La tradición ha sido
inmortalizada en cientos de películas. Los pavos asados coronan las
exuberantes mesas de los estadounidenses que cada año celebran en
familia el Día de Acción de Gracias (Thanksgiving, en inglés) el último
jueves de noviembre. De ese modo, recrean la comida de hermandad que,
según la mitología fundacional, ofrecieron los indios de la tribu
wampanoag a los peregrinos europeos que en 1620 llegaron a Plymouth
(Massachussets) a bordo del Mayflower.
Justo en ese lugar, se
celebra simultáneamente desde 1970 una conmemoración bien distinta.
Bautizada como Día de Luto (Day of Mourning), congrega a centenares de
personas, en su mayoría nativos americanos, con el objetivo de destripar
lo que sus organizadores califican de propaganda oficial. Tanto la que
ha inventado una idílica cena que nunca existió como la que justifica
que uno de los líderes del Movimiento Indio Americano (AIM), Leonard
Peltier, lleve 36 años en la cárcel cumpliendo dos cadenas perpetuas
consecutivas por la muerte de dos agentes federales en 1975, a pesar de
que no hay pruebas concluyentes en su contra. Éste es el principal
argumento de Amnistía Internacional (AI) para pedir la liberación de
quien considera un preso político.
Desde 1981, esta ONG se basa
en los documentos que demuestran que en los años 70 el FBI (Oficina
Federal de Investigación) “fabricó pruebas falsas para meter entre rejas
a líderes negros, indios y de otras minorías”, tal como publicaba en
octubre de ese año el New York Times. Amnistía ha modificado su
estrategia recientemente. Tras constatar que las solicitudes para
obtener el indulto han sido ignoradas de forma sistemática y concluir
que no será posible volver a pedir la libertad condicional hasta 2024,
demanda la liberación de Peltier por motivos humanitarios.
A sus
69 años, este indio de las tribus anishinable-lakota tiene serios
problemas de salud. Es diabético, ha perdido la visión de un ojo, y se
encuentra encarcelado en Florida, a más de 3.200 kilómetros de distancia
de sus familiares, que residen en North Dakota, por lo que no recibe
demasiadas visitas. Su situación ha empeorado recientemente. Según ha
explicado a este medio el portavoz del comité que lucha por la defensa
de Peltier, Delaney Bruce, “en 2009, fue golpeado violentamente. En
2011, se le acusó de asaltar a un guardia. No le tocó, ni siquiera
estuvo en la misma mhabitación que él, pero Leonard fue castigado con
dureza por ese motivo”. Los miembros del comité están convencidos de que
el incidente fue inventado “para retratarle como un prisionero violento
y así evitar que pueda ser indultado por Obama”.
En los últimos
meses, algunos columnistas estadounidenses han señalado a su actual
presidente los paralelismos entre el caso Peltier y el de Nelson
Mandela. Barack Obama dijo haber quedado impactado por la visita que
hizo junto a su familia al preso 46.664 de Robben Island, el pasado
junio. Mandela, que pasó 27 años encarcelado, es una de las muchas
personalidades que han solicitado el indulto para Peltier. El líder
sudafricano dirigió su petición a Bill Clinton. Y, probablemente, ésa
fue la ocasión en que la liberación estuvo más cercana. Sin embargo,
poco después de que el expresidente demócrata se comprometiera a
estudiar el caso, en diciembre de 2000, más de 500 agentes del FBI
marcharon hasta la Casa Blanca para presionar en contra del indulto.
Seguimiento a los activistas
La
inteligencia estadounidense siguió muy de cerca los movimientos de los
principales activistas de los años 70. El mismo FBI reconoce en una
escueta nota publicada en su web que el programa Cointelpro fue creado
para “interrumpir las actividades del Partido Comunista de los EEUU”,
pero acabó aplicándose a otros grupos, “como el Ku Klux Klan, el Partido
Socialista de los Trabajadores y el de las Panteras Negras”.
Oficialmente, funcionó entre 1956 y 1971, pero algunos documentos hechos
públicos gracias a la Ley de Libre Acceso a la Información (FOIA), y
que permanecieron ocultos durante el juicio a Peltier, han demostrado
que el FBI estuvo vigilando las actividades del Movimiento Indio
Americano en Pine Ridge antes de que se produjera el tiroteo que acabó
con la vida de los agentes Jack Coler y Ron Williams, y del joven indio
Joe Stuntz el 26 de junio de 1975.
Tal como explica el comité de
defensa de Peltier, ese día los policías entraron en un rancho de la
reserva, una propiedad privada, para detener a uno de sus residentes,
que presuntamente había robado un par de botas de cowboy. Era el último
de los virulentos conflictos que estaban teniendo lugar en Pine Ridge,
entre ellos varias muertes de nativos a manos de hombres blancos. Además
de una pobreza extrema, en la reserva se vivía un clima tan violento
que los mayores del lugar pidieron protección a la AIM. Varios
activistas respondieron a la llamada y acamparon en el rancho.
Peltier
era uno de ellos. Otros dos compañeros suyos que también fueron
juzgados por los hechos de Pine Ridge en una causa separada fueron
puestos en libertad. “El jurado entendió que Butler y Robideau [los
otros acusados] estaban actuando en defensa propia”, explican los
defensores de Leonard Peltier. Amnistía Internacional señala algunas de
las principales irregularidades cometidas con el preso político que
lleva más años encarcelado en Estados Unidos.
Para empezar, el
principal testimonio usado para lograr la extradición de Peltier, que
huyó a Canadá poco después de que se produjeran los crímenes. La testigo
confesó después que había declarado contra él tras ser acosada y
amenazada por el FBI. Sin embargo, el juez rechazó que la defensa de
Peltier la llamara en calidad de testigo “porque podría ser altamente
perjudicial para el Gobierno”, recuerda en un artículo Zeke Johnson,
director de Amnistía Internacional USA. Asimismo, en 1980, la Corte de
Apelación a la que recurrieron los abogados de Peltier reconoció que
“hay algunas pruebas en el expediente de conductas indebidas por parte
de algunos agentes del FBI, pero somos reacios a atribuirles aún más
malas conductas”.
La comisión responsable de conceder la libertad
provisional siempre se la ha denegado porque Peltier no acepta la
responsabilidad criminal por los asesinatos. Sin embargo, en una
ocasión, este organismo afirmó que “la Fiscalía ha admitido la falta de
evidencia directa de que usted [Peltier] participó personalmente en las
ejecuciones de dos agentes del FBI”. “Como cualquier inocente, Leonard
jamás renunciará a luchar por su libertad”, asegura Bruce. Desde la
cárcel, el líder de AIM no sólo reivindica sus derechos, sino que
también participa en otras causas, a las que apoya con la venta de los
cuadros que pinta. El próximo Día de Luto, el 28 de noviembre, los
manifestantes convocados por la UAINE (Unión de Indios Americanos de
Nueva Inglaterra) volverán a homenajear a Peltier.
Este año,
además, cuentan con una valiosa información para su campaña
desmitificadora. El pasado mayo, los investigadores forenses del Museo
de Historia Natural de la Smithsonian Institution confirmaron que los
primeros colonos ingleses, la comunidad que se instaló en Jamestown
(Virginia) en 1607, recurrieron al canibalismo para subsistir en el duro
invierno de 1609. Esa historia es mucho más difícil de enseñar en la
escuela, apuntan.
Magda Bandera
La Marea
Rebelión
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