Este no es un artículo sobre ecología o ictiología, es sobre política. En
el periodismo anticubano que se hace en Miami hay una larga familia que
comparte estilo, objetivos y sobre todo apetito voraz por la paga. De las últimas
generaciones están vinculados como “familia anticubana” en El Nuevo Herald de
Miami Pablo Alfonso, Carlos Alberto Montaner, Wilfredo Cancio, Juan Tamayo y
Nora Gámez Torres, la más reciente adquisición. El lector debe preguntar por
qué para difamar sobre Cuba escogen siempre a este tipo de pseudo periodistas
de origen cubano y no a periodistas serios del periódico en inglés The Miami
Herald.
Nora Gámez Torres, que hasta el otro día fue una profesora de la
Universidad de la Habana, derrocha imaginación en la inventiva de artículos que
no buscan otra cosa que obstruir la voluntad de normalizar las relaciones entre
Cuba y los Estados Unidos. Es claro que ella, ni los otros, podrán detener los
procesos puestos públicamente en marcha desde el 17 de diciembre pasado por los
presidentes Barack Obama y Raúl Castro, pero los pueden tergiversar con el
ánimo de satisfacer el rencor de esa parte cada vez más pequeña de la comunidad
cubana de Miami que quiere seguir viviendo en la confrontación.
La periodista hace un gran escuerzo por cumplir el encargo, porque
seguramente los temas no se les ocurren a ella misma sino que les son “sugeridos”
a su periódico por representantes de la derecha cubana de Miami, ¿por la
congresista Ileana Ros-Lehtinen, por ejemplo?
El pasado viernes 19 de junio Gámez Torres publicó un artículo titulado
“Exigen al Congreso solucionar demandas de confiscaciones en Cuba” donde
curiosamente desde el primer párrafo revela que existe un objetivo aparente y
un objetivo real de esta “demanda”.
Ese es el punto que les preocupa, el levantamiento del embargo. La
recuperación de propiedades es legal y moralmente inviable y solo se podrá
discutir, si acaso, en un escenario de normalización de relaciones, lo que
implicaría el levantamiento de ese mismo embargo, o mejor bloqueo.
Si lo que estas personas quieren realmente es recuperar propiedades y no show,
deberían volver al congreso y poner las cosas en un orden inverso: que se
levante el bloqueo, que se devuelva el territorio que ocupa ilegalmente la base
militar norteamericana en Guantánamo, que se normalicen las relaciones y
después vamos a ver si las autoridades cubanas acceden a tratar el tema de la
devolución de propiedades.
Lo que dice El Nuevo Herald es hasta cierto punto un paso atrás respecto a
las posiciones de la propia derecha cubana, que ya había aceptado su derrota y
declarado en voz de Jorge Mas Canosa que no tenía nada que reclamar en Cuba.
Entre otras razones porque a los propietarios norteamericanos el gobierno
revolucionario les ofreció una justa compensación, que por orgullo se negaron a
recibir, y porque sus halcones lo que deseaban era precisamente una
confrontación a partir de este pretexto. Y además porque cubanos en sus
declaraciones de impuestos pudieron durante un tiempo solicitar descuentos por
presuntas pérdidas sufridas con las medidas nacionalistas tomadas por la Revolución
Cubana.
Este problema no se trata de una cuestión política entre presuntos
afectados y gobiernos; de llegar a tribunales, este sería un problema de
abogados contra abogados; porque aunque en Miami no se suela mencionar,
expertos legales cubanos han fijado cifras muy exactas e irrebatibles de la
compensación que Cuba tendría que recibir por daños causados por la política de
agresión ejercida durante once administraciones norteamericanas.
Cada año, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, y con respaldo
abrumador de la mayoría de los países del mundo, Cuba presenta un informe sobre
las pérdidas por el bloqueo Estados Unidos. A continuación cito un párrafo del
informe del año 2014, que se puede leer íntegramente en el sitio del Ministerio
de Relaciones Exteriores de Cuba: “El daño económico ocasionado al pueblo
cubano por la aplicación del bloqueo económico, comercial y financiero de los
Estados Unidos contra Cuba, considerando la depreciación del dólar frente al
valor del oro en el mercado internacional, asciende a 1 112 534 000 000 de
dólares, a pesar de la reducción del precio del oro en comparación con el
período anterior. A precios corrientes, durante todos estos años, el bloqueo ha
provocado perjuicios por más de 116 880 millones de dólares norteamericanos. ”
(Página 4 de
Estas cifras dejan en ridículo a las citadas por El Nuevo Herald, que
refiere que el abogado Mauricio J. Tamargo pidió que el gobierno norteamericano
exija al gobierno cubano que pague el precio total de todo lo que ellos
consideran confiscado, más el 100% de los intereses acumulados en más de medio
siglo; y cita a otro alucinado que pide que no se levante jamás el bloqueo a la
isla, ya que eso sería equivalente a legalizar el narcotráfico.
Parece que las pirañas están listas para lanzarse sobre Cuba, pero tendrán
que aguantarse las ganas porque esa isla tiene las costas muy profundas para
esos animalitos.
Edmundo García
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