Mucho ha hecho y
están haciendo los EEUU para mantener su política hegemónica contra América
Latina –recuérdese la infame Operación Cóndor, la Escuela de las Américas,
maniobras militares tales como Cabañas I y II, el Plan Colombia, la difusión
por distintos pretextos de bases USA en toda la región, la cooperación con
países donde gobierna la derecha, los planes desestabilizadores y los intentos
de sumar a las FFAA en países progresistas a la subversión, entre otros– a los
que se han sumado las famosas Maniobras UNITAS.
Las mismas se vienen
realizando desde 1959, paradójicamente en el año del triunfo de la Revolución
Cubana, supuestamente para dar respuestas uniformes a amenazas a las naciones de la región, pero
en su trasfondo no son más que juegos de guerra encaminados a reforzar el
dominio USA sobre su pretendido patio trasero.
Esta es la clara intención de la maniobra UNITAS LVII-16 PANAMA, a realizarse en el área del Pacífico panameño, en la que se pretende participen 29 naciones –entre que destacan países del área como Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Belice, Honduras, Brasil, Uruguay, Bolivia, El Salvador, Paraguay, Costa Rica, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, Guatemala, México, Perú y Panamá. Así como otras fuerzas invitadas de Estados Unidos, Australia, Canadá, Camerún, España, Francia, Italia, Reino Unido, Nueva Zelanda y Sudáfrica– entre los días del 18 al 28 de septiembre venideros, con el supuesto propósito de coordinar acciones para enfrentar amenazas como narcotráfico, terrorismo, piratería, tráfico de personas, pesca ilegal, desarrollo de guerra asimétrica y prestar ayuda humanitaria cuando sea requerida
En el trasfondo de
este escenario existe una abierta amenaza de EEUU y sus aliados contra la Venezuela
Bolivariana y otras naciones progresistas de la región.
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