Tres años transcurrieron de la injerencia extranjera del imperio
norteamericano junto a sus aliados, tanto europeos como sionistas, en la
República Árabe Siria.
Una intervención extranjera quirúrgica, con guantes esterilizados,
una conspiración por encargo llave en mano con el gerenciamiento de las
monarquías saudita y qatarí.
Estos estados absolutistas, nada democráticos, se ocuparon de
financiar y armar a los mercenarios terroristas de varios países árabes e
“islámicos” de ideología takfirí y wahabita –desviaciones del Islam-
que con toda brutalidad y salvajismo asesinaron a miles de personas en
ese país del creciente fértil.
Cometieron crímenes de lesa humanidad –ataques con armas químicas
incluidos- e implantaron el virus del terrorismo y el sectarismo
religioso en un país que hasta ahora desconocía por completo esas
prácticas inhumanas.
En este tiempo, la derrota del imperio y sus contratados es más que
evidente, los terroristas se hallan en plena huida y el último bastión
en la región del Qalamun, Yabroud, ya ha caído en manos del ejército
Sirio con la fundamental participación de la Resistencia Islámica del
Hezbollah.
En el campo se vislumbra la victoria total de un país y su pueblo
determinados a no dejarse vencer ni dominar por los enemigos de la Paz y
la Libertad.
Rusia, Irán y el eje de la resistencia
Importante es mencionar la participación de Rusia, fue fundamental su
aparición en el escenario internacional, resurgiendo como actor
diplomático principal para, junto a China, frenar la manipulación del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a la que están acostumbrados
los Estados Unidos para llevar a cabo en el marco de la falsa legalidad
sus objetivos bélicos.
Es justo también destacar el rol que desempeña la República Islámica
de Irán, que desde siempre aliado de Damasco – formando parte junto a la
Resistencia Islámica Libanesa del Hezbollah del eje anti-imperialista
en la región – nunca ha abandonado a Siria desde antes y durante la
tragedia que le toca atravesar al país árabe, asistiéndola logística,
militar y económicamente -al margen de la ayuda humanitaria permanente
para los desplazados internos que produjo el estrago de esta perfidia- .
Revoluciones de manual
Recordemos que el inicio de este complot contra la Nación Siria se
produce en medio de una serie de “revoluciones” en el mundo árabe que
fueron tituladas pomposamente como “primavera árabe” y que en realidad
fue el comienzo de un invierno crudo e impiadoso que aún continúa.
Estas fueron “revoluciones” de manual, planificadas y pergeñadas
desde las entrañas del imperio, sistematizadas con un orden
preestablecido con la excusa de socavar dictaduras, como lo explica uno
de sus cerebros Gene Sharp y que consiste en atacar “pacíficamente” en
primer lugar las instituciones del país en que se actúa.
A simple vista no se advierte el engaño y las masas cooptadas y
víctimas de este plan que les prometía democracia y libertad, no
vislumbran que los propios planificadores son los sostenedores de esos
dictadores que dicen querer derrocar, los ejemplos están a la vista con
lo sucedido en Túnez, Egipto y Libia, que por muchísimo tiempo fueron
aliados de los EEUU y de Gran Bretaña.
Este sistema de desestabilización no es solo para derrocar
dictaduras, también fue empleado para socavar gobiernos legítimos,
democráticos y constitucionales como sucedió en la República Islámica de
Irán.
En 2009 dieron comienzo a la llamada “revolución verde” que intentó
sin éxito desestabilizar al entonces ganador de las elecciones en el
país persa, Mahmud Ahmadinejad, con acusaciones de fraude.
La ambición de un “nuevo” medio oriente
En realidad poco le importa al imperio la democracia, la declama pero
no la ejerce, ni siquiera en sus propios países, donde sus ciudadanos
son sometidos a leyes persecutorias y violatorias de la vida privada,
por lo tanto la proclama de llevar “democracia” a países de Medio
Oriente es una farsa tan grande como el mundo.
El verdadero espíritu del imperio norteamericano y su plan maestro es
el de un “nuevo” Medio Oriente, una reedición del nefasto tratado
Sykes-Picot, cuando al término de la 1 ° guerra mundial y con el ya
derrotado el imperio otomano, se dividieron el oriente próximo entre las
potencias vencedoras – Gran Bretaña y Francia – como si fuera una torta
de chocolate.
