Al menos 25.000 personas
encarceladas por violar las leyes de inmigración de EE.UU. han sido
expuestas a "abusos y maltratos escandalosos", luego de que los
directores de las prisiones privadas en las que se encuentran han
recortado gastos con fines de lucrarse más, denunció el martes en un
informe la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en
inglés).
Los administradores de las prisiones CAR (Criminal Alien Requirement) tienen como prioridad sus beneficios económicos y no les importa el destino de los reos, apunta el reporte que a su vez critica a la Oficina Federal de Prisiones por contratar a empresas privadas para los servicios penitenciarios.
La Oficina Federal de Prisiones (BOP, por su sigla en inglés) destinó unos 600 millones de dólares en el año fiscal 2013 para pagar a las llamadas "instituciones operadas privadamente, cinco de las cuales están localizadas en Texas (sur de EE.UU.) y ocho en otros estados", según la ACLU, que basó su informe en una investigación iniciada en 2009.
En respuesta a las denuncias, la BOP, tras asegurar que supervisa de cerca a las cárceles privadas, dijo que atenderá las denuncias pero por ahora -señaló- que prefiere no hacer comentarios sobre datos específicos del informe.
La privatización de las prisiones empezó durante la Presidencia de Ronald Reagan (1981-1989), enfocando el negocio en los inmigrantes ilegales, pero ha visto incrementados sus ingresos desde la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. Durante su mandato, las detenciones se han disparado hasta niveles nunca vistos.
HispanTV
No hay comentarios:
Publicar un comentario