El bloqueo contra la Franja de Gaza lleva siete años. La comunidad internacional todavía no ha podido torcer el brazo de Israel, que mantiene a esa zona palestina en permanente crisis humanitaria.
El campo de concentración más grande del mundo llega a siete años de
existencia con un historial de dolor, injusticia e impunidad. En la
Franja de Gaza, territorio palestino que todavía resiste al permanente
asedio de Israel, sobreviven un millón y medio de personas en una
situación humanitaria crítica. El bloqueo a esta porción de tierra de
apenas 360 kilómetros cuadrados que es bañada por el Mar Mediterráneo y
las bombas israelíes, es una medida considerada ilegal e ilegitima por
la comunidad internacional, incluida la Organización de las Naciones
Unidas (ONU).
Como siempre, ante las resoluciones del organismo condenando el bloqueo
y las posturas de diversos gobiernos que se han manifestado contrarios a
la medida, Israel y Estados Unidos sostienen la misma política para los
pobladores de Gaza: hambre, saqueo y ataques militares tales como las
operaciones Plomo Fundido (2008-2009) y Pilar Defensivo (2012), con un
saldo de miles de muertos palestinos. Pero a esto se suma que de forma
cotidiana las fuerzas de seguridad de Israel realizan redadas y
encarcelamientos en la Franja.
El boqueo de Israel contra Gaza fue la respuesta al triunfo electoral
del Movimiento de Resistencia Islámica Hamás en 2007. Pese a que los
islamistas obtuvieron la mayor cantidad de votos para dirigir a la
Autoridad Nacional Palestina (ANP), el movimiento Al Fatah (que hoy
gobierna Palestina) los expulsó. Hamás se replegó a Gaza y creó un
gobierno propio.
Recientemente, el Centro Palestino para los Derechos Humanos (CPDH)
publicó el informe sobre Gaza correspondiente a 2012, que entre otras
conclusiones señala que el bloqueo a la Franja impide la importación de
materiales para reconstrucción de la infraestructura educativa y de los
centros de salud destruidos por los ataques de 2008-2009 y 2012. Con
respecto al tema salud, indica que las “autoridades israelíes han
reducido desde 2007 en más de un 60% los pacientes autorizados para
viajar desde Gaza a otros hospitales especializados en Cisjordania e
Israel, quedando por tanto sin recibir sus tratamientos y expuestos a un
riesgo real de muerte”.
El bloqueo, según el CPDH, acrecienta la inseguridad alimentaria, por
lo cual el “40% de la población (65% de ella niños y niñas) sufre
malnutrición”. A esto se suma que el 90% del agua de la Franja está
contaminada o no es apta para consumo humano.
En el ámbito económico, el bloqueo israelí restringe el movimiento de
la población hacia Cisjordania u otros países limítrofes, a lo que “hay
que añadir la falta de productos y materiales básicos, cuya importación
está prohibida por las autoridades israelíes, y la imposibilidad de
acceder al 50% de sus tierras cultivables y al 85% de sus aguas
territoriales debido a que el ejército israelí ataca tanto a campesinos
como a pescadores, produciendo un terrible impacto en la economía de
Gaza”.
Como si fuera poco, la medida punitiva aplicada por el Estado israelí
restringe el suministro de combustibles, gas, la movilidad en el paso de
Rafah, como también diversas importaciones. Como consecuencia más
grave, el bloqueo ha derivado en el aumento del índice de desempleo, que
llega a 31%, según datos del año pasado difundidos por la Oficina
Central Palestina de Estadísticas (OCPE), aunque en 2009 la ONU informó
que la desocupación trepaba a 40%. Debido a esta situación, en 2010
cuatro de cada cinco habitantes de Gaza dependían de la ayuda
humanitaria para subsistir.
La impunidad de los carceleros
“La idea es poner a los palestinos a dieta, pero no hacer que mueran de
hambre”, expresaba en 2006 Dov Weisglass, asesor del entonces primer
ministro israelí Ariel Sharon. La idea general de esta frase no ha
cambiado ni un ápice para la dirigencia israelí.
El lunes pasado, el actual primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu,
afirmó que las Fuerzas Armadas de su país continuarán atacando a la
Franja de Gaza. “Nuestra política es golpear a quien intenta hacerlo con
nosotros. Así continuaremos trabajando frente a toda amenaza cercana y
lejana”, expresó. Las declaraciones de Netanyahu se produjeron horas
después de que aviones de combate atacaran el centro y el sur de Gaza.
Por su parte, el titular del comité parlamentario sobre asuntos
Exteriores y Defensa, Avigdor Lieberman, aseveró que el Estado israelí
“debe conquistar por completo la Franja de Gaza”. El ex canciller
manifestó que “Israel tendrá que considerar seriamente la posibilidad de
conquistar toda Gaza y limpiarla de verdad. No estoy seguro de que
queramos vivir con esa situación, pero a largo plazo es inevitable”.
Los ataques israelíes contra la Franja no han decrecido y por lo visto
no parece ser ese el objetivo de Tel Aviv, pese a que en noviembre de
2012 alcanzó un acuerdo de alto el fuego con Hamás y los demás grupos
que conforman la resistencia palestina.
Una síntesis de la situación en Gaza la brindó en 2012 el intelectual
estadounidense Noam Chomsky, quien declaró que “el asedio es un acto
criminal que no tiene justificación. Se debería acabar con él y el mundo
exterior debería oponerse enérgicamente a él. Es simplemente un intento
de llevar a los habitantes de Gaza a la autodestrucción, de tratar de
librarse de ellos y de destruir la sociedad. No existe absolutamente
ninguna justificación para ello. Se alegan justificaciones militares
pero no tienen credibilidad alguna”.
Fuente: Leandro Albani, Librered.net
Palestina.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario