La
historia de esta finca de los Uribe Vélez, escenario de secuestros,
muertes, quemas, cruces de narcos y formación de grupos paramilitares
El martes 14 de junio de 1983, Alberto Uribe Sierra aterrizó en su
helicóptero privado en la hacienda Las Guacharacas. Lo acompañaba su
hijo Santiago, su hija María Isabel y el piloto Bernardo Riberos. Al
bajar a la casa principal, Uribe Sierra y su hijo se sentaron en el
corredor mientras María Isabel buscó la cocina para mandarles a preparar
un café. Habrían pasado 15 minutos cuando advirtieron que un par de
hombres armados se aproximaban hasta la casona. “¡Las Farc!” se apresuró
a gritar el hacendado. De modo que todos se entraron y cerraron las
puertas.
— ¡Salgan que no les vamos hacer nada!, grito uno de los forasteros.
— ¡Yo no me voy a entregar!, respondió Uribe Sierra.
Santiago, María Isabel, el piloto y una de las empleadas se refugiaron
en el segundo piso de la casa. Alberto Uribe Sierra desenfundó su
revólver y para asustar a los bandidos abrió fuego. Los hombres de
inmediato respondieron con la lamentable exactitud de los que quieren
imponer justicia con las balas. Un tiro en el pecho derribó a Uribe
Sierra y otro tiro en la cabeza lo dejó inconsciente.
Su hijo Santiago
bajó para ayudarle, pero al ver que los bandidos le empezaron a disparar
se echó a correr, se lanzó al río Nus, con un balazo en la espalda.
Como pudo buscó refugio y se hizo el muerto. Los maleantes la
emprendieron contra el helicóptero dejándolo inservible. Una hora más
tarde el ex alcalde de Medellín, Álvaro Uribe Vélez, habría de conocer
la noticia del atentado.
Inmediatamente, de manera impulsiva, decidió
alquilar un helicóptero para ir a rescatar a su papá. El mal tiempo no
lo dejó llegar a la zona. Al aterrizar de nuevo en Medellín le contaron
algo que cambiaría el rumbo de su vida; su padre y mentor, Alberto Uribe
Sierra, estaba muerto.
La hacienda Las Guacharacas había sido adquirida por Inversiones Uribe
Vélez en noviembre de 1978. Eran 2.000 hectáreas partidas por la mitad
tras el paso del río Nus. Geográficamente los dominios del margen
izquierdo eran suelos del municipio de Yolombó, mientras que la otra
extensión de tierra, donde quedaba la casa principal, estaba en suelos
del municipio de San Roque. La hacienda tenía como principal actividad
la cría, levante y venta de ganado. En los setenta, los Uribe Vélez se
habían dado a conocer por instalar varios negocios en la Región del Nus
que abarcaba los municipios de Yolombó, San Roque, Santo Domingo y
Maceo.
La hacienda Las Guacharacas quedaba en medio de los municipios Yolombó y San Roque.
El primer gran conflicto que tuvieron
que lidiar los Uribe Vélez en la zona, se presentó a finales entre 1978 y
1979 en el municipio de Maceo, donde un grupo de 68 trabajadores unió
sus voces creando el sindicato Sintraagrícola. Estos empleados
reclamaban por sus pagos y derechos debido a que los Uribe Vélez se
habían alcanzado con los gastos y el mantenimiento del trapiche cañero.
Alberto Uribe Sierra y su hijo Álvaro se vieron en la obligación de
ceder las escrituras de la finca La Mundial para pagar su deuda con
aquellos campesinos.
Casualmente, muchos años después los
herederos de tal disputa, habrían de denunciar el despojo de aquellas
tierras por parte de grupos paramilitares que se habrían aliado con las
Convivir.
Pero la historia de Las Guacharacas se partiría en dos a partir de otro
hecho calamitoso. El miércoles 2 de enero de 1995, justo un día después
de que Álvaro Uribe Vélez se posesionara como gobernador de Antioquia,
guerrilleros del ELN llegaron fuertemente armados a la propiedad. Los
insurgentes sometieron a los trabajadores, le prendieron fuego a la casa
principal, se robaron 600 reses, media docena de caballos y dieron un
plazo de 24 horas a los jornaleros para que abandonaran el lugar. La ira
del gobernador no se hizo esperar e ipso facto mandó un grupo elite del
ejército para resguardar la zona y dar pronta búsqueda a los culpables.
