Sería muy fácil, considerando la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, describirlo como un país "guerrero".
Y aún cuando esa descripción sería técnicamente
correcta, podría ser errónea, porque ignora las fuerzas sociales que llevan a
los norteamericanos a la guerra.
Principal entre
esas fuerzas son los medios de comunicación, porque ellos proveen la narrativa
que centra la racional para la guerra. En segundo lugar es el papel del Estado,
porque el Estado también da forma a esa historia.
Finalmente, y
quizas lo más importante, es el papel de las
corporaciones y de sus cabilderos, que pueden ser muchas veces vistos como los
motores reales de la guerra.
Porque en toda
guerra, no importa la razón que se le dé, negocios (o
grupos de negocios) hacen dinero de la miseria y de la carnicería de los
conflictos militares.
Hace mucho
tiempo, durante la Guerra Civil (que también es la guerra más sanginaria de los Estados Unidos!), vimos aparecer grandes
compañías de carne norteamericanas --primero para alimentar las crecientes
multitudes de soldados-- después para alimentar los millones de
consumidores que estaban aprendiendo las delicias de la carne enlatada.
Fábricas de armas, de municiones, fábricas
de aviones, diseñadores de bombarderos; y – voila! – sin que se de
cuenta, está en el país del
complejo-militar-industrial.
La guerra es un
negocio extremadamente grande y lucrativo; y cuando no estamos atareados usando
las armas contra "enemigos" en el extranjero, las estamos
vendiendo a los que llamamos nuestros "aliados" para que las
usen para represión interna o para las constantes guerras de límites entre
países vecinos.
Por todo su
hablar de "paz" y "estabilidad", los
Estados Unidos es, sin lugar a dudas, el mercader de armas más grande del mundo, y siembra destrucción en todo el orbe.
Y los miembros
del Congreso norteamericano no son más que
cabilderos del complejo militar-industrial --cabilderos tanto durante su tiempo
de congresistas, como después cuando ya han dejado el Congreso.
Mientras se
cierran escuelas en ciudades importantes de los Estados Unidos, (Chicago,
Illinois, Filadelfia, Pensilvania y Oakland, California, por ejemplo), y se
clausuran las bibliotecas, armas de guerra llenan ahora los departamentos de
policía locales --para ser usadas en la más reciente
seudo-guerra: el terrorismo.
Al preparar los
fuegos para las guerras del mañana, cerramos las puertas al saber y a la razón.
Mumía Abú-Jamal
7-4-2013
--© ‘13maj
Traducción libre del
inglés enviado por
Fatirah Aziz, Litestar01@aol.com,
hecha en REFUGIO DEL RIO
GRANDE, Texas.
Armas como luces de navidad
ResponderEliminarNo es raro el vasto conjunto de operaciones encubiertas de la CIA en america latina de contrabando de drogas y armas. Como por ejemplo las negociaciones con Montesinos para cambiar drogas por armas.
Cuyo único objetivo es vender armas que son fasiles de detectar por los EEUU; eso explica porque que siempre saben donde esta el enemigo desde grandes distancias.
No son mejores soldados, solo tienen la ventaja de la tecnología.