Las
actividades organizadas por la contrarrevolución para conmemorar el 65 aniversario
de la
Declaración Universal de los DD.HH., especialmente el I
Encuentro Internacional sobre Derechos Humanos y Pactos de la ONU, y el llamamiento hecho
por Berta Soler, jefa del grupúsculos Las Damas de Blanco, así como la
preparación de diversas mini provocaciones en diferentes ciudades del país, fueron el centro de
la manipulación mediática de los principales medios informativos vinculados a
la guerra ideológica anticubana.
El objetivo principal era provocar la
respuesta gubernamental y popular al montaje de dichos shows para luego lograr
algunos objetivos bien delineados, entre los cuales podemos destacar:
● Manipular una supuesta ola represiva
contra los auto denominados “opositores”, con el objetivo de poner en
entredicho a Cuba ante la opinión pública internacional.
●
Sobredimensionar falsamente la existencia de un amplio descontento popular en
el país cuando, en realidad, los participantes en estos eventos
desestabilizadores son minúsculos grupos de personas.
● Lograr pronunciamientos de gobiernos
extranjeros y organizaciones –verdaderos financistas y promotores de estas
acciones-, para recrudecer el ataque mediático anticubano.
●
Usar las plataformas de internet, particularmente las redes sociales,
para impostar –tanto desde sus asociados en el exterior como por mercenarios
internos-, matrices de opinión encaminadas a viciar el tema de la democracia y
los derechos humanos, en una deliberada tergiversación de la realidad cubana.
● Manipular los estados de opinión mediante
la falsa victimización de los provocadores por parte de una supuesta violencia
gubernamental, para lo cual acuden a diversas formas de falsedades mediáticas,
usando “las plataformas de denuncia”
previamente establecidas por sus financistas en el exterior.
● Solo en los días 10 y 11 de diciembre,
centenares de inventados actos represivos fueron propalados en las redes
sociales, medios de comunicación al servicio de los tradicionales detractores
de la realidad cubana en el exterior y en la blogósfera contrarrevolucionaria.
La “victimización” de los mercenarios
adquirió, en sentido general, las siguientes modalidades:
1) Asedio por parte
del gobierno y sus órganos de enfrentamiento a
aquellos hogares y sitios en los cuales se celebrarían estos actos
provocadores. Especial relevancia trataron de dar al sobredimensionado evento
en casa de Antonio Rodiles, sede de Estado de Sats, donde se celebrarían
diversas actividades contestatarias.
2)
Arrestos temporales de mercenarios por parte de la
policía como fueron los casos de Gorki Ávila, Aldo Menéndez, Otari Oliva y
otros. Los medios contrarrevolucionarios inflaron la cifra de cerca de 300
detenciones en estos días, lo cual resulta incierto.
3)
Inventadas golpizas públicas y agresiones contra
opositores –realmente simples forcejeos con las autoridades-, como fueron los
casos montados y manipulados por Walfrido López, Antonio Rodiles, Kizzy Macías,
Calixto Martínez, Ailer González, Berta Soler, Ángel Moya y otros.
4)
Detenciones de extranjeros que, violando sus visas
como turistas, se involucraron en estos actos hostiles contra la tranquilidad
ciudadana y quienes tenían como misión divulgar las “aventuras provocadoras” de
estos mercenarios. Este es el caso de los ciudadanos argentinos quienes de
inmediato fueron entregados a personal diplomático de ese país en La Habana,
sin sufrir daño alguno.
5)
Luego de una convocatoria promovida por Berta Soler,
mercenaria viajera y oportunista consumada, arguyeron una supuesta represión
contra las llamadas Damas de Blanco,
quienes buscaron lugares públicos para hacer más visible la supuesta
victimización por parte de las autoridades. Es de destacar que estas acciones
de indisciplina social en lugares emblemáticos para el pueblo cubano, constituyen
una abierta violación de la legislación vigente –que a mi parecer merece ser
revisada para dar una respuesta jurídica adecuada-, ofendiendo a la
sensibilidad y convicciones de la mayoría del pueblo. Muestra de ello fue la
protesta montada por esta cabecilla en la esquina de 23 y L, en el capitalino
barrio de El Vedado. Ante el repudio popular, muchas de las provocadoras fueron
detenidas temporalmente y sacadas del lugar para evitar el repudio de la
población.
