Reflexiones en torno al 4to aniversario de Las Razones de Cuba.
Cuatro años es poco tiempo, pero para
nosotros han sido cuatro siglos de fervor, entusiasmo, pasión y cariño,
un cariño inmenso, incomparable, ha sido un periodo de retos, de
adaptación, de incomprensiones, de dolor también. Hace cuatro años se
realizó la denuncia pública conocida por Las Razones de Cuba a través de la exhibición por la televisión cubana de la serie del mismo nombre, comenzó con los capítulos de La Ruta del Terror, donde el pueblo cubano y el mundo entero conoció las acciones de hombres como Chávez Abarca y Ernesto Cruz León, responsables de actos terroristas en La Habana, actos organizados y financiados desde los EE.UU.
Luis Posada Carriles, la Fundación Nacional Cubano Americana, la CIA son denunciados contundentemente por Cuba como autores intelectuales de las bombas puestas en la Habana, Percy Alvarado, agente Fraile para la Seguridad del Estado cubano da elementos incuestionables sobre estas actividades enemigas.
Luego saldría la historia de Dalexis González Madruga, agente Raúl, un joven ingeniero a quien la CIA con todo su poder y dinero no pudo comprar, la historia casi legendaria de Frank Carlos Vázquez, agente Robin, quien estuvo 5 años en Chicago, EE.UU,
y la del hombre extraordinario que dedicó toda su vida a combatir a los
enemigos de la Revolución, 36 como agente de la Seguridad del Estado, José Manuel Collera Vento. El agente Gerardo.
El último capítulo de la serie saldría el 4 de abril del 2011, donde estuvo implicado el autor de estas líneas.
La vida nos unió a los 6 de las Razones
como el pueblo comenzó a identificarnos, nos volvimos más que hermanos,
nos unen cosas muy fuertes, son vínculos que nada puede romper
fácilmente, nuestro amor a Cuba, nuestro amor a la Revolución, nuestra
fidelidad a la patria a Fidel, a Raúl y al Ministerio del Interior del
que nos consideramos hijos. Nos diferencian algunas cosas, lógicas, dada
la experiencia personal de cada cual, somos críticos entre nosotros y
con nosotros, pero como dijo Fidel el ser capaces de hacer la renuncia
más grande que un hombre puede hacer que es la renuncia aparente del
honor, nos hizo fuertes y tolerantes, comprensivos y combativos a la
vez.
En cuatro años hemos recibido el cariño
inmenso del pueblo, en todas partes, en todas las circunstancia, amor
que sabemos no va dirigido a nuestras personas sino a lo que
representamos y defendemos, cuando en esos primeros meses en que salimos
a la luz pública nos veíamos rodeados de personas constantemente,
abrazándonos, queriendo fotografiarse con nosotros, cuando éramos
recibidos como héroes en poblados, ciudades, calles, parques, gobiernos y
sedes del partido en las provincias, podemos asegurar que nunca la
vanidad hizo mella en nosotros, quizás alguno creyó que la
misión cumplida era importante y sinceramente pensamos y creíamos,
mirando a nuestros compañeros, cuanto valor se necesita para salir así
dar la cara y entrar en la lista negra para siempre de los enemigos, de la CIA, de la contrarrevolución y de los tapaditos, pero pensábamos enseguida, la vida si es necesario por este pueblo generoso de héroes que nos da más de lo que merecemos.
Hemos vivido también ataques `personales,
en la calle, en las guaguas, en todas partes, no solo de la contra
también de los tapaditos, de los resentidos, de los envidiosos, de los
que se dejan dominar por las miserias humanas, hemos sufrido la
incomprensión de los burócratas, de los que creen tener una vara para
medir, evaluar y premiar el sacrificio de los demás, pero que poco nos
conocen, no saben, no pueden entender que somos, que crecimos en la
escuela de Fidel, que sabemos que toda la gloria del mundo cabe en un
grano de maíz.
