El
símbolo de la rebelión y la secesión de los estados del sur, el símbolo
que representa la decisión de librar una guerra para proteger la
esclavitud, podrá estar menos visible, pero la lucha por la igualdad,
librada hace 200 años por los propios fundadores de la Iglesia Emanuel
de Charleston, continúa.
Como afirma el reverendo Barber, se necesita un
cambio sistémico: “Arrestaron al culpable, pero el asesino sigue
suelto”.
La masacre de nueve feligreses afroestadounidenses en la Iglesia
Metodista Africana Emanuel de Charleston, Carolina del Sur, ha causado
conmoción en todo el país y bien podría haber sacudido las bases de la
Confederación. Dylann Storm Roof ha sido acusado de asesinar de manera
premeditada a los miembros de la congregación, tras haber recargado al
menos dos veces su pistola Glock. Según una persona que habló con una de
las tres sobrevivientes de la masacre, Roof dejó a una víctima con vida
para que pudiera contarle al mundo lo sucedido. Este terrible asesinato
en masa fue un acto de terrorismo abiertamente racista.
Entre las víctimas mortales se encuentra el pastor de la histórica
iglesia, el Reverendo Clementa Pinckney, de 41 años de edad, que también
era senador del estado de Carolina del Sur y dirigía un grupo de
estudios bíblicos los miércoles por la noche. La noche de la masacre,
Roof participó durante una hora de las actividades del grupo antes de
matarlos.
Algunos años atrás, el reverendo Clementa Pinckney describió a la
Iglesia Metodista Africana Madre Emanuel: “[La iglesia] se encuentra en
un lugar muy especial de Charleston. Es un lugar muy especial porque el
lugar donde está ubicada, esta zona, ha sido vinculada con la historia
de la vida de los afroestadounidenses desde principios de 1800. La
iglesia fue construida en 1891. El reverendo Morris Brown creó la
congregación en 1818. Brown se convertiría más tarde en el segundo
obispo de la Iglesia Episcopal Metodista Africana. Quienes saben un poco
sobre nuestro nombre, comenzamos en 1787 a través de nuestro fundador,
Richard Allen, que se fue de la Iglesia Episcopal Meddeth de San Jorge
debido a que le decían que tenía que rezar después de los miembros
‘normales’ de la iglesia. Y es así que comenzó nuestra denominación, en
un acto de desobediencia civil y, por decirlo de algún modo, de búsqueda
de justicia teológica”.
Lo poco que se conoce sobre la motivación de Roof para supuestamente
haber cometido el crimen ha sido extraído de un sitio web que se cree
que él creó. En el sitio hay un manifiesto que reza: “Elegí Charleston
porque es la ciudad más histórica de mi estado y en una época tenía la
mayor proporción de negros con respecto a blancos en todo el país. No
tenemos skinheads aquí, no hay un verdadero Ku Klux Klan, nadie está
haciendo nada, solo hablan en Internet. Bueno, alguien debe tener la
valentía de llevar esto al mundo real y supongo que tendré que ser yo”.
Una sobreviviente de la masacre afirmó que Roof le dijo a una de las
víctimas que le suplicaba que parara: “El dijo: ‘Debo hacerlo. Ustedes
violan a nuestras mujeres y se están apoderando del país. Deben morir’”.
El sitio web contiene fotografías de Roof con un arma, la Glock
calibre .45 que probablemente sea la que utilizó en la masacre, y con la
bandera confederada, lo que suscitó nuevas iniciativas de retirar ese
símbolo de racismo y odio de los lugares públicos. Durante décadas, la
bandera confederada ondeaba en lo alto del Parlamento de Carolina del
Sur, junto a la bandera de Estados Unidos y a la del estado de Carolina
del Sur. Después de que la Asociación Nacional para el Progreso de la
Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) comenzó a boicotear al
estado en el año 2000, se alcanzó un acuerdo, por el cual se retiró la
bandera de la cúpula del capitolio del estado y se la colocó en otra
parte del predio, junto a un monumento a los caídos del ejército de la
Confederación durante la Guerra de Secesión.
Uno de los primeros en hablar a favor de retirar la bandera tras la
masacre ocurrida la semana pasada fue el legislador estatal de Carolina
del Sur Doug Brannon, un republicano blanco. Brannon dijo en Democracy
Now!: “El jueves por la mañana me desperté con la noticia de la muerte
de estas nueve maravillosas personas y supe que había que hacer algo.
Clementa Pinckney lo merece. Estas nueve personas lo merecen. Es
necesario retirar la bandera de la Confederación del capitolio de
nuestro estado”.
El reverendo William J. Barber segundo es el presidente de la NAACP
de Carolina del Norte. Se enteró de la matanza el miércoles por la
noche, mientras estaba en la cárcel. Barber contó en Democracy Now!:
“Habían arrestado a alrededor de 10 de nosotros en la Cámara de
Representantes de Carolina del Norte por protestar contra los políticos
extremistas que aprobaron la peor ley de restricción del derecho al voto
del país”. Barber ha encabezado el movimiento “Lunes de moral”, que
moviliza cada semana a cientos de miles de personas en contra de la
agenda que promueve el gobierno republicano de Carolina del Norte. Está a
favor de que se retire la bandera confederada, a la que denomina
“vulgar”, pero sugirió que promover medidas políticas sería un mejor
homenaje a Clementa Pinckney y a las demás víctimas.
Barber declaró: “El reverendo Pinckney, como colega de la iglesia, no
solo se oponía a la bandera, se oponía a que se negara la ampliación de
Medicaid. Sabemos que en este momento la mayoría de los estados se
oponen a la ampliación de Medicaid. En muchos de ellos, 6 de cada 10
personas son negras. El reverendo Pinckney se oponía a la restricción
del derecho al voto y a la identificación de votantes en Carolina del
Sur. Se oponía a quienes celebraron el fin de la Ley de derecho al voto,
la eliminación del artículo 4, que significa que Carolina del Sur ya no
necesita autorización federal previa para cambiar las leyes de
votación. Se oponía a la falta de financiamiento para la educación
pública y defendía un aumento del salario mínimo”. Barber dijo al
representante estatal Doug Brannon en Democracy Now!: “Elaboremos un
proyecto de ley general en nombre de los nueve mártires y de todas las
cosas que defendía el reverendo Pinckney. Si decimos que lo amamos a él y
a sus compañeros, pongamos todas estas cosas en un proyecto de ley
general, aprobémoslo y llevémoslo el viernes al funeral”.
Wal-Mart, Amazon y otras grandes empresas minoristas han retirado de
la venta los productos que contienen la bandera confederada. Alabama ha
retirado la bandera confederada de los edificios públicos y otros
estados, entre ellos Carolina del Sur, están por hacer lo mismo. El
símbolo de la rebelión y la secesión de los estados del sur, el símbolo
que representa la decisión de librar una guerra para proteger la
esclavitud, podrá estar menos visible, pero la lucha por la igualdad,
librada hace 200 años por los propios fundadores de la Iglesia Emanuel
de Charleston, continúa.
Como afirma el reverendo Barber, se necesita un
cambio sistémico: “Arrestaron al culpable, pero el asesino sigue
suelto”.
Amy Goodman / http://www.vocesoaxaca.com
Con información de medio aliado: Democracy Now
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