Meses más tarde llegaría el rumor a la gobernación de Antioquia de que
Humberto Mesa Lopera -alias ‘Juan Pablo’- jefe guerrillero que había
liderado la toma a Las Guacharacas, se pavoneaba por todos los caminos
de herradura en el nordeste antioqueño, montando el mejor caballo que se
había robado de la hacienda de los Uribe Vélez. La ira del líder
político estalló.
El gobernador fijó una recompensa para quien entregara información
sobre el paradero de los guerrilleros que tenían azotada la Región del
Nus, principalmente los malhechores de la quema a Guacharacas. El 10 de
octubre de 1996 llegaría la buena nueva, había caído muerto alias ‘Juan
Pablo’ y tres insurgentes más. La muerte la registró oficialmente el
comandante de la IV Brigada del Ejército, general Alfonso Manosalva
Flórez: “Entre los insurgentes que fueron abatidos está Humberto Mesa
Lopera, Alias ‘Juan Pablo’. En 1995, Mesa Lopera había sido nombrado por
la dirección del ELN como el jefe del frente ‘Bernardo López Arroyave’.
Estando en esta agrupación realizó sus principales acciones delictivas
entre las que se destaca su participación en la quema de la finca Las
Guacharacas perteneciente a la familia del gobernador Álvaro Uribe
Vélez”, dijo en su momento el general.
En 1995 guerrilleros del ELN, quemaron la hacienda Las Guacharacas, se robaron ganado y caballos.
Las felicitaciones no se harían esperar. El gobernador Álvaro Uribe
Vélez expidió un comunicado público que decía: “La administración
Departamental exalta la labor del mayor general, Alfonso Manosalva
Flórez, comandante de la IV Brigada, de todos los oficiales y soldados
al servicio de la institución, por su creciente y eficaz compromiso de
rescatar la paz para el departamento”. En el mismo comunicado el
gobernador prometía pagar la jugosa recompensa a los informantes que
habían hecho posible la misión.
Sobre el hecho, otros testimonios contradecían la versión oficial. El
soldado Ferney Alberto Cardona, denunció que el operativo militar contra
el jefe guerrillero nunca ocurrió. Según Cardona, el insurgente alias
‘Juan Pablo’ había sido capturado por paramilitares y entregado vivo a
los oficiales del ejército. “A ese señor lo capturó el alias ‘Lucas’ y
se lo entregó vivo al señor mayor Clavijo Jesús María y al señor mayor
Abondano. A ellos se lo entregaron vivo junto con otro hombre más y dos
mujeres, en un vehículo Trooper, luego los asesinaron dentro del
vehículo a las afueras del municipio de la Unión, reportándolos como si
fuera en combates”, declaró el soldado Cardona. En investigaciones
posteriores la Fiscalía coincidiría en identificar a Jacinto Alberto
Soto Toro, alias ‘Lucas’, como uno de los comandantes del Bloque Metro.
Evidencias recopiladas por Justicia y Paz advierten que en el año 1995,
meses después de la quema a la hacienda Las Guacharacas, nacería el
Bloque Metro en el municipio de San Roque. Luis Alberto Villegas Uribe,
Pedro David Gallón Henao y Santiago Gallón Henao fueron los tres
primeros hombres en ser acusados de fundar el grupo paramilitar. Todos
ellos tenían propiedades vecinas a la hacienda Las Guacharacas y habían
hecho negocios con los Uribe Vélez.
