CRIMINAL Y ABERRANTE TRÁFICO DE ÓRGANOS DEL ESTADO SIONISTA DE ISRAEL
La ocupación militar israelí comenzó a capturar y conservar los cadáveres de los palestinos que asesinaban a principios de los setenta. Desde entonces, centenares de palestinos han sido enterrados en tumbas secretas y numeradas del ejército israelí.
Independientemente
del artículo recientemente publicado por el periodista sueco Donald Boström sobre los asesinatos de palestinos
cometidos por los israelíes con el fin de extraerles los órganos para su venta
posterior e independientemente, también, de las reacciones histéricas y los
desmentidos de los israelíes, les quiero presentar lo que yo vi, observé y
escuché durante mis 22 años de trabajo periodístico en Cisjordania y
Gaza, bajo la ocupación
militar israelí. Mi experiencia
personal confirma lo
que escribió el Sr. Boström: aunque no conozco el caso particular que él
describe, encaja con lo que los israelíes hacen continuamente en Palestina, con
lo que es “normal” desde principios de los años setenta.
La ocupación militar israelí comenzó a capturar y conservar los
cadáveres de los palestinos que asesinaban a principios de los setenta. Desde
entonces, centenares de palestinos han sido enterrados en tumbas secretas y
numeradas del ejército israelí. Desde entonces, miles de víctimas palestinas de
la ocupación han sido objeto de “autopsias”. La mayoría de los miembros de la
resistencia que fueron asesinados, así como muchos que fueron heridos y se
encontraban en algún hospital, fueron secuestrados por los israelíes para
realizarles “autopsias”. Esta práctica se convirtió en algo menos generalizado
cuando se creó la Autoridad Palestina (AP), de forma que las personas
asesinadas en áreas controladas por la AP no eran sometidas a “autopsias”; pero
esto sigue sucediendo con personas asesinadas o heridas en áreas controladas
por los israelíes.
La cúpula militar israelí, el Comando Central y el llamado
ministerio de “defensa” no pueden ocultar estos hechos bien conocidos: el
ejército israelí asesina a personas continuamente y la mayoría son secuestradas
para realizarles “autopsias” y, luego, son enterradas en tumbas secretas y
numeradas del ejército israelí. Estos hechos no pueden ser ocultados por las
extravagantes declaraciones del ministerio israelí de asuntos exteriores, por
el terrorista demente y criminal de guerra Ehud Barak y el extremista corrupto
Benjamín Netanyahu.
En muchos casos, la llamada “administración civil”, los jefes
militares y los oficiales han devuelto los cuerpos de los palestinos asesinados
a sus familiares en mitad de la noche y después de un par de días de
“detención” de los cadáveres. Los oficiales suelen llamar a las familias de la
víctima después de la medianoche (normalmente, entre la 1 y las 3 de la
madrugada), exigiendo que unos pocos familiares, “no más de diez”, esperen en
la calle para enterrar el cuerpo.
La primera condición de la administración “civil” militar suele
ser que el entierro tenga lugar inmediatamente después de recibir el cuerpo, en
la oscuridad de la noche, por “razones de seguridad”. La segunda condición es
que las mujeres no tomen parte en el funeral secreto, también por “razones de
seguridad” (en realidad, quieren evitar que se escuchen los llantos de las
madres, hermanas e hijas afligidas, alertando así al vecindario). Los oficiales
israelíes siempre hablan de “razones de seguridad” para justificar y encubrir
sus actividades criminales.
En estos casos, los oficiales de la administración “civil”
militar israelí siguen de cerca a la procesión, conduciendo sus vehículos
blindados y esperan a que termine el entierro. Otros vehículos militares
vigilan el entierro, siempre listos para disparar al pequeño grupo de
participantes en el funeral. Evidentemente, los oficiales siempre aclaran, de
forma insistente, que les están haciendo un favor al devolver el cuerpo de su
ser querido y permitirles enterrarlo.
Cuerpos vacíos, rellenos de
algodón
¿Cuál es la razón para enterrar a alguien en mitad de la noche,
con una compañía de soldados de las fuerzas armadas israelíes y oficiales de la
administración “civil” militar vigilando la procesión? Si el entierro fuera
normal y los órganos de las víctimas no hubieran sido robados, ¿por qué
deberían enterrarlos en la oscuridad de la noche? Las familias de las víctimas
saben que están recibiendo cuerpos vacíos, rellenos de algodón.
