El FBI ha confirmado que el terrorista malayo Zulkidli bir Hir,
alias "Marwan", falleció en el sur de Filipinas durante una polémica
operación de la Policía filipina el 25 de enero en la que murieron 44
agentes, informan hoy los medios.
"Pruebas preliminares indican que Rahmant Adbhir y la muestra de ADN
proporcionada por el Gobierno de Filipinas es consistente con la de dos
hermanos que comparten la misma herencia paterna", afirma un informe
policial al que tuvo acceso el medio local "Rappler".
Marwan era miembro del grupo rebelde Yemaa Islamiya y estaba en la
lista de los terroristas más buscados por Estados Unidos, que había
ofrecido una recompensa por su captura de cinco millones de dólares.
También fue responsabilizado de varios ataques sufridos recientemente
en el sur de Filipinas, por lo que la Policía del país decidió iniciar
una operación para detenerlo en un campamento en el que se encontraba
junto a otros terroristas filipinos en Mamasapano, en Mindanao, a unos
960 kilómetros al sur de Manila.
Sin embargo, los miembros de las Fuerzas Especiales de la Policía
sufrieron una emboscada durante la operación, en la que murieron 44 de
los agentes, además de siete civiles y once rebeldes.
La operación fue muy criticada por los políticos y la sociedad
filipina por la aparente falta de coordinación entre los altos cargos
del país y las distintas fuerzas de seguridad, ya que más de 300
efectivos del Ejército estaban desplegados en la zona para apoyar a los
agentes, pero nunca intervinieron.
El incidente puso en peligro también el frágil proceso de paz firmado
en marzo de 2014 entre el Gobierno y el grupo rebelde Frente Moro de
Liberación Islámica (FMLI) tras 45 años de conflicto.
A pesar del histórico acuerdo de paz firmado entre el Gobierno
filipino y el Frente Moro de Liberación Islámica, varios grupos rebeldes
permanecen activos en el sur musulmán de Filipinas.
Representantes del Gobierno y del grupo islámico han iniciado una
serie de charlas informales para intentar rebajar la tensión y prevenir
una escalada de combates.
Entre 100.000 y 150.000 personas, al menos un 20 por ciento de ellas
civiles, han muerto en cuatro décadas de conflicto separatista islámico
en Filipinas, que además ha paralizado el desarrollo de una región rica
en recursos naturales y ha empobrecido a la población.
EFE/ http://noticias.terra.es
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