Por
su comportamiento, la oposición venezolana encabezada por Henrique
Capriles, parece pensar en aplastar la independencia del pueblo.
Las presidenciales y su resultado, que en pocas palabras según veedores internacuiomales. fue “claro, casi perfecto y transparente”, no tienen ya en su recuerdo —tras la derrota— sentido alguno.
| JEAN ARAUD.*
Como de costumbre, con su experiencia de 18 procesos electorales en
12 años, los ciudadanos venezolanos salieron a votar, en paz y con una
disciplina ejemplar. Así concluyó el día electoral sin mayor
contratiempo. Todos los “observadores” internacionales que por respeto a
la soberanía se denominan “acompañantes” coincidieron, sin ninguna
excepción, que el sistema automatizado de votación del CNE, Consejo
Nacional Electoral, era “claro, casi perfecto y transparente”.
De esta forma estos expertos confirmaban lo que sobre el sistema
electoral declaró hace tiempo el ex-presidente Jimmy Carter con su
experiencia como observador de elecciones realizadas en 92 países “The
best in the world” (el mejor del mundo).
Llegó la hora de los primeros resultados oficiales emitidos por la
Presidenta del CNE acompañada de sus rectores. Los definitivos fueron
publicados el lunes siguiente:
Nicolás Maduro 7.505.338 votos con 50,66%. Henrique Capriles 7.270.402 votos con 49,07%.
Nicolás Maduro 7.505.338 votos con 50,66%. Henrique Capriles 7.270.402 votos con 49,07%.
Las primeras conclusiones son evidentes:
– Nicolás Maduro, el candidato de Chávez, ganó la presidencia de Venezuela por mayoría absoluta contra el candidato de la oposición.
– Hubo una estrecha diferencia entre los dos candidatos, más que todo tomando en cuenta que todas las encuestas daban un mínimo de 10% de ventaja a Maduro y que en diciembre pasado el chavismo gano 20 de las 23 gobernaciones del país.
Esto es sin lugar a dudas un serio tema de reflexión para el chavismo. Sería atrevido y prematuro sacar conclusiones en caliente. Vendrá el tiempo para el chavismo de las “tres R” de Chávez, o sea la Revisión, Rectificación y el Reimpulso.
Asomó el golpismo su nariz
El golpismo asomó su nariz con la de un rector del CNE en la persona de Vicente Díaz, cuando al concluir lo que era un acto oficial se retiraba la Presidenta del CNE supuestamente con su equipo de rectores, el rector Díaz se quedó en la tarima y tomo un micrófono aprovechando la cobertura mediática, en realidad únicamente la cámara de la ya famosa Globovisión, cadena golpista por excelencia y larga experiencia.
Tenía algo importante que decir. Empezó con que no tenía “ninguna duda sobre el resultado de las elecciones, que había sido auditado, revisado, certificado, hubo presencia de los testigos….”
Después de su declaración siguió, tal vez no muy convencido, que… pero para la tranquilidad de los opositores habría que revisar los resultados.
Había cumplido el rector Díaz su fugaz papel en el primer acto de
tentativa de un golpe de Estado. Sólo confirmaba algunas pequeñas
señales recibidas días anteriores y durante el mismo día de las
elecciones.
Las curiosas matemáticas democráticas de Henrique Capriles
Apenas
conocidos los resultados apareció un Henrique Capriles visiblemente
alterado y con los ojos desorbitados. Sorprendentemente empezó a
explicar que entre 50,66% y 49,07% el que gana es el 49,07 y el que
pierde es el 50,66.
Capriles se autoproclamó ganador y envío a Maduro el mensaje de que
era el derrotado. También y a pesar de todas las declaraciones de los
expertos y de “su” rector, declaró que los datos del CNE no eran
confiables y que era víctima de un fraude electoral.
Curioso este personaje, Capriles, que nunca cuestionó el CNE cuando
ganó dos elecciones para ser alcalde y dos veces gobernador, la última
con apenas 40.000 votos de ventaja. Para ser nombrado candidato
presidencial de la Mesa de la Unidad (MUD) contra Chávez, a Capriles le
pareció muy bien utilizar los servicios del CNE para unas supuestas
primarias.
