Estados Unidos
castiga y acosa a países que ayudan a magnates de la droga e inversionistas
multimillonarios a ocultar su dinero de los recaudadores de impuestos; pero
críticos dicen que debería mirar más en casa.
El país mismo está
emergiendo como un importante paraíso fiscal al lado de naciones como Suiza,
Islas Caimán y Panamá, dicen quienes buscan que se reforme el sistema
tributario internacional. Y estados como Delaware, Nevada, South Dakota y
Wyoming, en particular, están compitiendo entre sí para proporcionar a
extranjeros la confidencialidad que tanto desean.
“Hay un enorme
letrero luminoso diciendo que Estados Unidos está abierto a evasiones
fiscales”, dijo John Christensen, director ejecutivo de Tax Justice Network
(Red de Justicia Fiscal).
El grupo de
Christensen, el cual hace campaña para que se apliquen medidas de fuerza
globales a evasores de impuestos, dice que Estados Unidos ocupa el tercer lugar
del mundo en confidencialidad financiera, después de Suiza y Hong Kong, pero
por encima de paraísos fiscales connotados como Islas Caimán y Luxemburgo.
Bajo una ley de 2010,
aprobada después de que se supo que el banco suizo UBS ayudó a miles de
estadounidenses a evadir impuestos de su nación, Estados Unidos exige que
bancos y otras instituciones financieras revelen información de estadounidenses
en el extranjero para asegurar que paguen sus impuestos estadounidenses.
Pero Estados Unidos
no regresa el favor automáticamente.
Más de 90 países han
firmado un acuerdo de 2014 para compartir información, establecido por la
Organización para Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); Estados Unidos
está entre las pocas naciones que no lo han hecho. Los bancos estadounidenses
ni siquiera recopilan el tipo de información que necesitarían países
extranjeros para identificar a evasores fiscales.
“Los intercesores
bancarios se han resistido a cambios en la ley que permitiría mayor
compartición de datos”, dijo Peter Cotorceanu, un abogado residente en Suiza
que se especializa en banca privada.
En un reporte emitido
el año pasado, el grupo Tax Justice Network se quejó de que “el enfoque
independiente de Washington arriesga abrir un hueco enorme en los esfuerzos
internacionales para combatir evasión fiscal, lavado de dinero y delito
financiero”. Señaló que élites extranjeras “han utilizado Estados Unidos como
pozo para (ocultar) riqueza saqueada”.
Pascal Saint-Amans,
director del Centro para Política Fiscal y Administración de la OCDE, dijo que
a menudo Estados Unidos revela información a otras naciones si es solicitada;
pero eso significa que esos países pueden obtener detalles únicamente sobre
quienes ya son sospechosos de evasión fiscal.
Christensen dijo que
bancos suizos reportan que “muchos de sus clientes evasores fiscales están
hablando de mudarse a Estados Unidos. Uno va a Suiza, y eso es de lo que están
hablando”. (AP)
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