JEAN-GUY ALLARD – El 18 de noviembre de 2004, el joven
fiscal venezolano Danilo Anderson murió en la explosión de su vehiculo destruido
por una artefacto compuesto de C-4 – el explosivo predilecto de la mafia
cubanoamericana. Apenas una horas después se apareció en la Morgue de Caracas,
donde se encontraban los familiares de Danilo, Henrique Capriles
Rodonski, el actual candidato presidencial de la ultraderecha venezolana, socio
de los autores intelectuales del crimen.
A los familiares de Danilo y hasta varias otras
personas presentes les asombró la llegada del político que, de manera evidente,
no tenía porque estar en el lugar. Su presencia generó una confrontación con los
familiares y amigos quienes le ordenaron retirarse, lo que se negó a hacer,
desencadenando una fuerte discusión.
Una señora que si conocía a
Danilo y a su familia, al verlo, sintió mucha indignación - pensó que iba a
burlarse de todo aquello - y le dio una cachetada.
No era la primera vez, por
cierto, que el político identificado a corrientes con perfiles neofascistas, se
acercaba a actos de terrorismo cuyos protagonistas se inspiran del clan de
asesinos de Miami conformado y orientado por la inteligencia norteamericana.
EL ASALTO DE LA EMBAJADA CUBANA
El 12 de abril de 2002, en las horas más
tensas del Golpe de Estado contra Chávez, la Embajada de Cuba fue agredida por
un grupo de manifestantes dirigidos por dos individuos identificados en
Venezuela a la red del terrorista Luis Posada Carriles: Salvador Romaní, Ricardo
Koesling a los cuales pronto se sumará su socio Henry López
Sisco.
Agente de la CIA, ex oficial de la DISIP venezolana, hoy radicado en Miami, Luis Posada Carriles dirigió en Caracas durante años espectaculares operaciones de exterminio de jóvenes revolucionarios. Posada luego orientó actos de terrorismo contra Cuba entre los cuales el criminal atentado contra un avión civil de la Isla, que hizo 73 muertos de 1976.
Agente de la CIA, ex oficial de la DISIP venezolana, hoy radicado en Miami, Luis Posada Carriles dirigió en Caracas durante años espectaculares operaciones de exterminio de jóvenes revolucionarios. Posada luego orientó actos de terrorismo contra Cuba entre los cuales el criminal atentado contra un avión civil de la Isla, que hizo 73 muertos de 1976.
Luego enjuiciado, Posada se escapó de la cárcel
de San Juan de los Morros, en 1985, con la ayuda de la CIA que lo utilizó en sus
operaciones sucias de América Central, pero siempre conservó en Caracas su
red de cómplices.
Koesling se encuentra asociado al terrorismo
cubanomericano desde los años 70 y participó en la organización de esta fuga de
Posada.
Romaní, un abogado de origen cubano, siempre estuvo a las
ordenes de la tropa mafiosa de Miami.
Lopez Sisco, un ex comisario de la “DISIP”,
estuvo durante años al lado de de Posada, torturando y
desapareciendo a jóvenes “sospechosos” de rebelión, con Francisco Pimentel,
Hermes Rojas, Joaquim Chaffardet.
Este 12 de abril del Golpe, Capriles – entonces alcalde del
municipio de Baruta donde radica la embajada cubana – no solo se negó a tomar
medidas para que su policía no intervenga para poner fin a los actos de
violencia desencadenados por sus amigos Romaní, Koesling y una tropa de
delincuentes, sino que alentó a los asaltantes, insistió para “inspeccionar”
personalmente la sede diplomática - algo absolutamente contrario a las
convenciones internacionales - para luego hacer declaraciones provocativas a la
prensa golpista.
Estimulados por sus palabras, los “manifestantes”
destrozaron seis vehículos del consulado, cortaron los servicios de agua y
electricidad y mantuvieron virtualmente secuestrados a los diplomáticos cubanos
mientras amenazaban penetrar violentamente en la sede diplomática.
COLABORADOR EMERITO DE LA EMBAJADA USA
El sábado 4 de diciembre de 2010, documentos
desclasificados por Washington publicados en su pagina web por el Departamento
de Estado - en un aparente intento de quitarles impacto a las revelaciones de
Wikileaks – señalaban que el cabecilla derechista Henrique Capriles Radonski era
un colaborador de la embajada norteamericana en Caracas.
En esta selección de archivos sobre Venezuela, el nombre de
Capriles aparece vinculado a la operación realizada contra la representación
diplomática cubana y, sospechosamente, al asesinato del fiscal Danilo
Anderson.
Los documentos enseñan una evidente complacencia de la
embajada norteamericana en Caracas hacia el jefe ultraderechista cuyo rol en el
asalto a la embajada cubana y presuntamente en otras actividades ilícitas ha
sido protegido por abundantes tachaduras en cada uno de los textos donde
aparecen referencias a su persona.
