Es el cerebro detrás de la nueva gran amenaza terrorista, el Estado Islámico de Iraq y del Levante, y, desde este domingo, el nuevo autoproclamado califa yihadista. En torno a Abu Bakr al Baghdadi se ha levantado una espesa cortina de humo y fantasía que impide tener un perfil fiable sobre él. ¿Quién es? ¿De dónde sale? ¿Qué quiere lograr?
Desde que Osama bin Laden fuera capturado en la localidad paquistaní de Abbotabbad el pasado 2 de mayo de 2010, muchos se han postulado a heredar el trono de Al Qaeda. Su inmediato sucesor fue su mano derecha y actual máximo dirigente de la red terrorista más famosa del planeta, el médico egipcio, aunque no ha sido el único aspirante a liderar la yihad mundial.
En las últimas fechas, un nombre casi desde el más absoluto anonimato ha salido a la palestra en el mundillo de la inteligencia y los servicios de espionaje: el Abu Bakr al Baghdadi, el proclamado líder del Estado Islámico de Iraq y del Levante (ISIS, por sus siglas en inglés).
Apenas hay datos fiables y contrastados sobre él. Se cree que nació en la localidad iraquí de Samarra, a unos 100 kilómetros al norte de Bagdad, a comienzos de la década de los 70 y que luce una máscara en público para evitar ser reconocido. Algunas fuentes apuntan a que no es un miliciano al uso, sino que tiene un doctorado en estudios islámicos, incluyendo poesía e historia, por la Universidad de Bagdad.
Al Baghdadi se ha investido de un aura casi mítica para ganar adeptos a su causa, aunque sí parece contrastado que combatió contra las tropas estadounidenses durante 2003, cuando entró en contacto con las facciones yihadistas iraquíes, y estuvo preso en Camp Bucca entre 2005 y 2009. En adelante, su notoriedad e influencia fue en aumento hasta liderar la célula de Al Qaeda en Iraq (AQI).
En 2010, saltó a Siria para combatir contra Al Assad en alianza con la facción local, el Frente al Nusra. Sin embargo, estos negaron tal extremo y juraron lealtad a Al Zawahiri. El egipcio expulsó a Al Baghdadi de la organización y lo degradó a ojos del resto de líderes yihadistas. Sin embargo, esto no le amedrentó, y, presionado por la ofensiva de las tropas sirias, regresó a su país al frente de un contingente de entre 6.000 y 10.000 combatientes.
El objetivo de Al Baghdadi, cuyo verdadero nombre se cree que es Awwad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarrai y se sospecha que predicó el islamismo más radical en la provincia de Diyala durante el régimen de Sadam, es aspirar a crear un califato en Iraq y Siria bajo la estricta aplicación de la Sharia, la ley islámica, califato que este mismo domingo proclamaba sin ningún reconocimiento internacional desde su bastión en la ciudad de Raqqa.
Bajo su mando, el ISIS ha instaurado un régimen del terror en aquellas zonas ocupadas y ha puesto en marcha una fantástica campaña publicitaria en las redes sociales para aglutinar al mayor número de simpatizantes a su causa.
Mientras, en las ciudades que controlan, todo aquel que les rinde pleitesía recibe protección e incluso se reparten toneladas de caramelos entre los niños.
Algunos le quitan mérito y señalan a antiguos combatientes de Sadam Husein como los verdaderos responsables del imparable avance por Iraq. Otros le tachan de genio y nueva cabeza visible del yihadismo más radical. Lo cierto es que Al Baghdadi está al frente de lo que muchos consideran ya la fuerza terrorista mejor preparada de Oriente Medio.
Borja M. Herraiz
Tomado de http://www.elimparcial.es
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