Aquella vez la división fue efectuada con una base geográfica y
geoestratégica, inventando nuevos estados-monarquías y entregando
territorios de terceros (Palestina) al engendro sionista.
En esta era, los EEUU pretende fragmentar aún más la región,
atomizarla esta vez en bantustanes sectarios, fomentar la discordia
permanente y tomar el control geoestratégico de la región, con la mira
apuntando un poco mas allá, hacia Rusia y China.
El escollo mas severo para llevar a cabo este siniestro plan siempre
fue y es el eje de la resistencia anti-imperial formado por
Teherán-Damasco-Resistencia Libanesa.
Esa es la punta del ovillo para comprender este entramado desgraciado que Siria padece hace ya tres años.
Objetivo: Siria
Ante el fracaso de la desestabilización interna en la República
Islámica de Irán -una de las puntas del eje de resistencia- fueron por
Siria para quebrar el punto medio de la barrera, y de esa manera
pretendían aislar a la Resistencia Libanesa por un lado y a la potencia
iraní por el otro, con el objetivo de implantar en Siria tres nuevos
estados, en principio: uno alauita, otro cristiano y otro sunnita.
La disputa por el liderazgo sunni, takfiríes y wahabismo
Turquía es otra pata de este complot imperial -la memoria genética
imperial de algunos países reaparecen instantáneamente – quien aportó
apoyo logístico y militar para la invasión en Siria.
Turquía disputa con Arabia Saudita la representación del sunnismo
mayoritario dentro del Islam, con la variante del wahabismo saudí que se
haya fuera del Islam, tanto doctrinalmente como moralmente, que infunde
actos en extremo salvajes en sus militantes, todo lo contrario a lo que
predica el Islam.
La mención al Islam no es antojadiza, sino que es otro de los
argumentos que el imperio usa mediante la construcción negativa de esta
religión, para demonizar a países de la región que tienen una voluntad
inquebrantable de ser libres e independientes.
Precisamente los que emanan un Islam desviado y le hacen el juego a
Estados Unidos son aquellos que están sometidos a las botas de las
potencias hegemónicas.
Siria, el estandarte de la dignidad
Volviendo a Siria, hay que recordar su prosperidad hasta antes de
esta invasión promovida desde el exterior con los objetivos ya
señalados.
Siria era un país laico que no conocía el sectarismo religioso, no
permitía la diferencia entre sus ciudadanos que convivían en perfecta
armonía, era un país pujante, con innumerables beneficios para su pueblo
que recibía educación gratuita de excelencia, de igual forma en el tema
salud y en expansión industrial, carente de deuda externa.
De ahí, de todo ese bienestar, se puede entender que no pudo ser
derrotada porque el gobierno siempre gozó del apoyo de la mayoría de su
pueblo, salvo de aquellos que eligieron la opción sectaria y se
dedicaron a destruir su propio país con la ayuda de organizaciones
terroristas como Al Qaeda, el Frente al Nusra y el Frente Islámico del
Irak y el Levante, las mismas –con sus variantes- que el imperio dice
combatir pero que sin embargo creó, financió y entrenó desde los años 80
cuando se produjo la invasión soviética a Afganistán.
El sionismo siempre está
El derrocamiento del gobierno sirio estuvo motivado también entre
otros objetivos, para allanar el camino al Estado de Israel, y su
proyecto del “Eretz Israel, del Nilo al Eúfrates”.
Ya dieron el primer paso en esa dirección con el asesinato de Rafik
Hariri –ex primer ministro de Líbano- en 2005, por el cuál acusaron a
Siria, y que resultó en el retiro del ejército sirio de Líbano, que
actuaba como elemento disuasorio ante el intento de otra invasión
israelí, que finalmente se produjo al año siguiente en 2006 dejando más
de 1200 civiles libaneses asesinados por el ejército y la aviación
israelí.
Ahora iban por más, por el control del paso de gasoductos y
oleoductos hacia el mediterráneo con destino en occidente, sea Europa o
Estados Unidos.
Entendiendo la trama
Como se ve, son muchas las aristas que se unieron para hacer este
operativo sangriento y destructivo en la República Árabe Siria, muchos
hilos que parten del mismo ovillo opresor y expoliador que tejen las
potencias hegemónicas en su afán de alimentar su voracidad sin límites,
al punto que no le importa en absoluto dejar miles de desplazados sin
hogar, ciudades pulverizadas, sociedades con odio recíproco entre los
propios ciudadanos, y por supuesto, miles y miles de muertos, que a su
vez dejan detrás familias destrozadas de por vida.
