jueves, 20 de marzo de 2014

NUEVO EMBAJADOR ACTUALIZA LA AGENDA OCULTA DE CANADÁ EN VENEZUELA (español e inglés)




En medio de titulares dominados por la situación de Ucrania este  pedazo  de noticia pasó desapercibida por casi todos  al final de febrero cuando  Ben Rowswell reemplazó a  Paul Gibbard como Embajador de Canadá en Venezuela, ordenado por el Ministro de Asuntos Exteriores  John Baird. Pero una rápida mirada a los antecedentes de Ben Rowswell trae especial significado a esta promoción, especialmente cuando las protestas de la  oposición  aumentan en Venezuela.

Descrita en el 2010 como la estrella emergente del servicio extranjero, Rowswell ha servido como representante diplomático de Canadá oficial en un sinnúmero de  notorios lugares a lo largo del Este Medio. Desde  Kandahar, Afganistán a Kabul  e Iraq, inmediatamente después de la caída de  Saddam Hussein, Rowswell se ha convertido en el representante de los intereses de Canadá en el calentamiento del conflicto.

A la edad de 22 años él fue bautizado dentro del servicio extranjero como " Fuego", trabajando durante la Guerra Civil de Somalia en los tempranos 90. Él fue a trabajar en la Embajada de Canadá en el Cairo de 1955 a 1998

Un diplomático para la era digital, él sustentó el título de "Director de Innovación”, en el Departamento de Asuntos Extranjeros, Comercio y Desarrollo.

Mientras  revisamos las " transiciones democráticas" de Afganistán, Iraq, y  Egipto, el flagrante especialista en encausamiento del medio social para misiones diplomáticas,  se le ordenó  interactuar directamente con agentes no estatales, en efecto de desviar el objetivo del gobierno nacional.

Pero miremos  esa idea en el contexto de Venezuela, donde la clase media y alta son las más dadas a tener acceso regular en internet. El twitter y Facebook han sido las herramientas escogidas por la oposición en los meses recientes, ambos para organizar protestas  y  solicitar  el  apoyo internacional.

La Revolución Bolivariana en si misma nació 15 años atrás con movimientos sociales masivos y desde entonces ha experimentado  formas revolucionarias de democracia participativa pero la democracia de ellos es un concepto diferente de democracia que Rowswell y otros poderes occidentales  tienen en mente. 

Después del  atentado de golpe de estado del 2002 y de la movilización de masas  que restauró a Chávez en el poder, la causa del socialismo fue tomada con mayor entusiasmo. Desde sus inicios el Gobierno Bolivariano  ha creado instituciones  que,  mientras  no  expropia directamente  capital, ha desafiado su largo periodo de permanencia.

En el presente, las propiedades de cooperativas y colectivos de trabajadores coexisten  al lado de  conglomerados corporativos  e inversionistas privados. En Venezuela existe una forma de poder dual y dentro de ese  balance un contexto  de clases ampliadas por el líder.

 El gobierno de Canadá ha aclarado que su interés descansa  sobre  décadas de organización  conducidas por las masas venezolanas.

Una moción que recibió  beneplácito  unánime de todas las partes  en la Cámara de los Comunes y patrocinada por Paul Dewar, Crítico de Asuntos extranjeros ND Perfectivamente condenó los atentados del gobierno de Venezuela frente a las recientes protestas.

La sentencia fue aprobada por los conservadores y liberales, incluyendo a MP Jim Karygiannis, quien ha sido extremadamente crítico del gobierno de Venezuela.

Rowswell también arguyó que el medio social puede crear transparencia ya que la oposición de Venezuela ha proveído amplia evidencia de lo contrario. Muchas fotos de Turquía, Ucrania, Brasil y aun Siria han volado a través de las redes sociales, pretendiendo provocar indignación por el trato a los manifestantes. Durante  la transmisión  de los Oscar la oposición tomó el twitter para reclamar que la ceremonia había sido censurada. La verdad fue que los Oscar fueron  transmitidos en Venezuela por TNT, un canal de  televisión por cable, un canal satelital.

Canadá también conoce  cómo  manejar campañas por internet  y no  quedarse por detrás. A unas horas de la cita de Rowswell, una nueva cuenta de la Embajada  salió afuera por twitter 

(https://twitter.com/CanEmbVenezuela) Adan Goldenberg, del partido Liberal y anteriormente escritor de discursos para Michael Ignatieff, tuiteó  respondiendo: 

" Felicitaciones, Ben! Excelente escojo. Ministro, por  muchas clases   de razones " Como siempre, la política extranjera imperial de Canadá es un asunto  bipartidista.

No hay  pistola humeante,  sin embargo. Esta cita  no es prueba positiva  de que el gobierno de Canadá y la oposición venezolana  están conspirando  en un ataque  contra el Presidente Nicolás Maduro.

