Un dron MQ-4 Predator de EE UU. / Maya Alleruzzo |
Estados Unidos ha ampliado el alcance de la
treintena de vuelos de vigilancia y espionaje que sobrevuelan diariamente Irak
desde la semana pasada para analizar las posiciones y la fortaleza de los
yihadistas suníes del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL). El Pentágono
anunció este viernes que algunos de los aviones -con pilotos o controlados
remotamente a distancia- están armados para proteger la Embajada estadounidense
en Bagdad, a diplomáticos y a los
500 militares que la Casa Blanca ha enviado al país para asesorar al Ejército
iraquí a hacer frente a la ofensiva del EIIL.
“El motivo por el que algunos de esos aviones están
armados es principalmente por motivos de protección ahora que han entrado en el
país asesores militares que operarán fuera de los confines de la Embajada”,
explicó el portavoz del Departamento de Defensa, el contraalmirante John Kirby,
en una rueda de prensa. Los drones empezaron a sobrevolar Bagdad el
jueves, están equipados con misiles Hellfire y salen desde una base en Kuwait, según
The New York Times.
Con el uso de los aviones armados, la cifra de
vuelos diarios ronda los 40 frente a los 30 y 35 de los días anteriores. El
portavoz del Pentágono enfatizó que la misión no está relacionada con la posibilidad
de que el presidente de EE UU, Barack Obama, tenga previsto ordenar ataques
aéreos contra los yihadistas del EEIL -que han tomado algunas ciudades del
norte del país y amenazan Bagdad- y subrayó que se trata de una función de
protección.
Pero, al mismo tiempo, admitió que todas las
opciones siguen sobre la mesa. “El presidente no ha tomado ninguna decisión
sobre el uso de la fuerza, pero sería irresponsable de nosotros no estar
planeando, preparando, pensando y estar listos en caso de que él tomara esa
decisión”, afirmó. Según fuentes oficiales citadas por el Times, Obama
no ha descartado efectuar ataques aéreos contra posiciones del EIIL en Irak o
Siria, pero antes de tomar una decisión final quiere conocer las conclusiones
del análisis que están haciendo los asesores militares -que no tienen funciones
de combate- de la capacidad de defensa de las fuerzas del Gobierno del chií
Nuri al Maliki y de la fortaleza de los yihadistas, que también están presentes
en partes de la vecina Siria.
El portavoz del Pentágono dijo el pasado martes que
el objetivo es tener en “dos o tres semanas” los primeros resultados del
análisis de los vuelos de vigilancia y espionaje. Al margen de los drones
armados, también sobrevuelan Irak cazas armados F-18 con pilotos a bordo y que
tienen su base en el portaaviones George H. W. Bush, apostado en las aguas del
Golfo Pérsico.
La rápida ofensiva del EIIL ha sorprendido a la
Casa Blanca y ha obligado a Obama a volver a implicarse en Irak. Una guerra a
la que se opuso como senador y que heredó del gobierno de George W. Bush, y un
país que creía haber dejado estabilizado tras la salida de las tropas
estadounidenses en 2011. El conflicto actual, además, le está deparando aliados
incómodos a Washington: el Ejército sirio está bombardeando posiciones del EIIL
en la frontera con su país, e Irán intenta frenar el avance yihadista con el
uso de drones, según fuentes oficiales citadas en los medios
norteamericanos.
El anuncio del Pentágono llega al día siguiente de
que la
Casa Blanca pidiera al Congreso que autorice la concesión de una ayuda
económica de 500 millones de dólares para “entrenar y equipar” militarmente
a los opositores sirios moderados armados para consolidar sus posiciones y
contrarrestar los dominios de los yihadistas del EEIL en ese país fronterizo
con Irak.
Joan Faus
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