Al fin dejó el cantautor
Tony Ávila a la Meca de la intolerancia y el extremismo –Miami-, para
presentarse hoy en el restaurante Yerba Buena, en el distrito turístico de
Condado, en Puerto Rico. Se llevó consigo la triste experiencia de sufrir al
acoso de quienes -desde posiciones de obstinación visceral-, tratan de impedir
el intercambio cultural entre Cuba y Estados Unidos.
Supo el artista en carne
propia cómo funcionan allí los patrones de conducta de la derecha mafiosa,
encarnada en grupos terroristas asentados en esa ciudad, políticos mafiosos y
la cobertura de medios insertados en la más agresiva guerra ideológica contra
su Patria.
¿Sus culpas? Creo que
ninguna. A pesar de ello, hubo quienes usaron el falso argumento de presentarlo
como supuesto represor de integrantes del grupúsculo las Damas de Blanco.
Ávila fue a consumar un
sueño propio y el de muchos artistas cubanos –más allá de la política y las
ideologías-, el de participar, como el señaló a EFE: "Ellos han querido trasladar las ideas de esa generación a la
actual, que vive sin remordimiento ni odio contra el Gobierno y que apuesta por
que el cambio cultural sea más abierto, transparente y bilateral".
Repudió, como es lógico, las
protestas montadas contra él en torno a su concierto en The Place, en Miami,
cancelado inicialmente pero finalmente realizado con discreción. Sin tapujos,
repudió las falsas acusaciones de Leticia Ramos Herrería, líder de las Damas de
Blanco, quien lo vinculó maliciosamente a los actos de repudio populares contra
las frecuentes provocaciones de ese grupo de contrarrevolucionarias. Toda esa
manipulación se encuentra en una fabricada sarta de mentiras supuestamente
escritas por 16 Damas de Blanco, vendiéndolo como promotor del odio y la violencia.
Dicha misiva está firmada por las mercenarias Ramos Herrería, Katiuska
Rodríguez Rives, Marisol Fernández Socorro, Yamila Sendra Ruíz, Odalis
Hernández Hernández, Hortensia Alfonso Vega, Mercedes de la Guardia Hernández,
Amada Rosa Herrería Rodríguez y Nirta González Leiva, así como es apoyada por otras
contrarrevolucionarias correligionarias del músico: Asunción Carrillo
Hernández, Mayra García Álvarez, Ramona Herrero Batista, Caridad Burunate
Gómez, Yenisleidys Nilo González, Dania Hechevarría Menéndez y Ania Zamora
Carmenate.
Ávila se encontraba en Miami,
donde este fin de semana se presentó en The Place.
Su presencia en la ciudad
provocó críticas de Leticia Ramos Herrería, representante de las Damas de
Blanco en Matanzas, quien lo acusó de participar en golpizas contra las mujeres
en la ciudad matancera de Cárdenas.
Ávila salió de inmediato al
paso a las falsas acusaciones en el canal América TeVé: "Yo no voy a gastar mis neuronas ni mi saliva en eso, ni perder mi
tiempo en eso" (…) "No le doy un golpe a nadie (…) no soy un hombre
violento".
"Vine
a este país a cantar mis canciones. No vine a hacer política",
añadió con seguridad.
La satanización de Ávila se
agrió aún más cuando representantes de la mafia cubano americana en el Congreso
–Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz Balart y Albio Sires-, solicitaron a Roberta
Jacobson, subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, "la
revocación inmediata de la visa de turista" a Tony Ávila. Era el clásico
espaldarazo para la falaz campaña, apoyándose manipuladoramente en la Proclamación
8697, de agosto del 2011, en la cual Obama ordena la suspensión de entrada al
país de cómplices en violaciones de derechos humanos. Este instrumento legal es
otra forma de hacer política exterior a conveniencia de Washington, sobre todo
para amenazar a dirigentes, funcionarios, periodistas e intelectuales
revolucionarios de Cuba y Venezuela.
El cantautor, con total
franqueza, no se doblegó a las presiones y llegó a ser, incluso,
condescendiente con sus detractoras, al declarar: “Soy incapaz de calumniar o
usar la mentira para denigrar u ofender a nadie y reitero, mucho menos a una
dama. Soy un hombre sensible y de pensamiento, respeto la manera de pensar de
los demás", invitándolas a asistir a un concierto que dará en su barrio el
próximo 12 de julio.
Para dolor de los armadores
de esta injusta y manipulada campaña, Tony Ávila les dio una bofetada con su
honesto actuar, tanto como ser humano como artista. Otra vez venció la razón.
Percy Francisco Alvarado
Godoy
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