Según informa Dámaso Rodríguez uno de los papagayos de Radio Martí, en su
programación del pasado 27 de agosto, sobre las 5 de la tarde, los mercenarios
de la vapuleada brigada 2506, tuvieron la inusual idea de invitar a su museo al
actor británico Pierce Brosnan, interprete de varias películas de la zaga del agente
secreto James Bond –identificado por el código 007
y creado por el novelista inglés Ian Fleming en 1952-, para compartir “hazañas”
con él.
Como es acostumbrado en la
gusanera de Miami, acostumbrada a vender la falsa imagen de heroísmo a los
incautos, quisieron impresionar a Brosnan ofreciéndole un recorrido por su
museo, brindándole la indecorosa medalla de Miembro Honorario de la Asociación de Veteranos de Bahía
de Cochinos y alabando sus películas,
sobre todo aquellas ficciones en que 007 –solo en películas-, actúa con total
desenfado ante unas impotentes autoridades cubanas.
El sorprendido Brosnan, quien se encuentra de recorrido en Miami para
promocionar su más reciente película, titulada “El Hombre de Noviembre”, no
supo con certeza en que lío lo querían meter los manipuladores de la derrotada
y nada gloriosa brigada.
Con absoluta sinceridad el actor declaró que, aunque en muchas ocasiones ha
representado a agentes secretos, desconoce el intríngulis de ese mundo. Sin
embargo, por cortesía, manifestó respeto “por todos los brigadistas que
arriesgaron sus vidas”.
Brosnan fue directamente halagado por el ex agente de la CIA y terrorista Félix
Ismael Rodríguez Mendigutía “El Gato”, actor confeso de todo tipo de asesinatos
y sucias conspiraciones, quien trató de impresionar a un actor caracterizado
mundialmente por su labor humanista con UNICEF y otras organizaciones.
¿Habrá sabido realmente Brosnan sobre la calaña de sus anfitriones y las
pocas y oscuras glorias que ostentan? Imagino que no, pues de haberlo sabido
hubiera renunciado a participar en este circo mafioso.
¿En dónde están los héroes? |
Los ya viejos brigadistas fantasearon con este momento casi mágico con el
héroe de celuloide, pero luego se fueron con un desencanto generalizado. Sabían
que todo fue un show y a ellos les faltaron esos artilugios que vulgarmente son
llamados “huevos” para parecerse al imaginario 007.
De todas maneras, soñar no cuesta nada. Aún los acechan los nefastos
recuerdos de su derrota en Playa Girón y la certeza de que se morirán sin pena
ni glorias.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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