La relación comercial entre los Uribe Vélez y los Villegas Uribe había
comenzado un año después del asesinato de Alberto Uribe Sierra. En 1984,
Inversiones Uribe Vélez Ltda; representada por su subgerente Álvaro
Uribe Vélez, le vende a Luis Alberto Villegas Uribe la hacienda La
Manada. Predio ubicado a orillas del río Nus, entre los municipios de
Maceo y Yolombó a escasos kilómetros de Las Guacharacas. Más tarde, en
1990, Santiago Uribe Vélez le vende a Gloria Elena Cano López, esposa de
Luis Alberto Villegas, la hacienda El Desquite ubicada en el municipio
de Maceo.
Álvaro Uribe reconoce la personería jurídica de la Convivir El Condor.
En 1996 Álvaro Uribe Vélez, actuando como gobernador de Antioquia,
legaliza la creación de la Convivir El Cóndor, concediéndole la
dirección a Luis Alberto Villegas Uribe. Durante ese año se presenta la
desaparición de cuatro personas en San Roque, la masacre de seis
personas en el corregimiento de Providencia, la masacre de 8 personas en
Maceo, el asesinato de tres personas en San José del Nus y nuevamente
la masacre de cinco personas en Providencia.
En 1998 un grupo de investigadores del CTI realizaría el allanamiento
al “Parqueadero Padilla”, lugar donde funcionaba la oficina de finanzas
del Bloque Metro. Allí fue capturado alias ‘Lucas’ quien se fugó meses
después de la cárcel Bella Vista y se desmovilizó en el año 2003. El
análisis de los documentos contables evidenció que con los dineros de la
Convivir El Cóndor se financiaba el pago a miembros de grupos
paramilitares de la zona. María Patricia Trujillo, mano derecha de Luis
Alberto Villegas Uribe y tesorera de la Convivir El Cóndor, recibió
sentencia condenatoria de ocho años de cárcel por parte del Juzgado
Segundo Penal Especializado de Medellín; aunque el acto fue revocado, en
el año 2005 María Patricia Trujillo solicitó acogerse a Justicia y Paz,
y declaró haber hecho parte de las Autodefensas Unidas de Colombia AUC.
En San Roque, Luis Alberto Villegas Uribe comenzaría a ser llamado con
el alias de ‘Tubo’, después de haber montado un complejo ‘cartel de la
gasolina’. Paramilitares al mando de Villegas Uribe, instalaron una
válvula clandestina en el poliducto Sebastopol-Medellín, que atraviesa
los municipios de Santo Domingo, San Roque (pasando por Guacharacas) y
Maceo. Las ganancias se empezaron a repartir en un 40 por ciento para
Villegas Uribe y el 60 por ciento para financiar el Bloque Metro. El
robó empezó a dar tantas ganancias que Villegas Uribe montó su propia
estación de gasolina.
El lunes 5 de diciembre de 2005 dos paramilitares llegaron a la
estación de gasolina de Luis Alberto Villegas Uribe en San José del Nus.
Entraron a su oficina disparando sin consideraciones dándole muerte de
inmediato. Los autores materiales del asesinato, los paramilitares
Jaison Andrés Lezcano y Milton Anderson Montoya fueron capturados y
meses más tarde sentenciados por los delitos de homicidio, concierto
para delinquir y porte ilegal de armas de uso privativo. Años más tarde
Rodrigo Pérez, alias ‘Julián Bolívar’, comandante del Bloque Central
Bolívar confesó haber ordenado la muerte de Villegas Uribe. La mortal
sentencia de debió por los hechos de no reportar la instalación de un
laboratorio para el procesamiento de cocaína en Puerto Berrío en
sociedad con los Gallón Henao, por haber hecho caso omiso a la
prohibición del hurto de gasolina y por seguir financiando al Bloque
Metro, grupo con el cual Bolívar empezaba a pelearse el poder del
territorio.
Por el otro lado, la relación comercial entre los Uribe Vélez y los
Gallón Henao inició en marzo de 1987. En ese entonces Inversiones Uribe
Vélez le vende a Ganados del Norte -empresa de los hermanos Gallón
Henao- gran parte de la hacienda Las Guacharacas, exactamente las
extensiones de tierra que se circunscriben sobre la ribera izquierda del
río Nús, suelos pertenecientes al municipio de Yolombó. Los hermanos
Pedro David y Santiago Gallón Henao se dieron a conocer en la esfera
nacional por el crimen del jugador de la selección Colombia, Andrés
Escobar. Los hermanos fueron condenados a 15 meses de cárcel por el
delito de “determinadores de falsa denuncia agravada” pero un par de
meses más tarde un juez los dejó en libertad tras pagar una irrisoria
multa.
