Organizaciones nacionales de defensa de la libertad de prensa y 20
reporteros ganadores del Premio Pulitzer, entre miles más, denunciaron
hoy la persecución del gobierno de Barack Obama contra periodistas que
cubren asuntos de seguridad nacional y, en particular, el caso del
reportero James Risen, del New York Times, quien está amenazado con cárcel si no revela sus fuentes.
Una petición firmada por 125 mil personas fue entregada hoy al Departamento de Justicia con el lema:
apoyamos a James Risen porque apoyamos una prensa libre, y acusan que el intento de obligarlo a revelar sus fuentes es
un asalto a la libertad de prensa.
Las organizaciones de defensa de periodistas y libertad de prensa
–incluidos el Comité para la Protección de Periodistas, Reporteros sin
Fronteras, la Fundación de la Libertad de Prensa, y el Comité de
Reporteros por la Libertad de Prensa– reiteraron hoy su repudio al
intento de los fiscales federales de continuar amenazando a Risen con
altas multas y/o encarcelamiento.
El Departamento de Justicia, desde 2008, emitió una orden para
obligar a Risen a revelar una fuente oficial que le filtró información
sobre una operación fallida de la CIA en Irán y que publicó en su libro Estado de guerra
en 2006. Ahora el gobierno contempla obligarlo a testificar contra una
de sus supuestas fuentes, el ex oficial de la CIA Jeffrey Sterling, en
un caso penal contra ese
filtrador.
Risen ha dicho que mantendrá su compromiso de no nombrar sus fuentes
de información, lo cual lo expone a ser acusado de desafiar una orden
judicial para que declare y revele sus fuentes. El caso de Risen ha
estado en los tribunales más de cinco años, pero ahora el periodista ha
agotado sus opciones legales. Por lo tanto, si el Departamento de
Justicia insiste en proceder contra Risen, estará en riesgo de ser
encarcelado
Aunque la primera enmienda de la Constitución garantiza la libertad
de la prensa, no detalla los alcances de esta libertad, y por lo tanto
han surgido disputas políticas y legales a lo largo de décadas sobre
este punto. Lo que alarma a defensores y periodistas es que el gobierno
de Obama, que prometió ser el
más transparente en la historia, no sólo ha ampliado las políticas de su antecesor George W. Bush para clasificar como secretas cada vez más operaciones de este gobierno, sino que ha sido el más agresivo en la historia moderna en perseguir a filtradores denunciantes dentro del gobierno (lleva ocho casos según la Ley de Espionaje de 1917, el doble que el total de todos sus antecesores desde 1917) y a los periodistas que trabajan con ellos.
Junto con los firmantes de la petición entregada hoy, 20 periodistas
premios Pulitzer (considerado el premio de periodismo más prestigioso
del país) emitieron declaraciones esta semana, no sólo en apoyo de
Risen, sino también con feroces críticas al gobierno de Obama por sus
políticas que, acusan, han dañado la libertad de prensa en este país.
La preservación de una prensa libre y sin ataduras tiene una larga historia en nuestro país, permitiendo que ciudadanos ordinarios se enteren de lo que hace su gobierno y para cuestionar acciones llevadas a cabo en nombre de ellos. Los Papeles del Pentágono, el escándalo de Watergate, la masacre de My Lai, la intervención de comunicaciones de ciudadanos estadunidenses sin autorización judicial y tantas más atrocidades jamás hubieran visto la luz del día en un país donde los reporteros deben temer el encarcelamiento por hacer su tarea, declaró el reportero premio Pulitzer Mark Johnson, del Milwaukee Journal Sentinel.
David Barstow, reportero del New York Times y premio
Pulitzer, declaró: “ya basta. El esfuerzo incesante… para obligar a que
Risen traicione sus fuentes ya ha causado un daño sustancial y de largo
plazo al periodismo en Estados Unidos”. Agregó que el impacto de esto ha
generado un clima de temor en Washington donde fuentes oficiales son
cada vez renuentes a platicar con periodistas.
Dana Priest, del Washington Post, acusa que el gobierno
utiliza este caso para intimidar tanto a fuentes oficiales como a
periodistas. Señaló que Bush y después Obama
clasificaron cada vez más las acciones del gobierno a lo largo de los últimos 14 años, negando al público información crítica para juzgar cómo va esta democracia. Ha correspondido a reporteros como Risen mantener informados a los estadunidenses y cuestionar si un gobierno gigantesco en las sombras es de verdad buena idea. Todos estaremos peor si este caso procede.
Risen ganó un Pulitzer por un reportaje publicado a finales de 2005 en el New York Times que
reveló el programa secreto autorizado por Bush en 2002 con el cual la
Agencia de Seguridad Nacional (NSA) llevó a cabo intervenciones de
comunicaciones internacionales de estadunidenses dentro del país, sin
autorización judicial. El Departamento de Justicia se ha dedicado a
perseguirlo por lo que reveló sobre Irán en su libro publicado poco
después.
El Comité por la Protección de Periodistas, y, por separado, Human
Rights Watch y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) han
emitido informes en los últimos meses en los cuales concluyen que la
libertad de prensa se ha deteriorado severamente en el gobierno de
Obama. El sondeo anual de Reporteros sin Fronteras sobre libertad de
prensa registra que Estados Unidos se desplomó 13 lugares para quedar en
el sitio 46, de una lista de 180 países.
David Brooks
La Jornada
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