Antonio Rodiles, su jefe de la SINA y otros mercenarios |
Realmente sentí repugnancia al leer la carta que, irrespetuosamente, movido por la impotencia y el afán de sucio protagonismo, escribió el contrarrevolucionario Antonio Rodiles, coordinador del proyecto Estado de SATS, al Comandante Fidel Castro. Pensé más de una vez, el aceptar si este intelectualoide de baja estofa, marioneta de la SINA, merecía dedicar un poco de nuestro tiempo para replicar la irreverente misiva, digna de ser colocada en otro estercolero mediático anticubano: Radio Martí. Mas el respeto que merece la figura de Fidel para cada uno de los cubanos y revolucionarios del mundo, pudo más.
Culpa el mercenario de oficio a Fidel de su incapacidad de encontrar eco en el pueblo que ha denigrado con sus ambiciones espurias. Culpa igualmente a nuestra seguridad cubana de un supuesto asedio a su persona y al fabricado proyecto "made in USA", que promueve desde su casa en el municipio Playa, bajo la venia de Charles Barcklay, funcionario de la SINA, y en despreciable compadrazgo con Yoani Sánchez y Orlando Luís Pardo Lazo. ¿Piensa acaso él, que nuestro pueblo le permitirá sus provocaciones? ¿Imagina que nos cruzaremos de brazos ante el servil patrocinio de que disfruta por parte de quienes intentan destruir a la Revolución? Estas conquistas ganadas por nuestro pueblo, sépanlo bien, jamás se las entregaremos, a no ser sobre nuestros cadáveres.
Soy de los que creen que hemos tenido mano suave con estos mercenarios y que la ofensa a un mandatario o figura que es ícono para la nación, merece una severa sanción por parte de nuestra legislación. Así ocurre y así se juzga en otras naciones que se autoproclaman "democráticas". Soy también de los que piensan, a pesar de mi ancianidad, que esta sabandija bien merece un sopapo de mi parte, a pesar de que físicamente es más joven que yo, más la mano no me temblará para hacerlo y veremos quien sale airoso en la contienda. Mucho aplomo, sin embargo, requiere no vengar tal afrenta.
Nadie ha desprestigiado a Rodiles, ni alguien pierde el tiempo en basuras como él. Miente cuando dice que "Una vez más la Seguridad del Estado usa la vieja táctica de intentar
desprestigiar ante su incapacidad de ir a un debate público de
argumentos e ideas. Debate que tendría un final muy esperado, pues
absolutamente nadie puede esconder la ruina a la que han llevado a la
nación cubana. La han arrasado e intentan seguirla arrasando. En esta
ocasión los ataques se han dirigido al proyecto Estado de SATS y
directamente hacia mi persona."
Su absurda contextualización de que los males que supuestamente padece Cuba son culpa de Fidel, entrañan no solo perversión, sino también ingratitud. Gracias a Fidel pudo estudiar y hacerse un hombre, aunque no haya sabido aprovechar bien los beneficios de la Revolución. Absurdo es también invocar una herencia familiar que desmerece y avergüenza, así como recurrir a la infamia de distorsionar a nuestra historia y ofender a quien ha demostrado tener más valor personal que él y sus cófrades de la contrarrevolución: Fidel.
La generación que derrocó a Fulgencio Batista, encabezada por Fidel, ofrendó su sangre por sus ideas y no vaciló en asumir los más duros riesgos para ofrecerle al pueblo una vida más digna. Rodiles y sus socios contrarrevolucionarios jamás han tenido el valor de poner el pellejo por delante para defender a sus ideas. Se han escudado en el cobarde papel de detractores y mentirosos, así como el humanismo de la Revolución que jamás torturó ni asesinó a un opositor. Se han escudado también en el cuestionado rol de "opositores pacíficos" para rehuir a la contienda y reclamar la lástima de los incautos y de los que malsanamente alientan a la contrarrevolución interna.