En los últimos días de la primera intifada, después del inicio
de las llamadas negociaciones de paz de Oslo, el cuñado de uno de mis tíos
paternos fue asesinado por los israelíes en el puesto de control de Kalandia.
El cuerpo fue devuelto a su familia relleno de algodón algunos días después del
incidente. Monzer Nayi Rashid Abdulá era un pequeño empresario del transporte y
no estaba implicado en actividades políticas de ninguna clase. Fue asesinado el
14 de abril de 1991, dos días antes de Eid Al-Adha, una festividad comparable
con las navidades. Como consecuencia de su, hasta la fecha, asesinato impune
por parte de los soldados del puesto de control, su esposa e hijos pasaron a
depender de organizaciones benéficas.
El trastornado criminal de guerra Ehud Barak y su estado
“corrupto” debería dejar de negar lo que el periodista sueco Donald Boström ha
escrito en Aftonbladet. Yo, personalmente, he sido testigo de cómo soldados
israelíes y vehículos militares secuestraban cuerpos de palestinos muertos de
las salas de urgencia de los hospitales. En otros casos, he visto a soldados
siguiendo a los palestinos hasta el cementerio para, acto seguido, robar el
cadáver de manos de los familiares antes del entierro. Esta práctica abyecta se
extendió tanto que muchas personas empezaron a enterrar los cuerpos de los
asesinados en su casa, en el huerto, debajo del edificio o de los árboles, en
lugar de esperar que llegara la ambulancia para llevarlos al hospital.
Cuando los israelíes asesinaban o herían gravemente a algunos
palestinos en las manifestaciones, se llevaban los cuerpos, o si las
ambulancias palestinas los trasladaban a algún hospital, rodeaban este con sus
vehículos. Finalmente, los manifestantes empezaron a llevar a las personas
asesinadas o heridas directamente a sus familias. Todo el mundo en Palestina
sabe que los soldados israelíes rodean los hospitales con el fin de secuestrar
los cuerpos. Lo más desagradable que he visto ha sido a los soldados criminales
de Barak y Netanyahu seguir procesiones fúnebres palestinas hasta los
cementerios para secuestrar los cuerpos.
El robo de órganos de los cadáveres de palestinos es algo
conocido por todo el mundo en Palestina. Informé en varias ocasiones sobre este
crimen. En muchos casos, mis reportajes fueron rechazados por la censura
militar de la ocupación. Estos reportajes están, en estos momentos, almacenados
en la oficina de la censura militar israelí de Bet Agron, en la Jerusalén
ocupada.
El criminal “estado de Israel” ha estado robando los órganos de
los palestinos que fueron secuestrados por el ejército de ocupación de las
salas de urgencias de los hospitales palestinos de Hebrón, Nablus,
Ramala, Yenín y otras partes de Cisjordania y Gaza, y los trasladaba al
hospital israelí de Abu Kabir de Tel Aviv. Las familias de las víctimas conocen
a los oficiales israelíes de la llamada “administración civil” que han estado
encubriendo este crimen. Todo el mundo conocía al capitán Eyan, al coronel Fuad
Hahul, al coronel Amnon Cohen (ahora jefe del departamento de infraestructuras
de la administración “civil” de la Palestina ocupada), a Rafi Geoli, “Alex” y
muchos otros oficiales cuyos nombres no conozco, pero que estaban siempre
presentes.
Todo el mundo conocía a los jefes militares, como el general de
brigada, en la reserva, Gadi Zohar (exjefe de la administración civil y oficial
de los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas durante 30 años), el
general de brigada, en la reserva, David Shafi (exjefe de la administración
civil), el mayor general Gadi
Shamni (exbrigada del
ejército en Hebrón y actual jefe del comando central), el coronel Baruch
Goldstein (antiguo miembro de la administración “civil” del ejército en Hebrón
y actualmente en la municipalidad de Jerusalén), el teniente coronel Baruch Nagar(exjefe de la
administración civil y actual director de la administración de aguas para Cisjordania
y Gaza), el coronel Yigal Sharon (exbrigada de Hebrón y en la
actualidad vendedor de café), el general de brigada, en la reserva, Dov Sedaka (exjefe de la administración civil y
en la actualidad jefe del comité directivo de la presidencia sionista), el
mayor general Matan Vinai, el general de brigada Noam Tivon, el coronel Yehuda Fuchs, el teniente coronel Udi Ben
Muha, el jefe militar de Hebrón y otros. Y todo el mundo sabía que
estas personas estaban implicadas en el robo de los órganos de sus víctimas.