A través de los informes, mutilados por la censura y
reunidos bajo el tema “La muerte del Fiscal Danilo Anderson”, la embajada no
solo reconoce que Capriles, hoy candidato a la presidencia, le brinda su
cooperación sino que realizó actividades de colaboración que van
más allá de lo confesable, lo que confirman los numerosos párrafos tachados por
los censores de Washington .
Lo mismo ocurre con otros opositores más, tales como
Leopoldo López y Maria Corina Machado. En distintos lugares se hace referencia a
los “political oficers” de la embajada que actuan de enlace con los amigos de
“la embajada”.
DANILO INVESTIGABA A 400 GOLPISTAS
Después de mucha tergiversación inspirada por la derecha
alrededor de la circunstancias del asalto a la Embajada cubana, el 16 de marzo
2004, el fiscal Anderson, encargado de los casos de más de 400 cómplices del
golpe de abril del 2002, dictó una orden de arresto contra Capriles al
acusarlo de violar principios fundamentales del derecho internacional, violar la
propiedad privada y abuso de poder.
Mientras se desarrollaban los procedimientos, Capriles
fue mantenido en detención hasta septiembre.
El 18 de noviembre, a las 9:35PM el
fiscal murió en la explosión de su vehiculo en la urbanización Los
Chaguaramos de Caracas, mientras iba a su casa desde la universidad en su Toyota
Autana.
Los testigos dicen recordar dos
explosiones muy ruidosas – la bomba y el tanque de combustible -
que provocaron el incendio del vehículo destruido y hasta daños en un edificio
cercano.
Los funcionarios y expertos de la Medicatura
Forense hicieron el levantamiento del cadáver que fue transportado sobre las
2:30AM a la Morgue de Bello Monte.
La llegada en la Morgue de Capriles Rodonski,
conocido como extremista de ultra derecha, sobre las 9:30AM, era por supuesto
totalmente escandalosa.
En menos de un mes, ya en diciembre, los
investigadores asignados al asesinato tenían resuelto en gran parte el caso
desde el punto de vista de su ejecución.
Dos ex comisarios de la DISIP, los hermanos
Otoniel y Rolando Guevara, organizaron la logística del crimen pagando más de
medio millón de dólares a los ejecutores, por el intermediario de su primo José
Guevara, radicado en Miami.
En esta ciudad norteamericana, José Guevara se beneficia hoy
de la protección del FBI (con quién conspiró en el caso Montesinos) al igual que
los dos ejecutores materiales del asesinato, el ex agente de la inteligencia
venezolana Pedro Lander quien elaboró la bomba, y Johán Peña, que la colocó
bajo el carro.
Los investigadores elaboraron la
lista de los autores intelectuales del asesinato. Ahí aparecen los nombres de
varios conocidos de Capriles, entre los cuales sus dos socios presentes en el
asalto a la embajada cubana, Salvador Romaní y Henry López Sisco,
hoy asilados en Estados Unidos y Costa Rica, respectivamente.
Entre los cómplices de la agresión que también
buscaron en el extranjero un santuario, está también otro ex “DISIP”, Joaquín
Chaffardet, que, como López Sisco fue formado por los servicios de inteligencia
de Estados Unidos en la famosa Escuela de las Américas (SOA).
¿A QUE VENÍA CAPRILES RADONSKI?
Capriles Rodonski es producto a esta misma
corriente ideológica de extrema derecha cuyo máximo representante en Venezuela
es Alejandro Peña Esclusa, arrestado en Caracas con 900 gramos de C-4 y
detonadores, después de una denuncia por el salvadoreño Francisco Chávez Abarca,
un especialista del C-4 formado por Posada, extraditado luego a Cuba.
Junto al financista estafador Nelson Mezerhane,
accionista de Globovisión, la periodista golpista Patricia Poleo y el general
traidor Eugenio Áñez, fueron igualmente relacionados a la conspiración que llevó
al asesinato del Fiscal. Los tres viven hoy en Miami, con la complacencia del
Departamento de Estado, y son parte del equipo de apoyo de Capriles en
territorio norteamericano.
¿Podrá el candidato Capriles Radonski explicar
su relación con miembros de la red venezolana de Luis Posada Carriles? ¿Cómo
explicara su complicidad con los asesinos del fiscal Danilo
Anderson?
¿Sabrá decir públicamente Capriles Radonski
que hacía el 18 de noviembre de 2004 en la Morgue, si era evidente que el y
Danilo Anderson, no eran amigos, mucho menos sus familiares?
¿Se recordará con que objeto se presentó en
la morgue? Acaso estaba verificando algo?
Queda suficiente tiempo ante las elecciones
para que el candidato diga la verdad.
teleSUR
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