Mientras  golpes de estado violentos  conducidos por una minoría están lejos de ser una cosa del pasado, los planificadores de la política del Canadá  entienden que la transformación de la oposición  en un movimiento de masa  sería una  manera mucho más  eficiente para proteger sus intereses, con menos pérdida internacional

Rowswell es el mejor hombre para alentar una contrarrevolución democrática, dado su pedigrí. 

Él ciertamente conoce  cómo interactuar con la furiosa clase media en twitter.

Como las protestas continúan, sería sabio  mantener una cerrada observación  sobre la Embajada de Canadá en Caracas.

Por Gerard Di Trolio

Enviado por el Círculo Bolivariano Louis Riel de Toronto, Canadá.
Traducción al español por Coral Bujanda Misle


New Ambassador Modernizes Canada’s Hidden Agenda in Venezuela

Amidst headlines dominated by the situation in Ukraine, this bit of news slipped by almost unnoticed at the end of February; Ben Rowswell replaced Paul Gibbard as Canadian ambassador to Venezuela, as mandated by Foreign Affairs Minister John Baird. But a quick look into the appointee’s background brings special significance to his promotion, especially as opposition protests escalate in Venezuela.

Described in 2010 as a “rising foreign service star” by the Toronto Star, Rowswell has served as Canada’s official diplomatic representative in a number of conspicuous places across the Middle East. From Kandahar, Afghanistan to Kabul and Iraq immediately after the fall of Saddam Hussein, Rowswell has become an expert at representing Canada’s interests in the heat of conflict.

At the age of 22 he was baptized into the foreign service by fire, working in Mogadishu during the Somali Civil War of the early 1990s. He went on to work for the Canadian Embassy in Cairo from 1995-98.

A diplomat for the digital age, he held the title of "Director of Innovation" at the Department of Foreign Affairs, Trade and Development. 

At the age of 22 he was baptized into the foreign service by fire, working in Mogadishu during the Somali Civil War of the early 1990s. He went on to work for the Canadian Embassy in Cairo from 1995-98.

A diplomat for the digital age, he held the title of "Director of Innovation" at the Department of Foreign Affairs, Trade and Development. 

While overseeing the "democratic transitions" of Afghanistan, Iraq, and Egypt, the fledgling attaché specialized in the harnessing of social media for diplomatic missions, in order to interact directly with non-state actors, in effect bypassing the target nation’s government.

But let’s look at that idea in the context of Venezuela, where the middle and upper classes are more likely to have regular access to the internet. Twitter and Facebook have been the choice tools of the opposition in recent months, both to organize protests and to call upon international support. 

The Bolivarian Revolution itself was born 15 years ago upon massive social movements and since has experimented with many revolutionary forms of democratic participation. But theirs is a different concept of democracy than what Rowswell and other Western powers have in mind. 

 After the 2002 coup attempt and the mass mobilizations that restored Chavez to power, the cause of socialism was taken up with greater enthusiasm. Since its commence the Bolivarian government has created institutions that, while not directly expropriating capital, have challenged its long term prospects.

Nowadays workers' cooperatives and collective property exist alongside corporate conglomerates and private investments. There exists a form of dual power in Venezuela, and within that balance, a gulf of classes widened by the shift in authority. 

The Canadian government has made it clear that its interests lie outside the decades of organization led by the Venezuelan masses.

A motion that received unanimous consent from all parties in the House of Commons and sponsored by NDP foreign affairs critic Paul Dewar effectively condemned the Venezuelan government’s attempts at dealing with recent protests.

The statement was approved by Conservatives and Liberals alike, including MP Jim Karygiannis who has been extremely critical of the Venezuelan government.    

Rowswell also argued that social media can create transparency yet Venezuela's opposition has provided ample evidence to the contrary. Many photos from Turkey, Ukraine, Brazil, and even Syria have flown around social networks, meant to stir up indignation at the treatment of protestors in Venezuela. During the telecast of the Oscars, the opposition took to Twitter to claim the ceremony had been censored. The truth was that the Oscars was aired on TNT in Venezuela, a satellite channel.

Canada, too, knows how to wage internet campaigns and will not be left behind. Within hours of Rowswell's appointment, a new Embassy account popped up on Twitter. (https://twitter.com/CanEmbVenezuela) Adam Goldenberg, liberal partisan and former speechwriter for Michael Ignatieff, tweeted in response: "Congratulations, Ben! Excellent choice, Minister, for all sorts of reasons." As always, Canada’s imperial foreign policy is a bipartisan affair.

There’s no smoking gun, however. This appointment isn’t proof positive that the Canadian government and the Venezuelan opposition are conspiring an attack against president Nicolas Maduro.

While violent coups carried out by a minority are far from being a thing of the past, Canadian policy planners understand that the transformation of the opposition into a mass movement would be a much more efficient way to protect their interests, with less international backlash.

Rowswell is the best man to encourage such a "democratic" counterrevolution, given his pedigree. He certainly knows how to interact with the angry middle classes on Twitter. 

As protests continue, it would be wise to keep a close watch on the Canadian Embassy in Caracas.

By Gerard Di Trolio

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