En la región del Nus, no era un secreto que Santiago Gallón Henao quien
fungía como ganadero, tenía vínculos con el paramilitarismo y con el
narcotráfico. No obstante sus negocios eran prósperos y tenían el aval
del gobierno de turno. La firma Clamasan S.A. dedicada a la cría,
levante y ceba de animales, representada legalmente por Santiago Gallón,
recibió un subsidio de Agro Ingreso Seguro por más de 140 millones de
pesos.
El 10 de julio de 2009, Santiago Gallón Henao se entregó a la Fiscalía
General de la Nación, aceptando que durante varios años financió grupos
paramilitares en diversas regiones de Antioquia, entre ellos el Bloque
Metro, el Bloque Cacique Nutibara, el Bloque Central Bolívar y el Bloque
Héroes de Granada. En el año 2010, Gallón Henao fue condenado por
concierto para delinquir.
Izquierda: Santiago Gallón se declara culpable de financiar grupos paramilitares. Derecha: el paramilitar Juan Monsalve en la Hacienda Las Guacharacas.
En declaraciones a la Fiscalía General de la Nación, los paramilitares
Juan Monsalve y Pablo Hernán Sierra, alias ‘Alberto Guerrero’, coinciden
en denunciar que el Bloque Metro es creado en respuesta a la quema de
la hacienda Las Guacharacas en el año de 1995. Monsalve Pineda, declaró
haber sido trabajador de la hacienda mucho antes de la quema. Confesó
haber ingresado a las filas del Bloque Metro y denunció que la base
militar de dicho grupo era la hacienda Las Guacharacas. “En la foto
donde yo estoy con el camuflado y el fusil, eso fue en 1996 cuando
estábamos cuidando y trabajando en la finca Las Guacharacas que llegaron
las autodefensas que se formaron allá. En la foto en la parte de atrás
se ve la autopista y se ve la casa de la profesora y el garaje de la
finca Guacharacas y se ve la casa de unos molinos que hay al frente. Ya
existía el grupo allí. Hacían parte Arboleda, Luis Alberto Villegas
Uribe y Rober Cano”.
Pablo Hernán Sierra, alias ‘Alberto Guerrero’, declaró en octubre de
2011 que hizo parte del Bloque Metro, que los jefes del grupo delictivo
fueron alias ´Jota’ y Carlos García alias ‘Doble Cero’. Además afirmó
haber ayudado a financiar la campaña de Álvaro Uribe Vélez en el año
2002, al promover una subasta ganadera en la Bocana, y prestarle
seguridad en el mismo evento con sus hombres del Bloque Cacique Pipintá.
Hoy en la parte baja de Las Guacharacas existen tres barrios; El
Despertar, La Esperanza y el barrio Alberto Uribe Sierra. Mientras que
la parte alta sigue siendo propiedad de los Gallón Henao. La maldición
de Gucharacas aún persigue a Álvaro Uribe Vélez. El pasado 8 de enero la
Fiscalía General de la Nación reabrió una investigación que tuvo origen
en hechos ocurridos a finales de los años noventa. Acusaciones y
denuncias refieren que el hoy ex Presidente Uribe pudo haber
contribuido, cuando era Gobernador de Antioquia a la formación del
Bloque Metro de las Autodefensas.
Aunque el exmandatario ha negado cualquier vínculo con los
paramilitares y con la cruenta guerra que se libró en la región y la
hacienda donde asesinaron a su papá, la batalla jurídica para demostrar
que es inocente de los cargos que lo acusan, apenas comienza.
Escrito por Por: Pacho Escobar*. Fuente: Las2Orillas
*Investigación del representante a la Cámara Iván Cepeda y su equipo de trabajo
Tomado de ANNCOL
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