El capitán Eyal, el coronel Fuad
Hahul, el coronel Amnon Cohen, Rafi Geoli y muchos de los
mencionados en el párrafo anterior eran los que llamaban a las familias de los
palestinos muertos. Estos criminales decían a las familias palestinas que
“habían trabajado mucho para poder entregarles los cuerpos de sus familiares
que se encontraban en dependencias militares”, sugiriendo que era un favor y
que los jefes militares Shamni, Goldstein, Nagar y otros habían ordenado que
los cuerpos fueran enterrados por la noche y que “no más de diez personas”
podían asistir al funeral.
A menudo, los familiares de las personas
asesinadas lloraban y gritaban cuando recibían los cuerpos vacíos y rellenos de
algodón. Los oficiales y los soldados israelíes les obligaban a callarse.
Toda esta actividad criminal no solo es
una clara violación de los derechos humanos y un horrendo crimen contra la
humanidad, sino también una falta de respeto a la santidad de la vida, que solo
puede explicarse por las deficiencias mentales de sus perpetradores.
Si Israel no hubiera robado los órganos
de los palestinos asesinados, si Israel no quisiera encubrir sus crímenes
inhumanos y si Israel respetara las convenciones de Ginebra y otras leyes
humanitarias, para tiempos de paz y de guerra, entonces Israel no habría
secuestrado y trasladado al “hospital” Abu Kabir de Tel Aviv a cientos, quizá
miles, de cadáveres de palestinos que fueron asesinados cuando participaban en
manifestaciones por la paz en las ciudades de Cisjordania.
Si no fuera verdad que los israelíes
están traficando con los órganos de los palestinos asesinados, ¿por qué se
trasladan los cuerpos masacrados al hospital de Abu Kabir? Las causas de las muertes
eran conocidas. Las víctimas habían recibido disparos en la cabeza o en el
pecho por parte de francotiradores israelíes.
Después de todo el escándalo y
lamentaciones de los israelíes por el artículo del periódico sueco, permanece
el hecho de que cientos, quizá miles, de cadáveres e incluso personas heridas
fueron trasladados al centro de autopsias de Abu Kabir y eran devueltos a sus
familias rellenos de algodón. Cientos de víctimas que fueron enterradas en la
oscuridad de la noche por sus familias y centenares, quizá miles, de cuerpos
que Israel conserva en tumbas secretas y numeradas.
Durante la primera intifada y el
denominado proceso de paz, he sido personalmente testigo de cómo soldados
israelíes secuestraban cadáveres y palestinos gravemente heridos en los
servicios de urgencias del hospital Princesa Alia de Hebrón. Algunos años más
tarde, también he sido testigo de cómo soldados israelíes secuestraban cuerpos
de palestinos muertos en el entonces nuevo hospital Al-Ahli: todo el área era
declarada zona militar, el hospital era rodeado e invadido por los soldados,
nadie podía moverse dentro del edificio. Su destino: Abu Kabir.
Tomando en consideración estos hechos,
que es todo lo que conozco, y que incluso Israel reconoce quiénes son los
miembros de la mafia de ladrones de órganos, las únicas conclusiones posibles
son:
·
Todos
los oficiales israelíes y personal civil de la denominada
administración civil que sirvieron en Cisjordania desde los primeros años
setenta estuvieron implicados, como encubridores al menos, en el robo de
órganos de los palestinos, tal vez actuando en connivencia, pero más
probablemente participando en el crimen organizado por dinero.
·
Todos
los médicos israelíes y personal que trabajaba en Abu Kabir desde los primeros
años setenta estuvieron implicados en el robo y venta de órganos de los
palestinos.
·
Todos
los francotiradores del ejército hebreo y otros soldados que dispararon contra los palestinos —y
extranjeros— en manifestaciones pacíficas están y estuvieron implicados en la
mafia que roba y vende órganos de los palestinos asesinados, recibiendo algunos
de ellos dinero a cambio.