6)
Disfrazar a
la contundente respuesta popular a los actos provocativos como formas de
violencia de género o actos discriminatorios, cuando en realidad esta respuesta
revolucionaria está dirigida al acto mismo y no a personas en particular. El
sobredimensionamiento de la respuesta organizada por parte de nuestro pueblo ha
sido tergiversado y manipulado por estos mercenarios, como fue el caso de una
violenta represión en Puerto Padre, Las Tunas, contra provocadores del
Movimiento Cristiano Liberación (MCL), llegando a mentir sobre la irrupción
violenta dentro de sus viviendas, maltratos físicos, daños a la propiedad y uso
de gases lacrimógenos.
7)
Destacaron las
visitas previas de las autoridades a la casa de potenciales provocadores para
instarlos de abstenerse a participar en los shows mediáticos previamente
organizados. Esta labor de prevención del delito es un acto legítimo de la
autoridad –realizada en otros países frecuentemente-, manipulándolos
descaradamente como amenazas y presiones gubernamentales.
8)
Reportes de cortes de líneas telefónicas y de
celulares, medios empleados por los provocadores para realizar las convocatorias
y difundir sus falacias sobre supuestos actos represivos. Conocido es que
muchas veces, desde sus propias casas o lugares reportan agresiones policiales
inexistentes, las cuales son ampliamente difundidas en el exterior por el
tinglado de medios incorporados a la guerra ideológica anticubana.
9)
Marchas provocadoras por diminutos grupos
provocadores en diferentes ciudades y barrios del país, lanzando consignas
ofensivas cuyo propósito es buscar una respuesta popular y de las autoridades,
tal como ocurrió en el reparto Mazorra, en Boyeros, por parte de los grupúsculos Partido Pro Derechos Humanos de
Cuba y el Frente de Resistencia Cívica y Desobediencia Civil OZT; la
provocación realizada en Altamira, Vista Hermosa, Santiago de Cuba, por
miembros de UNPACU; así como distribución pública de propaganda
antigubernamental en los municipios matanceros de Cárdenas y Colón, en el municipio santiaguero
de Palma Soriano, etc. Cabe destacar que esta distribución de propaganda
antigubernamental es limitada y la gran mayoría de los pobladores no reciben
estos llamamientos e ignoran a sus difusores.
10)
Destacar supuestos ataques a menores, familiares de
los provocadores, a los que llevan deliberadamente a los mismos para lograr una
mayor “victimización” y manipular el tema de la violación de los derechos del
niño.
Este falso dossier de la represión en Cuba
conjuga varios elementos de interés que no pueden ser ignorados por aquellos
que no quieren ser manipulados con respecto al tema de los derechos humanos en
la Isla.
En primer lugar, estos actos provocativos
son organizados desde el exterior y sus instigadores han sido entrenados en sus
viajes y encuentros con organizaciones, partidos políticos, servicios de
inteligencia foráneos, interesados en fomentar una falsa “primavera árabe”
dentro de nuestra nación.
En segundo lugar, los shows mediáticos son
desarrollados por grupos aislados y con carente representatividad dentro de
nuestro pueblo, en franca violación de la constitucionalidad y movidos por el
afán de lucro. Sabido es que altas cifras de dinero de la USAID y otras fuentes
se destina con estos sucios propósitos.
En tercer lugar, las acciones de
enfrentamiento a la contrarrevolución en Cuba tienen un carácter preventivo más
que represivo. Las medidas que se adoptan están encaminadas a evitar la acción provocadora con el mayor
respeto a la dignidad humana. Todo lo demás, es simple falacia.
En cuarto lugar, razono yo –y lo reitero-,
es necesario crear una legislación adecuada a las nuevas modalidades de la
accionar subversivo, que permita juzgar los delitos cometidos por estas
personas y la aparición de cambios en la actividad subversiva contra Cuba. Si
estos hechos fueran juzgados en otras naciones, como los EE UU, Rusia, y
actualmente en proceso de implementación en España, las penas que recibirían
estos provocadores les desestimularía notablemente. El dinero los mueve
fundamentalmente y la implementación de penalidades y multas consecuente haría
que los mercenarios de oficio se replantearan sus acciones ilícitas. A fin de
cuentas, la aplicación de estas nuevas leyes, les haría marcharse a convivir
con sus financistas e instigadores.
El pueblo cubano no aceptará estas
provocaciones que hieren su sensibilidad y el gobierno debe actuar de inmediato
para dar una solución a este problema.
Percy Francisco Alvarado Godoy.
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