No tenemos privilegios, andamos a pie
compartimos P-4, P-6, almendrones, botellas, junto a nuestro pueblo, que
nos cuida, que nos regaña cuando nos ve, por ejemplo, regresar tarde y
esperar en el Paradero de Playa un P-4 para ir a casa, que no nos quiere
cobrar cuando nos prestan un servicio propio de su negocio particular,
que nos confía sus problemas, sus dudas, que cree en nosotros, que nos
invita a su casa a compartir como parte de su familias, somos cubanos de
a pie.
Somos gente común, compartimos carencias y
dificultades, como todos, formando parte de todos. Hemos carecido de
cosas elementales en este proceso de readaptación a la vida normal, en
que nuestras vidas dieron un giro de 180 grados, tantas cosas cambiaron
de golpe, empatar el tiempo y la vida allá donde la dejamos hace años
con nuestro tiempo de ahora, había que jugar al duro, la vida había
seguido su curso inexorable, teníamos que empezar de nuevo, algunos de
cero.
Vivimos durante años como especie de
monjes que renuncian a todo lo material de este mundo, dedicados a
cumplir con la tremenda oportunidad que se nos daba de servir a la
patria, agradecidos de que se nos confiara tan honorable tarea,
temerosos de no estar a la altura, vigilantes del posible error humano,
nada se interponía en nuestro afán, el deber lo cubría todo, planes de
vida, expectativas, carrera profesional, futuro, familia.
Ahora de golpe, estaban los libros por
escribir, la carrera abandonada, los problemas por solucionar, la vida
normal frente a nosotros, las pequeñas cosas cotidianas, el gozne de la
puerta, el techo que se filtra a chorros cuando llueve, el todo y la
nada cotidiana en medio de una felicidad que no conoce límites.
¡Cumplimos!
Hemos recibido condecoraciones, premios, medallas, reconocimientos de todo tipo, no todos merecidos. Nunca solicitados.
Durante estos cuatro años hemos estado en
contacto con millones de jóvenes en todo el país, universidades,
escuelas secundarias, pre-universitarios, escuelas formadoras de
maestros, no hemos dejado de recorrer el país, ni pensamos dejar de
hacerlo mientras creamos útil nuestro mensaje, nuestros intercambios con
la nueva generación, creemos que nuestro conocimiento del enemigo es
necesario trasmitirlo, compartirlo. Aprendimos a escuchar y
hemos aprendido mucho de nuestros jóvenes en quienes creemos y confiamos
plenamente. A ellos entregamos nuestras vida de ahora en lo adelante,
no aspiramos a más que ha servirles.
En estos cuatro años sufrimos el dolor de
la separación con nuestros seres queridos, la lejanía que se hizo
inmensa con muchos de ellos después de la denuncia del 2011, la muerte
de mi madre, su casi agonía de un año, sin poder estar a su lado, sin
poder acompañarla, sin poder darle ánimo, sin poder despedirme de ella a
la hora final, después de más de 5 años sin verla, ella allá en Miami,
dejó una profunda huella en mí.
Nuestros hijos crecieron, tenemos muchas
razones para estar orgullosos de ellos, pasaron duras pruebas y salieron
mejores hombres y mujeres.
El 24 estuvimos en el Palacio de las Convenciones de la Habana en el acto donde se entregó la
orden Playa Girón y el Título de Héroes de la República de Cuba a
nuestro cinco hermanos, René, Tony, Gerardo, Ramón y Fernando,
compartimos la emoción del momento y sentimos que un ciclo se cierra,
estamos orgullosos, aquí están en medio del pueblo nuestros cinco
héroes, también pusimos nuestro granito de arena en su liberación.
Hoy, junto a los niños de la Colmenita,
junto a nuestros Diputados, junto a la Dirección de nuestro país, junto a
nuestros compañeros, gritamos con toda la fuerza del alma ¡CUBA, amada,
qué otra cosa podemos que hacer!
Aquí estamos y estaremos siempre los 6 de las Razones, en combate, junto a nuestro pueblo. Viva Fidel, Viva Raúl, Viva la Revolución.
La Habana, Palacio de las Convenciones, 24 de Febrero Aniversario 120 del Reinicio de la Guerra de Independencia.
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