·
El
estado mayor del ejército israelí y la mayoría de los oficiales de la cadena de
mando, si no todos, saben lo que está pasando y son cómplices del robo de
órganos de los palestinos que asesinan, ofreciendo planificación y logística
para la comisión de los crímenes, así como haciendo que las familias de las
víctimas permanezcan en silencio. Todo el estado israelí y la nación israelí
que acepta la continuada ocupación militar son responsables de crímenes contra
la humanidad.
·
La
mayoría del establishment médico israelí, si no todo él, sabe lo que está
pasando y mantiene silencio porque obtiene dinero o es recompensada de otras
formas por su complicidad con estos crímenes. Esto está confirmado por las
repetidas denuncias de médicos de otros países por el hecho de que Israel es
una de las pocas jurisdicciones que no prohíben el comercio con órganos y otras
partes del cuerpo humano.
·
El
ministerio de salud israelí está plenamente informado de lo que está pasando.
Esto está confirmado por las informaciones ofrecidas por los traficantes de
órganos detenidos en Brasil y Sudáfrica en 2003, según las cuales “personas del
gobierno israelí” les habían proporcionado “contactos comerciales” y el
gobierno de Israel financiaba trasplantes de órganos.
Creo que el gobierno israelí y todas las
personas sospechosas de estar implicadas tienen algunas preguntas difíciles de
responder, en lugar de quejarse por el reportaje del periódico sueco, que habla
de un solo caso entre miles:
·
¿Dónde
están los cuerpos de los dos hermanos Imad y Adel Awad Allah, de Al-Bireh, en
el distrito de Ramala, que fueron asesinados el 10 de septiembre de 1998 en la
finca de Akram Maswadeh, cerca de Hebrón?
·
¿Dónde
están los cuerpos de Hani Ahmed Jarbush y Adel Mohamed Hadaideh, que fueron
asesinados el 6 de junio de 2003 en Ateel, una ciudad al norte de Tulkarem, en
Cisjordania?
·
¿Dónde
está el cuerpo de Sarhan Borhan, que fue asesinado el 4 de octubre de 2003 en
el campamento de refugiados de Tulkarem?
·
¿Dónde
está el cuerpo de Hasan Isa Abas, que fue asesinado el 9 de octubre de 1994 en
Jerusalén?
·
¿Dónde
está el cuerpo de Hisham Hamad, que fue asesinado en Gaza el 11 de noviembre de
1993?
·
¿Dónde
está el cuerpo de Salah Yad Allah Salem, que fue asesinado el 14 de octubre de
1994?
·
¿Dónde
están los cuerpos de los dos ciudadanos japoneses que fueron asesinados en
1972?
·
¿Puede
probar Israel que los órganos de estas personas, y el de cientos, quizá miles,
de palestinos que fueron enterrados en tumbas numeradas del ejército israelí,
no fueron robados?
·
¿Por
qué entierra Israel a las víctimas de la ocupación en tumbas numeradas y
secretas si no es porque sus órganos han sido robados?
Conozco de antemano la respuesta de los
sofistas criminales de Israel: dirán que todas estas personas enterradas en sus
tumbas numeradas eran “terroristas o personas desconocidas”. Pero yo digo que
esto es MENTIRA y propaganda que Israel suele emplear para encubrir sus
crímenes. Muchas personas que fueron enterradas en estas tumbas no eran
“terroristas” sino miembros de la resistencia legítima, muchos de los cuales
eran manifestantes pacíficos y ninguno de ellos eran “desconocidos”. La única
cosa desconocida o silenciada hasta ahora es que los israelíes son asesinos,
ladrones de órganos, un estado ocupante criminal que comete toda clase de
crímenes contra la humanidad por diversión y dinero.
Otro asunto del que los israelíes tienen
que dar explicaciones es la historia de tres adolescentes de Gaza. En la tarde
del domingo 30 de diciembre de 2001, las fuerzas israelíes de ocupación
dispararon varios proyectiles de artillería contra estos tres jóvenes en el
norte de Beit Lahia, en Gaza. Se trataba de Ahmed Mohamed Banat (15 años),
Mohamed Abdel Rahman Al-Madhun (16 años) y Mohamed Ahmed Lebed (17 años).
