QUÉ SABE LA CIA SOBRE EL 9 DE ABRIL
Algo sabe la CIA (Agencia de Inteligencia de Estados Unidos) sobre la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, pero se niega a revelarlo. Hace pocos días llegó a algunos buzones un mensaje de Paul Wolf, norteamericano interesado en la historia de Colombia, donde transcribía la negativa de la CIA a suministrarle copia de sus archivos sobre lo que ocurrió en Colombia aquel 9 de abril de 1948.
Las leyes de Estados Unidos permiten a los ciudadanos examinar,
pasado un tiempo, los documentos que reposan en sus oficinas públicas,
incluidas la CIA, el FBI y la secretaría de Estado. Gracias a esta
herramienta jurídica se han aclarado hechos históricos y se han
confirmado actuaciones de la agencia que otrora negaban sus voceros,
como su participación en el asesinato de chilenos cercanos a Salvador
Allende.
Wolf pidió el 9 de septiembre a la CIA que revelara el contenido de
sus archivos de hace más de medio siglo sobre Gaitán y el bogotazo .
El 22 de ese mes le contestó una funcionaria que la CIA ni negaba ni
afirmaba que hubiese archivos al respecto pero que, por si acaso, de
todos modos rechazaba la petición de abrirlos, por cuestiones de
seguridad nacional y protección de fuentes y personal. Cuando me
comuniqué con Wolf, éste explicó así la respuesta: Afirman que los
sucesos que ocurrieron en 1948 deben permanecer en secreto por razones
de seguridad nacional; que los Estados Unidos pueden resultar
perjudicados si se liberan estos archivos.
Es habitual que los papeles que abre la CIA lleven renglones
tachados con tinta impenetrable para proteger nombres o lugares. Pero es
menos frecuente que se niegue por completo toda información acerca de
un caso, hasta el punto de callar si hay o no récords sobre él.
La conclusión es obvia: algo sabe la CIA sobre el 9 de abril, y
debe ser tan gordo que ni siquiera ahora, 52 años después, se aviene a
exhibir los documentos respectivos.
Wolf insistirá en su petición y acudirá a las instancias
democráticas que operan en Estados Unidos para sacar estos trapos
sucios. Conviene apoyarlo en su petición. Resulta muy curioso que la CIA
pretenda mantener con candado esta valiosa carpeta.
Lo que pensaba E.U. de Gaitán
Y más rara es su actitud si pensamos que algunos de los más
interesantes documentos sobre aquellos días históricos proceden de los
propios archivos de Washington. El libro Grandes potencias, el 9 de
abril y la violencia, con edición de Gonzalo Sánchez y participación de
varios historiadores y politólogos, transcribe importantes testimonios
recogidos en gavetas oficiales gringas. Allí sabemos lo que pensaba la
embajada sobre Gaitán (memorando interno del embajador John C. Wiley, 16
de mayo de 1947):
Quienes lo conocen hablan de su odio por Estados Unidos ... Podría
ganar la Presidencia a través de procedimientos democráticos. No
obstante, existe la opinión generalizada de que sus escrúpulos no le
impedirían recurrir a otros medios, de ser necesario ... Estados Unidos
debe vigilarlo con discreción y tacto ... Mi reciente almuerzo con él
trajo a mi memoria un almuerzo que compartí alguna vez en Berlín con el
doctor Goebbles .... Gaitán representa un problema naciente para
Colombia, que posiblemente influirá allende las fronteras ... Mi
percepción del doctor Gaitán y sus éxitos políticos es en extremo
temerosa ... El doctor Gaitán guarda un prejuicio primitivo y violento
contra Estados Unidos.
Gaitán, pues, era mal visto por el embajador. Cuando asesinan al
jefe liberal el 9 de abril, uno de los más detallados y completos
reportes sobre lo ocurrido es el que envía el Agregado Naval de la
embajada de Estados Unidos en Bogotá, coronel W. F. Hausman: hasta fotos
agrega el eficiente funcionario.
Entre las principales conclusiones que presenta Hausman en
documento calificado como secreto el 24 de mayo de 1948 figuran las
siguientes:
Los acontecimientos del 9 de abril no fueron el resultado de un plan
del Partido Comunista de Colombia; no se han producido pruebas de
complicidad comunista foránea en el asesinato de Gaitán.
El principal factor de motivación de los desórdenes fue el uso de
la radio, especialmente en Bogotá, por elementos antigobiernistas.
Juan Roa Sierrano tuvo una importancia capital en el crimen, excepto como dócil instrumento.
La teoría más consistente es que Roa ejecutó un plan diseñado por
una pequeña conspiración de furibundos conservadores (cita como cabeza
de la misma a Laureano Gómez).
Todo el mundo, salvo los gaitanistas furibundos, parecen sentirse contentos de que Gaitán se haya ido.
No existió una dirección integralmente organizada de los desórdenes.
Otros abren, ¿por qué la CIA. no?
Como se ve, de los archivos oficiales de Estados Unidos han salido
importantes documentos sobre el 9 de abril que, incluso, niegan la tesis
del gobierno de Ospina Pérez en el sentido de que se trataba de una
conspiración comunista.
Todo esto hace más extraña la actitud de la CIA al cerrar a cal y
canto sus récords sobre un viejo asesinato que aún necesita aclaración.
DANIEL SAMPER PIZANO
- Fecha de publicación4 de octubre de 2000
Tomado de http://www.eltiempo.com/archivo
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