El nivel de civilización al que han llegado diversas sociedades
humanas está en proporción a la independencia que han gozado las mujeres
(Flora Tristán, 1803-1844)
La despiadada guerra mediática que en estos días se produce contra la
primera dama del Perú Nadine Heredia, al percatarse los medios de
comunicación locales al servicio de los globalizadores, de su posible
postulación para las elecciones presidenciales en el 2016, ha demostrado
que a pesar de que las mujeres forman parte importante del género
humano, la sociedad altamente machista peruana todavía no está lista
para aceptar a la mujer como una líder de la nación. Lo más curioso es
que los más severos críticos de Nadine Heredia han sido las mujeres
ligadas a la política nacional. La están acusando de entrometerse en los
asuntos del gobierno y dictar su voluntad o simplemente manipular a su
esposo, el presidente Ollanta Humala.
No se le perdona ser una mujer culta, profesional inteligente,
poseedora de su propia opinión, simpática y siempre elegantemente
vestida. En un reciente artículo la periodista Mariella Balbi afirmó que
“el Congreso se puso los pantalones largos al darle un pare a esta
situación tan perniciosa para el país. Debería ir más allá e investigar
si Heredia hace negocios como se rumorea intensamente”. Es decir
prácticamente todas las acusaciones contra la primera dama están basadas
en chismes, rumores, datos no confirmados o simplemente suposiciones.
Otro notorio comunicador peruano, César Hildebrandt se burla de su
explicación de estar educada por sus padres y de “siempre ponerse al
medio” y no dejarse pisar el poncho por nadie. Para este periodista
Nadine Heredia es una “guerrera narcisista” que “cree que el Perú es su
casa, que sus hermanos somos todos”… y que ella “sigue demostrando a sus
papis cuánto vale”.
Lo interesante es que la atacan tanto la derecha como la izquierda, aunque en los tiempos actuales es difícil distinguir entre la derecha y la izquierda y muchas veces, como está sucediendo actualmente en Venezuela, ya no es la izquierda que sale a la calle protestar sino la derecha. En el caso concreto de Nadine Heredia, los globalizadores, los oligarcas y la elite peruana han llegado a la conclusión que entre todos los posibles candidatos para las elecciones presidenciales en el 2016, Nadine tiene muchos chances para ganar.
Su personalidad fuerte, su carácter independiente y su capacidad de tener criterio propio para tomar decisiones, son cualidades que nunca han sido de agrado de Washington respecto a los líderes latinoamericanos. Para hacer cumplir su meta de poner fin al proceso de integración en América Latina y hacer regresar al continente a su seno, EE.UU. necesita presidentes como Alan García, Pedro Pablo Kuszinski o Keiko Fujimori que sumisamente harían cumplir la voluntad y las instrucciones norteamericanas. Con Nadine Heredia no se sabe todavía que rumbo podría tomar pero el hecho de haberse encontrado alguna vez con Hugo Chávez ya es suficiente para los amos de este mundo y lanzar a la prensa globalizada contra ella con el propósito de crear una imagen negativa de Nadine Heredia o en otras palabras “quemar” su figura política para siempre.
Esta táctica fue utilizada también en los años 1990 contra la primera dama de los Estados Unidos Hillary Clinton cuando en 1994 lanzó su principal iniciativa, el Plan de Asistencia Sanitaria Clinton. En seguida toda la derecha norteamericana se lanzó contra ella debido a su gravitante papel político, incluyendo su intento por reformar el sistema de salud nacional. La tildaron de todo tratando de demostrar su intromisión en los asuntos del Estado. Fue inclusive citada para testificar ante un gran jurado en 1996 debido a la controversia de Whitewater, pero nunca fue acusada de irregularidades, ni en esta ni en otras investigaciones llevadas a cabo durante la administración de su marido, Bill Clinton. También el estado de su matrimonio fue objeto de muchas especulaciones tras el escándalo Lewinsky en 1998.
Lo interesante es que la atacan tanto la derecha como la izquierda, aunque en los tiempos actuales es difícil distinguir entre la derecha y la izquierda y muchas veces, como está sucediendo actualmente en Venezuela, ya no es la izquierda que sale a la calle protestar sino la derecha. En el caso concreto de Nadine Heredia, los globalizadores, los oligarcas y la elite peruana han llegado a la conclusión que entre todos los posibles candidatos para las elecciones presidenciales en el 2016, Nadine tiene muchos chances para ganar.
Su personalidad fuerte, su carácter independiente y su capacidad de tener criterio propio para tomar decisiones, son cualidades que nunca han sido de agrado de Washington respecto a los líderes latinoamericanos. Para hacer cumplir su meta de poner fin al proceso de integración en América Latina y hacer regresar al continente a su seno, EE.UU. necesita presidentes como Alan García, Pedro Pablo Kuszinski o Keiko Fujimori que sumisamente harían cumplir la voluntad y las instrucciones norteamericanas. Con Nadine Heredia no se sabe todavía que rumbo podría tomar pero el hecho de haberse encontrado alguna vez con Hugo Chávez ya es suficiente para los amos de este mundo y lanzar a la prensa globalizada contra ella con el propósito de crear una imagen negativa de Nadine Heredia o en otras palabras “quemar” su figura política para siempre.
