En los últimos años, la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés), de la Secretaría de Defensa de EEUU, muestra un gran empeño por financiar algunas investigaciones robóticas con el objetivo de ayudar ante desastres naturales o causados por el hombre, como el de la central nuclear de Fukushima (Japón) o el derrumbe en la mina de Copiapó (Chile).
En octubre del año pasado, la
DARPA anunció un concurso internacional en busca de robots que
contribuyan a facilitar el trabajo del hombre en situaciones de riesgo
para su vida. Para ello, financiará durante los próximos años el
proyecto de siete equipos que diseñarán hardware y software y once equipos que solo participarán en el desarrollo de software para diseñar esos androides utilizando el simulador de diseño de robots abierto DRC (www.theroboticschallenge.org).
No
obstante, lo de “ayudar”al hombre despierta dudas. Pues, como la
humanidad ya lo puede constatar, los prototipos de los anhelados robots,
los aviones no tripulados o drones, en los últimos tiempos han causado más muertes de civiles inocentes
que dado los resultados esperados durante su uso. Entonces, ¿qué más
podríamos esperar de un robot con mayor autonomía e inteligencia!
Según
Noel Sharkey, profesor de Inteligencia Artificial y Robótica en la
Universidad de Sheffield (Inglaterra), la última iniciativa de la DARPA,
que consistió en una carrera de autos sin conductor a lo largo de 241
kilómetros por el desierto, derivará en nuevos desarrollos en el campo
de la autonomía de robots, pero desde ya despierta también ciertas
dudas.
"... si ponemos atención (...) al hecho de que
es la DARPA la que financia el proyecto, tenemos que ser realistas
sobre sus verdaderas intenciones”, concluye Sharkey quien considera
que“esto forma parte de la máquina de guerra de EEUU con el fin de
desarrollar robots para el campo de batalla. Aunque pueda tener
aplicaciones civiles positivas, estas máquinas nos dirigen claramente
hacia la automatización de la industria de la guerra".
Los
defensores de derechos humanos del mundo están muy preocupados ante la
posibilidad del desarrollo de sistemas autónomos de guerra, ya que estos
serían capaces de tomar decisiones autónomas sobre a quién hay que
atacar sin poder distinguir un militar de un civil. Pues consideran que
si se llegara a tener robots totalmente autónomos que puedan decidir a
quién, dónde y cuándo eliminar, la tecnología no estaría sirviendo a los
humanos, serían los humanos los que estarían sirviendo a la tecnología.
Según
los datos de un informe emitidos por una organización internacional no
gubernamental en noviembre pasado, a pesar de que las armas autónomas
todavía no existen, varios países industrializados están realizando
actualmente estudios y pruebas en este ámbito. Entre los más
involucrados se menciona a EEUU, China, Israel y el Reino Unido entre
otros.
Algunos expertos calculan que los robots
autónomos podrían aparecer dentro de unos 20-30 años; otros estiman que
esto podría ocurrir incluso más pronto; mientras tanto, varios países ya
usan los precursores de tales aparatos que son sistemas con mando a
distancia como los drones que
han protagonizado arduas polémicas, por la cantidad de bajas civiles que
ha aumentando significativamente durante la presidencia de Obama.
En
realidad, los robots serían útiles para fines civiles, por ejemplo,
para salvar vidas en zonas de desastre, no cabe la menor duda, siempre y
cuando esos androides no representen un peligro para el ser humano, y
estén bajo el control del mismo por cuestión de seguridad y fiabilidad.
¡La humanidad ya tiene suficiente con los drones!
Autor: Yaroslav Gálich
Tomado de La Voz de Rusia
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