lunes, 7 de enero de 2013

Control de armas, tarea del último mandato de Barack Obama.

La administración de Barack Obama ha trazado planes concretos de recrudecimiento del control de armas en EEUU

The Washington Post informa de que, un grupo especial, presidido por el vicepresidente Joe Byden, se propone presentarlos al presidente la semana próxima. Según datos del periódico, las medidas serán más amplias de lo esperado. Aunque no se trata de prohibición de armas en absoluto.
En EEUU se considera un derecho, para todo estadounidense, la posesión de armas. Ello está consignado en la segunda enmienda a la Constitución. Obama prometió, después de la masacre en Connecticut del 14 de diciembre (en la que perecieron veinte niños y seis adultos) enmendar las reglas de la venta de armas en todo el país.
Para EEUU, incluso aquellas medidas limitadas, según las medidas europeas que prepara Obama, pueden ser de veras reformas cardinales. Entre otras recomendaciones figura el control total de los compradores y de los vendedores. Hasta ahora, en EEUU regía la verificación de armas solo en las compras minoristas. Ellas no se extendían a las operaciones entre particulares. La Casa Blanca se propone, además, revisar la posibilidad de la aprobación de medidas que no exigen la introducción de cambios en la legislación. En la Casa Blanca entienden perfectamente que, se recrudecerá la resistencia del Congreso a toda enmienda a ley sobre armas.
Barack Adams reconoció que, el combate a la epidemia a los asesinatos en el país será prolongado y duro, pero es imposible diferir su comienzo. Para EEUU es indispensable un cambio de criterio sobre las armas, expresó Obama en su entrevista para la red NVS: 
Es necesario entender perfectamente que, no resultará nada si el pueblo estadounidense no decide qué es lo más importante. No se trata de mi capital político personal. No hay nada imposible sin el respaldo político de la opinión pública en EEUU. Usted puede hacer muy poco sin ese apoyo. 
La interrogante principal consiste en si podrá el presidente remontar la, resistencia potente del congreso y de la camarilla armamentista principal de EEUU, a saber la Asociación Nacional del Rifle, la más poderosa en su género en el país. Ella está integrada por más de cuatro millones de miembros. Ello equivale a casi a todos los senadores y legisladores republicanos y a una parte considerable de los demócratas. Ya hoy día, los planes de la Casa Blanca enfrentan la resistencia a ultranza de la Asociación Nacional del Rifle.
El presidente desea eliminar de las calles del país las armas automáticas, las que representan una amenaza para la seguridad nacional del país, afirma el clérigo de renombre Jesse Jackson: 
Nadie plantea arrebatar a los norteamericanos todas sus armas: pistolas o escopetas de casa. De ello no se habla en absoluto. Pero, en la sociedad moderna no existen razones funcionales algunas para el comercio de las armas automáticas de asalto. Basta recordar que hace solo dos años, la Casa Blanca fue atacada con fusiles AK-47. Nadie puede sentirse seguro con armas de ese tipo en las calles.
Entre otras medidas figura la creación de una nacional de datos de los portadores de armas. Se propone introducir además la verificación del estado psíquico de los propietarios de armas, recrudecer la penalidad a la entrega de armas a menores de edad, y prohibir la portación cerca de las escuelas y colegios. Según las informaciones del The Washington Post, las medidas propuestas son respaldadas por las estructuras armadas de EEUU. El recrudecimiento del control de armas se torna en una tarea de las principales del último mandato de Barack Obama.

La Voz de Rusia

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