© Foto: La Voz de Rusia
La
embajada rusa en Damasco continúa trabajando en régimen habitual,
aunque hubo que redoblar las medidas de seguridad. Como consecuencia del
ataque con mortero pereció un sirio, y nueve personas resultaron
heridas. Entre ellas no hay ciudadanos de Rusia. El jueves 28 de
noviembre estalló una mina en el territorio de la embajada rusa. La
segunda explosión fue en las cercanías.
Muchos
países, tales como Francia, los Países Bajos y algunos Estados árabes
retiraron el año pasado al personal y cerraron las misiones por temor a
que el Gobierno de Siria no fuera capaz de garantizar la debida
seguridad en las embajadas. El Gobierno del país hace todo lo posible
para proteger a los civiles y a las misiones diplomáticas, señala
Serguéi Seryogichev, experto del Instituto de Oriente Próximo. Pero,
para una seguridad cabal es indispensable acabar con las agrupaciones de
rebeldes enquistadas en los suburbios de Damasco:
–Es
necesario despejar los alrededores. Pero ello es peligroso para la
población civil, debido a que los rebeldes se esconden a sus espaldas.
El Gobierno de Bashar Asad y
los militares dejaron esos medios para después. En tanto se empeñan en
actuar con otros métodos, como las emboscadas y afines, para evitar
víctimas entre la población civil. Esto es de gran vigencia en el
contexto de la eliminación de las armas químicas, a fin de no dar a los
rebeldes pretextos para reprochar al Gobierno el exterminio de la
población civil.
Mientras,
los expertos subrayan que las autoridades sirias despliegan exitosas
operaciones de exterminio de rebeldes. Y tales ataques son consecuencia
inevitable de esa confrontación, afirma Borís Dolgov, del Centro de
Investigaciones Árabes del Instituto de Estudios Orientales de la
Academia Nacional de Ciencias:
–El
objetivo es, sobre todo, llamar la atención. Se persigue el efecto
sicológico, a saber, el de asustar a los miembros de la embajada y dar a
los rusos la señal de que el respaldo a la solución de paz tendrá tal
reacción de parte de los grupos armados antigubernamentales. Sin duda se
hace pensando en la opinión pública.
El
experto subrayó que lo más probable es que el acto terrorista fuera
perpetrado por islamistas radicales de bandas antigubernamentales. Sin
embargo, Serguéi Seryogichev afirma que bien pudo un grupo, deseoso de
llamar la atención y de captar patrocinadores, haber aprovechado la
tensa situación con fines interesados:
–Otro
cantar es quién está detrás de ese ataque. Ya sea una agrupación
pequeña que desea amasar cierto prestigio o solicitada por otra mayor
que fue a su vez recabada por gente vinculada a Qatar o Riad. Los
monarcas del golfo Pérsico están irritados con el desarrollo de la
situación porque han invertido miles de millones sin resultado hasta
ahora patente. Es posible que fuera una subdivisión del ejército sirio
de liberación, en el que sirven desertores. Porque el mortero es un arma
compleja que es necesario aprender a dominar.
La
misión diplomática rusa en Siria ha sido ya más de una vez blanco de
ataques. Solo en este año ha sido en dos ocasiones alcanzada por
disparos de morteros. El 4 de junio, en el territorio de la embajada
cayeron cuatro proyectiles. Entonces resultaron heridos policías
locales. Y el 22 de septiembre, un proyectil estalló en el territorio de
la sede diplomática donde tres funcionarios fueron heridos.
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