En este tablero mundial con epicentro en el Creciente Fértil desde
hace ya más de sesenta años, la historia de traiciones, expolio,
ocupación y humillación se repite día tras día, cada cual juega su
juego, ningún actor es de reparto, solo los que son objetivo de los
planes establecidos.
Actualidad y futuro
Incluso países como Rusia, desarrollando un rol protagónico en el
conflicto sirio y actuando como tapón para que no se llegara a una
intervención militar occidental lo hace cuidando sus propios intereses,
como ser su única base naval en el mediterráneo con asiento en la ciudad
portuaria de Tartus, y que ahora está pagando su audacia diplomática en
su propio terreno a través del conflicto interno implantado en la
vecina Ucrania.
Tres años de turbulencia en extremo que parecen no tener fin, donde
no termina de apagarse un conflicto para que despierte otro en otra
parte del mundo, tres años de farsa y muerte, de engaños y revoluciones
falsas con ilusiones arrebatadas a los pueblos que ansían ser libres.
La diferencia en todos estos escenarios montados cuál película de
Hollywood con la complicidad de los medios masivos y hegemónicos de
información, la ha marcado el triunfo sostenido del pueblo y gobierno
Sirio, y ese ejemplo está siendo seguido por Venezuela en Latinoamérica
que está enfrentando un “golpe suave” promovido siempre por los mismos
conocidos de siempre, con la ayuda de otras marionetas ocasionales de la
región, como Colombia.
De todas maneras, el mundo no será igual de ahora en adelante, los
mercenarios que huyen volverán a sus países donde nadie los quiere, han
despertado una bestia de mil cabezas, que corridas de Siria querrán
seguir su raid de crímenes salvajes en otros lugares, proclamando en sus
mentes enajenadas falsas yihads, y esta vez sin financiamiento externo,
lo que implica un peligro mayor ya que no habrá quien los controle.
Resultados de estos tres años
La Resistencia sigue viva en medio oriente, Irán ya ha triunfado en
el campo diplomático, y la República Islámica se ha erigido de manera
legítima como uno de los actores fundamentales de la región a la que no
va a ser fácil doblegar y las potencias hegemónicas ya lo han
reconocido.
Siria ha dado el ejemplo de ser un país convencido de luchar por su
autodeterminación e independencia absoluta de cualquiera que pretenda
imponerle condiciones de cualquier tipo.
La Resistencia Islámica Libanesa de Hezbollah también ha demostrado
ser una milicia fuerte con un objetivo político claro y concreto de
defender la soberanía de Líbano y sus compatriotas, y de ser leal a sus
aliados en la lucha contra el enemigo externo e interno, sea Estados
Unidos, Israel o Arabia Saudita y sus secuaces del golfo.
El terrorismo ha sido derrotado y no precisamente por los que dicen
pomposamente combatirlo – Estados Unidos- al tiempo que lo alimentan y
financian. El imperialismo estadounidense ha tomado debida nota de todo
este fracaso que lo pone a meditar en su propio futuro sobre el que se
ciernen negros nubarrones tanto en el ámbito interno con una economía
colapsada, como en el externo donde obviamente ya no tiene la ventaja de
la unipolaridad, ante un mundo que se ha vuelto multipolar e
inmanejable.
El rol de la prensa
Esta batalla que en sus tramos finales aún está librando Siria deja
muchos heridos de gravedad entre los que se encuentran países que
promueven el terrorismo, medios de prensa hegemónicos que han desnudado
sus intereses espurios mintiendo y tergiversando la información.
Por otro lado ha descubierto otros canales de información
alternativos que a través de las redes sociales han podido informar con
veracidad y llevar otro punto de vista que sirve a los ciudadanos del
mundo a abrir los ojos que durante muchísimo tiempo han estado cegados
por las potentes y coloridas luces que los grandes medios mundiales de
prensa supieron usar.
Conclusión
Finalmente, este año 2014, se vislumbra como un año bisagra, donde
habrá muchos cambios y definiciones para la aldea global en que vivimos y
que algunos están empeñados en destruir.
Dios no lo permita.
Editorial Prensa Islámica
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