La administración de Barack Obama ha trazado planes concretos de recrudecimiento del control de armas en EEUU
The Washington Post
informa de que, un grupo especial, presidido por el vicepresidente Joe
Byden, se propone presentarlos al presidente la semana próxima. Según
datos del periódico, las medidas serán más amplias de lo esperado.
Aunque no se trata de prohibición de armas en absoluto.
En
EEUU se considera un derecho, para todo estadounidense, la posesión de
armas. Ello está consignado en la segunda enmienda a la Constitución.
Obama prometió, después de la masacre en Connecticut del 14 de diciembre
(en la que perecieron veinte niños y seis adultos) enmendar las reglas
de la venta de armas en todo el país.
Para EEUU,
incluso aquellas medidas limitadas, según las medidas europeas que
prepara Obama, pueden ser de veras reformas cardinales. Entre otras
recomendaciones figura el control total de los compradores y de los
vendedores. Hasta ahora, en EEUU regía la verificación de armas solo en
las compras minoristas. Ellas no se extendían a las operaciones entre
particulares. La Casa Blanca se propone, además, revisar la posibilidad
de la aprobación de medidas que no exigen la introducción de cambios en
la legislación. En la Casa Blanca entienden perfectamente que, se
recrudecerá la resistencia del Congreso a toda enmienda a ley sobre
armas.
Barack Adams reconoció que, el combate a la
epidemia a los asesinatos en el país será prolongado y duro, pero es
imposible diferir su comienzo. Para EEUU es indispensable un cambio de
criterio sobre las armas, expresó Obama en su entrevista para la red
NVS:
—Es necesario entender perfectamente que,
no resultará nada si el pueblo estadounidense no decide qué es lo más
importante. No se trata de mi capital político personal. No hay nada
imposible sin el respaldo político de la opinión pública en EEUU. Usted
puede hacer muy poco sin ese apoyo.
La
interrogante principal consiste en si podrá el presidente remontar la,
resistencia potente del congreso y de la camarilla armamentista
principal de EEUU, a saber la Asociación Nacional del Rifle, la más
poderosa en su género en el país. Ella está integrada por más de cuatro
millones de miembros. Ello equivale a casi a todos los senadores y
legisladores republicanos y a una parte considerable de los demócratas.
Ya hoy día, los planes de la Casa Blanca enfrentan la resistencia a
ultranza de la Asociación Nacional del Rifle.
El
presidente desea eliminar de las calles del país las armas automáticas,
las que representan una amenaza para la seguridad nacional del país,
afirma el clérigo de renombre Jesse Jackson:
—Nadie
plantea arrebatar a los norteamericanos todas sus armas: pistolas o
escopetas de casa. De ello no se habla en absoluto. Pero, en la sociedad
moderna no existen razones funcionales algunas para el comercio de las
armas automáticas de asalto. Basta recordar que hace solo dos años, la
Casa Blanca fue atacada con fusiles AK-47. Nadie puede sentirse seguro con armas de ese tipo en las calles.
Entre
otras medidas figura la creación de una nacional de datos de los
portadores de armas. Se propone introducir además la verificación del
estado psíquico de los propietarios de armas, recrudecer la penalidad a
la entrega de armas a menores de edad, y prohibir la portación cerca de
las escuelas y colegios. Según las informaciones del The Washington Post,
las medidas propuestas son respaldadas por las estructuras armadas de
EEUU. El recrudecimiento del control de armas se torna en una tarea de
las principales del último mandato de Barack Obama.
La Voz de Rusia
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