores durante los 36 años de la guerra interna que padeció el país.
En representación del Ejército, Pérez Molina negoció y firmó los acuerdos de paz con la antigua guerrilla izquierdista el 29 de diciembre de 1996, poniendo fin a un conflicto armado interno que dejó 200.000 muertos y 50.000 desaparecidos, según cifras oficiales.
Una comisión que investigó posteriormente la guerra interna determinó que el 90% de las masacres en poblados indígenas fueron obra del Ejército de Guatemala.
Aunque estuvo en unas de las regiones más conflictivas del país, el área Ixil, en el noroeste de Guatemala, su participación en crímenes de guerra no fue probada ante los tribunales, pese a las constantes denuncias de opositores políticos y activistas de derechos humanos.
En 1982, como oficial del Ejército, fue clave para el relevo del general golpista José Efraín Ríos Montt, quien enfrenta actualmente un juicio por genocidio tras la muerte ese año de 1.771 indígenas ixiles.
También se le atribuye a Pérez Molina especial protagonismo en el rescate del sistema democrático en 1993, luego del fallido autogolpe de Estado promovido por el presidente Jorge Serrano Elías.
En 1996 fue Inspector General del Ejército y entre 1998-2000 estuvo en la Junta Interamericana de Defensa con sede en Washington.
Al retirarse de la institución castrense en el 2000, organizó el derechista Partido Patriota, vehículo electoral con el que se presentó por primera vez a la Presidencia en el 2007, cuando perdió en los comicios frente a Álvaro Colom (2008-2012).
Propietario de fincas en el Caribe donde se cultivan plantas de hule y limón, se cría ganado y pescado para la exportación, Pérez Molina enfrentará ahora a la Justicia de Guatemala.
Por primera vez en su vida el militar retirado podría sentarse en el banquillo de los acusados, donde deberá rebatir las 88.000 escuchas telefónicas y miles de documentos que supuestamente lo incriminan en la trama de corrupción.
El Comercio
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