Después de asesinarles con bombas de
fragmentación, un vehículo militar pasó por encima de ellos y sus cuerpos
fueron entregados a Abu Kabir, en Tel Aviv, para realizarles la “autopsia”, sin
el consentimiento de sus familias y sin la emisión de una orden judicial para
llevar a cabo dicha autopsia de acuerdo con la ley. El jefe de patología de Abu
Kabir (el llamado “instituto forense israelí”), Dr. Yehuda Hiss, dijo que
habían recibido a los adolescentes sin conocimiento de sus nombres, que habían
sido encontrados muertos por los clavos (“flechettes”) que contienen los
proyectiles de los tanques.Otro asunto sobre el que los israelíes tienen que
dar algunas explicaciones es la historia de tres adolescentes de Gaza. En la
tarde del domingo 30 de diciembre de 2001, las fuerzas israelíes de ocupación
dispararon varios proyectiles de artillería hacia estos tres jóvenes al norte
de Beit Laia, en Gaza. Eran Ahmed Mohamed Banat (15 años), Mohamed Abdel Rahman
Al-Madun (16 años) y Mohamed Ahmed Lebed (17 años).
Hiss violó la ley israelí cuando aceptó
los cuerpos de los jóvenes sin saber quiénes eran y sin el consentimiento de
sus familias. Los cuerpos fueron entregados a la Autoridad Palestina rellenos
de algodón varios días después del múltiple asesinato.
El director del Centro de Jerusalén para la
Democracia y los Derechos Humanos, Salim Jalleh, declaró que su
organización ha podido documentar 270 casos de cadáveres palestinos
“reservados” que están enterrados en tumbas numeradas de cementerios militares
israelíes secretos o en compartimentos numerados de instalaciones de refrigeración.
De ellos, 24 son de palestinos de la ciudad de Tulkarem. El 8 de abril de 2009,
las familias de estas personas cuyos cuerpos están todavía en poder de los
israelíes realizaron una manifestación en Tulkarem. Tras ella, presentaron una
petición al director de la Cruz Roja en la que pedían que las organizaciones
internacionales presionaran a Israel para que les entregara los cuerpos de sus
hijos.
A continuación, listamos algunos nombres
de palestinos cuyos cuerpos están, según el Centro de Jerusalén para la
Democracia y los Derechos Humanos, en manos de Israel entre otros cientos más.
La pregunta es: ¿dónde están estos cuerpos? ¿Están en las instalaciones
frigoríficas o fueron enterrados en tumbas secretas después de haberles
extraído los órganos? ¿Por qué no han sido devueltos a sus familias?
·
Abdel-Fatah
Mohamed Badir – asesinado cerca de Jericó el 15-7-1975
·
Murad
Mohamed Abu Asal – asesinado el 30-1-2002
·
Sarhan
Burhan Sarhan – asesinado durante la invasión del campamento de refugiados de
Tulkarem el 4-10-2003
·
Saif
Allah Bashir Badran – asesinado cerca de la colonia judía de Mawr el
1-1-2003
·
Adel
Mohamed Hadaydeh – asesinado en Atteel, una ciudad al norte de Tulkarem, el
16-6-2003
·
Tarek
Samir Sfaqeh – asesinado en la colonia judía de Hermesh el 30-10-2002
·
Faiz
Mohamed Awad – asesinado en el Líbano el 17-8-1967
·
Ramzi
Fajri Ardah – asesinado el 3-4-2004 en la colonia judía de Avnei Hefetz
·
Jalid
Ahmed Abul-Ezz – asesinado el 30-10-2002 en Zeita, cerca del muro del apartheid
·
Jaled
Subhi Sandyak – asesinado en la colonia judía de Shaar Ephraim
·
Muaiad
Mahmud Salah Al-Din – se suicidó haciendo explotar una bomba el 8-11-2001
·
Abed
El-Basset Mohamed Odeh – se suicidó haciendo explotar una bomba el 27-3-2002
·
Ahmed
Sami Gawi – asesinado en Netanya el 12-7-2005
·
Mohamed
Yamel Faraj
·
Ahmed
Ibrahim Abed Allah – asesinado en Jerusalén en junio de 1967
·
Iyad
Naim Radad – asesinado el 15-7-1979 en Al-Zawieh, cerca de Salfit
·
Rami
Mohamed Idris – asesinado en Netanya el 31-3-2002
·
Mahmud
Ahmed Marmash – se suicidó haciendo explotar una bomba el 18-5-2001
·
Mufed
Mohamed Asrawi – asesinado en Baka Al-Garbiah el 21-2-2002
·
Mohamed
Ali Abu Zeneh – asesinado en el valle del Jordán el 12-5-1969
·
Lutfi
Amin Abu Saada – se suicidó haciendo explotar una bomba el 25-12-2006
·
Omani
Ahmed Kryosh – asesinado en la ciudad de Atteel, cerca de Tulkarem, el 5-6-2003