Parece que a Capriles le gusta el CNE cuando gana, pero le disgusta cuando pierde.
Mentiras para una tentativa de golpe de Estado por vía electoral
Capriles, frente a su derrota desconoció los resultados argumentando
“el poco margen de votos”. Desconoció la decisión del Consejo Nacional
Electoral y declaró al presidente electo ilegítimo. Al mismo tiempo
incitó a sus seguidores a la “protesta pacífica”.
Capriles mintió. Mintió Capriles porque lo que hizo en realidad fue
poner en marcha un plan programado desde hace tiempo, que no tenía nada
que ver con el margen de resultados. Ya en un referéndum anterior la
oposición también manejó su tesis de fraude cuando Chávez había ganado
con 18%.
Capriles, como todos los venezolanos, sabe que el sistema electoral
es perfecto. Sabe que el 54% de las mesas electorales fueron auditadas
al azar sin encontrar ninguna anomalía, en presencia y con firma de sus
propios testigos. Lo sabe muy bien Capriles, que tiene en su poder una
copia certificada del acta correspondiente a cada uno de los centros
electorales.
Las franelas impresas con la palabra “fraude” que el mismo domingo
de las elecciones aparecieron en la oposición ya estaban preparadas
desde tiempo.
Tampoco es por casualidad que Capriles se negó a firmar un documento del
CNE de compromiso en aceptar los resultados como lo hicieron los demás
candidatos.
También Capriles mintió a los electores. Mintió cuando aseguró que
impulsaría las misiones sociales del pueblo. Sus seguidores hoy son la
prueba de las mentiras de Capriles cuando salen a la calle quemando
centros de salud popular, quemando viviendas del pueblo o centros de
distribución de alimentos y además salen a matar bolivarianos.
Y no sólo los seguidores de Capriles. En la noche del lunes en la
zona popular de Petare se capturó un grupo de vándalos que tenía la
intención de quemar el centro de salud… Había dos policías al servicio
de un alcalde opositor.
Como en la oportunidad del golpe de estado de 2002, atacaron la sede
de Venezolana de Televisión pero esta vez acudió en defensa un colectivo
organizado y los opositores se retiraron con la bravura de los
cobardes.
Miente Capriles cuando alza una supuesta bandera democrática. Ya el
pueblo venezolano no cree en estos cuentos y sabe perfectamente que
detrás suyo están las garras de Washington y sus seguidores
occidentales que sólo persiguen el objetivo de arrebatar los recursos de
países frágiles.
Wáshington, una vez más, espera la oportunidad de la desestabilización
de un pequeño país para su intervención en calidad de “salvador de la
democracia”. Es el mismo manual de siempre, el manual para ocupar países
y robar sus recursos.
El saldo de las protestas “pacíficas” de la oposición venezolana el
martes siguiente a la elección fue dedos muertos en Caracas, tres
muertos en el Estado Zulia, un muerto en la ciudad de Cumaná, un muerto
en la ciudad de San Cristóbal, ocho CDI centros de salud populares
quemados, tres centros del partido de gobierno quemados, tres centros
Mercal de distribución de alimentos quemados, varios vehículos quemados.
Por pura coincidencia todas las víctimas son bolivarianas, quizás
también porque Maduro pidió a los bolivarianos que obren con cordura y
sólo en paz.
Todos saben de la táctica de la oposición de generar muertos para
atribuirlos al gobierno. Para esto, en abril del 2002 contrataron
mercenarios extranjeros que no dudaron en matar no solo chavistas sino
que manifestantes opositores “carne de cañón”.
Según las últimas noticias no existe preocupación alguna para los
familiares de los líderes opositores, empezando por la familia Capriles.
Salieron en aviones privados y se encuentran en seguridad en Miami y en
Curazao disfrutando probablemente de los estimados setenta millones de
dólares ya recibidos, seguramente por “servicios a la democracia”.
Parece que Dios y Bolívar no respaldan planes macabros
Durante su campaña electoral Capriles declaró algo realmente
sorprendente. Para animar a sus seguidores asumió en pocas palabras que
Dios les daba una segunda oportunidad.