Recuerdo que un día, estando yo en Miami como agente de nuestra Seguridad cubana, el terrorista presidente de la FNCA, Francisco José Hernández Calvo, me preguntó si realmente era posible derrocar a Fidel. Con la mayor honestidad posible, la que permitía mi rol como conspirador secreto ante sus narices, le respondí: "Sí, es posible, pero para ello es necesario tener los c......... que ha tenido él. Mientras ustedes no sean capaces de marchar de frente contra el enemigo, como lo ha hecho él, no podrán lograrlo."
A fuer de ser honesto y apegado a la verdad, nos hemos mantenido en el poder porque no ha habido un solo mercenario, interno como externo, que haya tenido el valor de jugarse la vida por lo que piensa. Los que lo han hecho, nunca han tenido el apoyo del pueblo pues han recurrido al más detestable terrorismo contra sus compatriotas. Usar la mentira como arma, la difamación por escudo y la ofensa irrespetuosa como argumento, es digno de cobardes.
Cuba ha sabido defenderse a costa de la sangre y el sacrificio de sus mejores hijos. Así lo demostró en Girón y Fidel, contrariamente a lo que dice Rodiles en su infame carta, sí estaba el 19 de Abril en la primera línea de combate. Muchos testigos hay sobre este acontecimiento y quedará en la historia como un hecho en que un hombre admirable, a diferencia de George W. Bush el 11 de septiembre de 2001, ocupó el privilegiado lugar de combatir al frente de su pueblo ante una amenza al mismo.
Lo demás es parte del rejuego mediático del manido discurso anticubano, que Rodiles se encarga de repetir como un papagayo bien entrenado. Las mismas acusaciones totalmente insustentables son repetidas por él.
Termino, pues, con la simple advertencia: afina la puntería Rodiles, que hay un heroico pueblo delante de ti para enfrentar y quiera la vida que el destino no me quite el privilegio de que seas tú, vistiendo el deshonroso traje del US Army, a quien dispare primero en el combate.
Tú estarás, si se atreven a venir, en la trinchera de los traidorzuelos. Nosotros, mi pueblo, estaremos en la trinchera de Fidel, esté él físicamente presente o no, pero allí estaremos, para honrarle y jamás defraudarlo.
No hay mejor respuesta que este poema, escrito por mí, y que representa el sentir mayoritario de nuestro pueblo hacia nuestro invencible, terco apostador por la vida y la justicia, nuestro Fidel.
Yo me
voy con Fidel
para abrirle senderos de luz a la larga noche
americana,
para
llenar de fuegos al surco herido
y a contagiarlo de genuina esperanza.
Me
voy con él, a devolverle el pan al
marginado,
a poner
una estrella sobre la frente
de todo aquel excluido y olvidado,
azotado y herido,
hecho girón amargo por el terco abandono.
Yo me voy con Fidel,
a reparar
el desvelo de tanta madrugada;
a
restañar heridas y a enmendar injusticias;
a
tejer con las manos un mundo nuevo y
promisorio
en el
que habiten sueños satisfechos,
y a
ofrecerle voz ronca a las campanas.
Yo me voy con Fidel,
a ponerle a las gentes alternativas de luz
en su cansancio;
a darle su estatura a la mañana,
a ofrecerle justo precio al sacrificio,
y a
hacer que esta hora se prolongue
en un
parto de tangible optimismo.
Yo me voy con Fidel.
para darle al pobre su bandera, su adarga y una
espada de luz.
Me
voy sin sobresaltos ni temores,
convencido,
para
que viva eterna nuestra lucha y la sana ambición
que
nos motiva,
más
allá de los siglos,
más
allá del recuerdo que dejemos
a los que nos prolongarán alguna vez.
Yo me voy con Fidel,
para inundar de verde olivo cada rincón del mundo
y para
hacer del puño firme un arma poderosa,
y a la razón una verdad imbatible.
Me
voy con él,
definitivamente,
a
resolver conflictos y a repartir por todos lados
un
poco de esperanza.
Me
voy con él, como uno más
de
los que apuestan por el futuro,
a
hacerme eterno y necesario
en su trinchera.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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