El dirigente histórico de la Organización por la Liberación de
Palestina, Yasir Arafat, murió en 2004 por causas naturales, declaró hoy
el director de la Agencia Biomédica de Rusia, Vladímir Uiba.
“Fue una muerte natural, no provocada por la radiación”, indicó Uiba en una rueda de prensa.
Agregó que “expertos franceses han confirmado este dictamen”. También
lo aceptan, según el funcionario, los forenses suizos que “han revocado
su (primera) declaración ambiciosa”.
El embajador palestino en Moscú, Fayed Mustafa, señaló que, a pesar
de las conclusiones de expertos rusos, la Autoridad Nacional Palestina
insiste en la apertura de una investigación internacional para
esclarecer la repentina muerte de Arafat.
“Respetamos su postura y apreciamos mucho su labor pero ya se tomó la
decisión de continuar trabajando”, comentó en una entrevista con RIA
Novosti.
La viuda de Arafat, Suha, afirmó en noviembre pasado que su esposo
fue envenenado. Hizo esta declaración al conocer los resultados de un
examen forense que se llevó a cabo en el Instituto de Radiación Física
del Hospital Universitario de Lausana, en Suiza, y según el cual la
concentración de polonio en las muestras provenientes de la tumba de
Arafat era 18 veces superior a lo normal.
Una comisión palestina que investiga la muerte de Arafat
responsabilizó del supuesto envenenamiento al entonces primer ministro
de Israel, Ariel Sharon, el titular de Defensa Shaul Mofaz y los jefes
de otros cuerpos de seguridad israelíes, pero Tel Aviv siempre ha negado
en términos categóricos toda implicación en el caso.
El pasado 22 de diciembre, el Consejo de la Liga Árabe apoyó en una
reunión extraordinaria celebrada en El Cairo la propuesta de formar bajo
los auspicios de la ONU una comisión internacional para aclarar la
muerte del líder histórico de la OLP.
Ria Novosti
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