·
Mashur
Aruri – asesinado el 18-5-1976 junto con otras tres personas del Líbano
·
Los
cuerpos de 88 palestinos de Gaza que se sabe que están en manos de Israel (no
se dan los nombres)
·
Abed
Allah Kallab y sus amigos Mohamed Abed El-Kader Abu Al-Zulof y Mohamed Hanafi –
todos del campamento de refugiados de Rafah, desaparecieron el 7-3-1988
·
Fadi
Ahmed Al-Amudi, de 22 años, residente de Beit Hanun, asesinado el 17-4-2004 en
el puesto fronterizo de Erez
Abed Al-Naser Ferwana,
director del departamento de estadística del ministerio de prisioneros de la
Autoridad Palestina, él mismo expreso e investigador sobre la situación de los
palestinos presos en Israel, dijo que el número de palestinos presos que fueron
asesinados después de ser detenidos y encerrados en cárceles israelíes se
incrementó bruscamente durante la intifada de Al-Aksa. Representan el doble del
número de personas que los israelíes asesinaron en un cuarto de siglo, desde
que ocuparon Cisjordania y Gaza. Los cuerpos de esos presos asesinados están
también en cementerios israelíes secretos. En unos pocos casos, los cuerpos
fueron entregados dos semanas después de que los israelíes los asesinaran. Esta
es una nueva prueba de que los israelíes roban sus órganos, según Ferwana.
El criminal Ehud Barak, la gente del
Estado Mayor israelí, el ministro de asuntos exteriores y demás implicados en
estos crímenes inhumanos deberían dejar de amenazar al periodista sueco Donald
Boström con denuncias penales, pues ellos son las primeras personas que
deberían ser investigadas no solo por estas monstruosidades, sino también por
crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio. El tiempo de
silenciar a los periodistas y recortar la libertad de expresión ha terminado.
La opinión pública mundial es contraria
a la criminalidad de Israel y a las repetitivas y estúpidas denuncias de
“antisemitismo” siempre que se descubre uno de sus crímenes. La constante e
inadecuada invocación del holocausto es tediosa, hasta el punto de que ya nadie
se inmuta y no sirve para encubrir sus crímenes. Los sofistas criminales de
Israel harían mejor en clarificar dónde están enterrados todos estos cuerpos y
dónde están los órganos robados.
Si los israelíes siguen adelante y
llevan a Donald Boström a los tribunales, me presentaré voluntario para
testificar en su favor sobre estos repugnantes crímenes de los israelíes y, si
fuera necesario, pediré a todos los palestinos que tengan alguno de estos casos
en su familia a presentarse, también, como testigos en favor del Sr. Boström.
Nota
Muchos cuerpos palestinos que fueron
despojados de sus órganos siguen todavía en refrigeradores de las cárceles
israelíes, hospitales y cementerios secretos, y la ONU, la Cruz Roja y demás
organizaciones de derechos humanos deben utilizar su influencia para investigar
este tema y examinar estos cuerpos guardados en diferentes lugares de Israel.
Pido a Israel que invite a un equipo de
médicos y periodistas internacionales a examinar estos cuerpos, de forma que
puedan ver si estas acusaciones contra el inocente estado de Israel están
justificadas o si, en realidad, ha estado violando el derecho humanitario
internacional y tiene secuestrados estos cuerpos, sin entregárselos a sus
familias, con el fin de ocultar estos crímenes.
Emplazo al gobierno de Israel a que abra
sus refrigeradores y otros lugares de almacenamiento de cadáveres a los equipos
de periodistas y organizaciones de derechos humanos.
Kawther
Salam es periodista palestina. Fue obligada por las fuerzas de ocupación
israelíes a dejar su país y ahora vive en Viena, Austria.
Acerca
del Traductor: Javier Villate mantiene el blog Disenso,
con artículos, análisis y traducciones sobre Palestine, Israel y Medio Oriente.
Le puedes seguir en Twitter como @bouleusis
Kawther Salam, Europa & Middle East
News, / Traducción: Javier Villate en el Blog Disenso
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