Llamado urgente de un antiterrorista al contraterrorismo de EEUU

Insto, pues, a los órganos de enfrentamiento de los EEUU ante amenazas terroristas a prepararse mejor, a actuar con diligencia y transparencia; a capacitar a sus agentes, oficiales y supervisores, a elevar su compromiso con sus misiones no exclusivamente por los beneficios monetarios y otros estímulos materiales sino a partir de la convicción, la limpidez y el compromiso -abogando a su lealtad hacia su familia y su pueblo-, a no dejarse manipular inculpando al inocente, a ser justos y respetuosos con sus conciudadanos y, sobre todo, a entender que el cerebro del hombre siempre será más efectivo que una máquina para detectar al terrorista. Para mí, los muertos inocentes norteamericanos víctimas del terrorismo, también cuentan.

 

Mientras múltiples amenazas de bombas fueron realizadas por vía telefónica contra aviones comerciales estadounidenses y procedentes de otras naciones –repitiendo las tres realizadas hace apenas unos días y que, en uno de los casos, la supuesta presencia de una arma nuclear -, generando una inusual alerta y conmoción en los viajeros, no solo ha mostrado fallas en la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) en cuanto a control de viajeros y equipajes en los aeropuertos, sino también ha revelado la importancia del factor humano en el enfrentamiento al terrorismo y la necesidad del riguroso cumplimiento de las normas y la disciplina por parte de aquellos encargados de proteger las fronteras de cualquier nación.

No importa que todo resulte una falsa alarma y que su repetición tienda a relajarnos y a ser más indiferentes a ellas. Toda amenaza requiere una acción de respuesta inmediata. Tal vez las medidas más eficaces sean la capacitación y elevación del compromiso de quienes vigilan nuestros aeropuertos, la exigencia del cumplimiento de los protocolos establecidos y las modelaciones dirigidas a detectar brechas en la seguridad.

Junto a la reciente amenaza ayer contra el vuelo 648 de U.S. Airways, procedente de San Diego y con destino al aeropuerto internacional de Filadelfia, tuvieron lugar otras simultáneamente contra vuelos de otras aerolíneas como un vuelo de Delta con destino a Atlanta, otro de United con destino al aeropuerto O’Hare en Chicago, otro de Korean Air que viajaba a San Francisco y también a un vuelo de Volaris Air rumbo a Guadalajara, en México.

La actual existencia de lobos solitarios o células activas de terroristas dentro de EEUU –no importa que exista la responsabilidad inicial del gobierno de haber creado a estos monstruos entrenados muchas veces por la CIA, ni las fallas en la retaguardia que son responsabilidad del FBI y el DHS-, resulta una amenaza preocupante para la tranquilidad ciudadana y la preservación de la vida humana.

Aplaudo que modelaciones e investigaciones internas hayan sido capaces de detectar la incuestionable vulnerabilidad que existe hoy en los aeropuertos norteamericanos, cuya responsabilidad no es exclusiva de la TSA. El reporte realizado arrojó la triste verdad: la TSA es responsable de brechas serias en para detectar armas y explosivos a pesar de la sofisticada tecnología a su disposición. Entonces, sin lugar a dudas, las fallas son inherentes al hombre, lo que incluye fallas de liderazgo y negligencias e indisciplinas en los miembros de la TSA en los aeropuertos.

Los cambios realizados como consecuencia de esta investigación que llevaron a la reubicación de su director, Melvin Carraway, dependiente del DHS, me resultan insuficientes. No basta solo con cambiar jefes. Se imponen cambios de estilo de trabajo, el control permanente sobre los hombres mediante modelaciones sorpresivas en tiempo real, elevación del compromiso ante los peligros reales del terrorismo en los momentos actuales y el chequeo sistemático del equipamiento de detección, así como el entrenamiento a los agentes y oficiales sobre perfiles e indicios de comportamiento de los viajeros.

Aunque el presidente Obama, a través del portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo mantener su confianza en la TSA, en una declaración que reza: “El presidente sigue teniendo confianza en que los oficiales de la TSA hacen un importante trabajo que sigue protegiendo al pueblo de Estados Unidos y el sistema de aviación estadounidense; también es cierto que hubo preocupaciones específicas que fueron señaladas en un informe confidencial que fue realizado por el inspector independiente", creo que aún queda mucho por hacer.

Yo, particularmente, he participado en modelaciones en varias oportunidades, tanto en aeropuertos como en otros sitios sensibles, pudiendo detectar brechas de seguridad, tal como lo hicieron agentes encubiertos en EEUU, los que fueron capaces de “introducir objetos prohibidos como armas y explosivos falsos, en varios puestos de control aeroportuarios en 67 de los 70 intentos que hicieron, según reseña ABC News.

Las tareas de vigilancia en el marco del contraterrorismo no solo deben descansar en la tecnología por muy eficaz que la misma sea. Los aeropuertos son la frontera de la patria y los hombres que la protegen son los principales comprometidos con esta importante misión. Nunca podrá vencerse al enemigo sin una buena agentura, leal y con convicciones sólidas, en el enfrentamiento al enemigo.

Para tranquilizar a la opinión pública norteamericana el FBI destacó la captura de un hombre y la muerte de otro -quienes estaban bajo vigilancia constante por sospechas de estar vinculados a planes terroristas en marcha-, en Roslindale, Boston. Según las informaciones el neutralizado sospechoso, nombrado Usaama Rahim, fue eliminado por integrantes de la Fuerza Conjunta para Terrorismo cuando iba a ser capturado y amenazó a los agentes con un cuchillo. Para mí es una burda versión de un procedimiento contraterrorista. Mientras tanto, el otro detenido se nombra David Wright y se le vincula al mismo caso. La detención por parte del FBI en el suburbio de Everett ha generado algunas dudas, al extremo que el Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas supervisará la investigación, según su portavoz, Ibrahim Hooper.

Insto, pues, a los órganos de enfrentamiento de los EEUU ante amenazas terroristas a prepararse mejor, a actuar con diligencia y transparencia; a capacitar a sus agentes, oficiales y supervisores, a elevar su compromiso con sus misiones no exclusivamente por los beneficios monetarios y otros estímulos materiales sino a partir de la convicción, la limpidez y el compromiso -abogando a su lealtad hacia su familia y su pueblo-, a no dejarse manipular inculpando al inocente, a ser justos y respetuosos con sus conciudadanos y, sobre todo, a entender que el cerebro del hombre siempre será más efectivo que una máquina para detectar al terrorista. Para mí, los muertos inocentes norteamericanos víctimas del terrorismo, también cuentan.

Percy Francisco Alvarado Godoy