Esta táctica fue utilizada también en los años 1990 contra la primera dama de los Estados Unidos Hillary Clinton cuando en 1994 lanzó su principal iniciativa, el Plan de Asistencia Sanitaria Clinton. En seguida toda la derecha norteamericana se lanzó contra ella debido a su gravitante papel político, incluyendo su intento por reformar el sistema de salud nacional. La tildaron de todo tratando de demostrar su intromisión en los asuntos del Estado. Fue inclusive citada para testificar ante un gran jurado en 1996 debido a la controversia de Whitewater, pero nunca fue acusada de irregularidades, ni en esta ni en otras investigaciones llevadas a cabo durante la administración de su marido, Bill Clinton. También el estado de su matrimonio fue objeto de muchas especulaciones tras el escándalo Lewinsky en 1998.
Sin embargo, el tiempo puso todo en orden, Hillary Clinton retornó a
la política en calidad de secretaria de Estado al ponerse al cargo
durante cuatro años de la diplomacia norteamericana en el primer mandato
de Barack Obama. Podemos cuestionar su labor diplomática debido a su
belicosidad y propensión al uso de la fuerza militar, pero no podemos
negar que es una de las pocas mujeres que logró romper el exclusivo
dominio de los hombres en los asuntos geopolíticos, junto con otras
mujeres de “armas tomar” como la ex secretaria de Estado Madeline
Albright -una de los principales arquitectos de la guerra contra
Yugoslavia y la embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Samantha
Powers, apodada “La Intervencionista”. También en el mismo grupo están:
la asesora de la Seguridad Nacional de Barack Obama, Susan Rice que no
deja de amenazar a los países con la agenda independiente o la
secretaria adjunta de Estado para Europa, Victoria Nuland, declarando
“Que se joda la Unión Europea”. Actualmente Hillary Clinton se está
proyectando cómo una posible ganadora de la primaria demócrata en 2016.
En Latinoamérica la presencia y la participación de la mujer en la
política está creciendo paulatinamente. Actualmente hay tres presidentas
mujeres: Cristina Fernández en Argentina quien durante el mandato de su
marido Néstor Kirchner entre 2003 y 2007 fue la primera dama, Dilma
Rousseff en Brasil y Michelle Bachelet en Chile. También en América
Central la presidenta de Costa Rica es una mujer, Laura Chinchinilla.
Además en seis países latinoamericanos las mujeres ocupan más del 30 por
ciento de las carteras ministeriales y en total en la región el
porcentaje de mujeres ministras se ha incrementado desde 1995 a 2012,
según el estudio de la socióloga mexicana Anna Fernández, del 17 al 23
por ciento. Se destacan también dos países en cuanto a la presencia de
las mujeres en el poder Legislativo: Argentina, con el 40 por ciento de
legisladoras y Costa Rica, con el 37 por ciento.
También la participación de las mujeres en el mercado laboral se ha
incrementado, particularmente en los últimos diez años, según el informe
del Banco Mundial (BM), "El efecto del poder económico de las mujeres
en América latina y el Caribe”. Especialmente desde el inicio de la
crisis económica mundial en 2007, el hecho de que las mujeres
participaran más activamente en el mercado laboral ayudó a reducir el
impacto de la crisis. Los hogares que dependían únicamente del ingreso
del hombre eran más vulnerables que aquellos donde tanto el hombre como
la mujer estaban trabajando.
El incremento de la participación de las mujeres en el mercado
laboral responde a las tasas de escolaridad más altas y una brecha
educativa entre los géneros que tiende a cerrarse cada vez más en
Latinoamérica ya que en muchos países del continente hay más mujeres que
hombres inscritos en los centros educativos. Sin embargo, de acuerdo a
los datos presentados por el gerente del Sector de Reducción de la
Pobreza y de Género del BM, L. Cord, “a pesar de tener educación
superior, a pesar de que el reconocimiento de la experiencia declina más
rápidamente para los hombres que para las mujeres, en América Latina se
observa una persistente brecha de ingresos entre las profesionales y
sus pares masculinos”. En países como Chile, Brasil, México y Perú las
mujeres cobran menos que los hombres, particularmente en profesiones de
alto rango.
Sin duda alguna hay mucho que hacer en la región y en el mundo para
mejorar la situación de la mujer y su participación más activa tanto en
la política como en el mercado laboral. Según la autora del libro, “May
you be the Mother of a Hundred Sons”, Elisabeth Bumiller, “las mujeres
realizan dos terceras partes del trabajo del mundo. Producen entre el 60
y el 80 por ciento de los alimentos en África y Asia y el 40 por ciento
de Latinoamérica. Sin embargo, solo ganan una décima parte de ingresos
del mundo y poseen menos del 1 por ciento de las propiedades del mundo”.
De acuerdo a muchos estudios, para mejorar la situación de la mujer
se necesita su mayor y más activa participación en la vida política. Sin
embargo, otras investigaciones mantienen cierto escepticismo respecto a
la posibilidad de que las mujeres desarrollen estilos diferentes o
incluso puedan llegar a transformar la política y la vida en general de
la manera más significativa que los hombres. Lo que está claro es que
las mujeres son el fiel de la balanza de la vida y su “papel”, como lo
expresó hace muchos años el científico y escritor francés, Alexis Carrel
(1873-1944), “en el progreso de la civilización es mucho mayor que el
del hombre por eso deberían desarrollar sus aptitudes de acuerdo con su
naturaleza, sin imitar a los hombres”.
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