Extrapolando, que como perdió las
elecciones frente a Chávez, pues que era la voluntad de Dios la muerte
de Chávez para que él —Capriles— pudiera presentarse a nuevas
elecciones.
También Capriles, anti bolivariano confeso, no dudó en utilizar la
imagen de Bolívar como emblema electoral bautizando así su comando de
campaña.
Los resultados indican que a Dios no le gustó ser presentado como un
asesino con fines electorales y que tampoco le gustó al Libertador
Bolívar ver tentativas de entrega de su país al imperio que como lo dijo
en su tiempo “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia
para plagar América Latina de miseria a nombre de la libertad”.
En la noche de las elecciones, el derrotado Capriles al sentirse
abandonado por Dios y por Bolívar buscó una vía alterna y llamó al
Presidente electo para intentar un pacto chantajista.
No recuerda Capriles lo que le contestó Chávez cuando pretendió un debate con él.
No sabe Capriles que Nicolás Maduro es el sucesor que preparó Chávez.
Pues recuerde señor Capriles que Chávez le mandó a decir “águila no caza mosca”.
Sueltos golpistas veteranos con experiencia y antecedentes
Capriles en estos momentos aparece flanqueado de los mismos actores
del golpe de abril del 2002. Es sorprendente ver que a pesar del
“’régimen’ dictatorial de Chávez” estén todavía sueltos estos
golpistas en un país antidemocrático.
A todas luces la impunidad inspira una reincidencia que el pueblo comenta con un “¿hasta cuándo?”.
El sólo prontuario de Henrique Capriles es elocuente, tanto en el golpismo como en lo electoral:
– Fue uno de los principales actores del golpe de estado de abril 2002,
llegando a violar una embajada a pesar de todas las convenciones
internacionales.
– En la misma oportunidad, en calidad de alcalde de otra jurisdicción,
participó personalmente en la detención del ministro del Interior,
sometiéndolo a las agresiones de una horda de sus seguidores.
– Hoy Capriles exige un reconteo de votos de las cajas y desconoce la
autoridad del Centro Nacional Electoral. Sin embargo y para unas
supuestas primarias para presentarse como candidato utilizó los
servicios del CNE. Claro, a su manera y con reglas personales como por
ejemplo obviar las máquinas capta huellas que justamente evitan el
fraude de la repetición del voto. En cuanto a las cajas conteniendo los votos, a las veinticuatro horas las mandó a quemar.
Hoy Capriles y sus cómplices intentan la carta de la
desestabilización y la guerra civil en su país para contar con una
intervención extranjera. No sería nada nuevo ni la primera vez en la
historia que una gran potencia instala en un país un presidente de facto
a su servicio.
Asegura Capriles haber recibido apoyo de gobiernos extranjeros pero
se abstuvo de mencionar cuales. En realidad, no hacía falta porque esto
es vox populi, empezando por Wáshington y Madrid de una realeza en
decadencia.
La inmensa mayoría de los venezolanos, incluidos los oposicionistas
sensatos —que son mayoría—, sólo desea vivir en paz. Estos días saldrán
masivamente los bolivarianos dispuestos a defender su patria y muchos
oposicionistas se quedarán tranquilamente en casa.
Algunos energúmenos víctimas de una disociación psicótica orquestada
principalmente por la cadena de televisión Globovision intentarán seguir
quemando y matando a diestra y siniestra.
Los golpistas fracasaron en sus tres golpes de Estado anteriores, el militar, el petrolero y el empresarial.
Hoy, y para su golpe electoral, se enfrentan a un gobierno que cuenta
con estas experiencias y probablemente será menos permisivo que en los
casos anteriores.
Llegó el tiempo para Capriles de retirarse a su lujoso apartamento de
Nueva York, mucho más confortable que una cárcel venezolana, aunque
merece más lo segundo que lo anterior.
La Revolucion Bolivariana seguirá ganando sus batallas para un mejor futuro de su pueblo.
——
* Comunicador de origen francés. Productor y co-conductor del
programa Así de Simple en la Radio del Sur. Coordinador General del
Sistema Hermes Internacional.
Tomado de http://www.surysur.net
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