Comandante del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, Timoleón Jiménez |
Por primera vez “Timochenko”, máximo jefe de las Farc- EP, habla sobre el proceso de paz en La Habana, en entrevista exclusiva al periódico Voz.
http://issuu.com/pacocol/docs/ voz_internet_2672_baja_ resolucion?mode=window
VOZ: Se
ha cumplido lo que podríamos llamar el “arranque” de la Mesa de Diálogos de La
Habana, que culminó el pasado 21 de diciembre, ¿qué balance se podría hacer?
¿Pinta bien el proceso o la perspectiva es de otro fracaso como lo anuncian los
pesimistas?
Timochenko:
Me parece que la expresión “el arranque”, que ustedes usan, es apenas la más
apropiada para describir lo cumplido hasta ahora. Se han producido anuncios,
actos formales de instalación, ruedas de prensa y múltiples declaraciones, pero
la verdadera discusión de los temas de la agenda apenas comienza. El Foro sobre
desarrollo agrario integral abrió la puerta a la participación de la población
colombiana en el proceso. También han llegado a la Mesa por otros conductos
innumerables propuestas sobre la materia. Se ha empezado a hablar en la Mesa con
distintos sectores vinculados al problema de la tierra. Todo eso tiene gran
importancia, es indicativo de que las cosas marchan bien, sobre todo porque como
informan los delegados nuestros desde La Habana, esa oleada de voces coincide en
un auténtico clamor por cambios estructurales.
La posición del gobierno ha sido pública
y enfática, en el sentido de no admitir debates sobre modelos de desarrollo en
ninguno de sus aspectos. Pero bueno, es su posición, la posición de una de las
partes que se sienta con otra a buscar la solución política al conflicto. Por
eso creemos que dicha posición está sujeta a cambios en el curso de las
conversaciones. Para eso es una mesa de diálogo. Nosotros podríamos partir de
exigir el poder o la extinción total de la gran propiedad rural, que siguen
siendo parte de nuestras metas, pero sabemos que de ese modo no llegaríamos a
ningún lado. El gobierno debe tener compromisos políticos y pactos de lealtad
con intereses muy poderosos en el campo, sin embargo, ellos no pueden constituir
la exclusiva guía para su conducta. La dinámica política puede conducir a la
prevalencia de otros intereses. Al respecto somos optimistas. No cabe duda que
las movilizaciones sociales que seguramente se producirán este año tendrán
grandes repercusiones en todo esto.
VOZ: Respecto
a la duración de este proceso que es complejo y difícil, ¿Cuál es el “tiempo
razonable”, para las FARC-EP, por que el gobierno nacional tiene un plazo hasta
noviembre del presente año?
Timochenko:
Lo razonable es no comprometer plazos, aunque voces interesadas interpreten esto
como la eternización de unos diálogos inocuos. Los enemigos de las paz y de este
proceso siempre se hayan prestos a las exageraciones y distorsiones. Se trata es
de partir de realidades. En Mayo cumpliremos 49 años de confrontación armada que
se prolongarán quizás muchos más sino se logra un acuerdo de reconciliación.
Frente a esto ¿Qué sentido tiene armar un escándalo por unos meses más o un par
de años más de diálogos, cuando de lo que se trata es de consolidar la
terminación del conflicto y la paz en nuestro país? Tras uno o más lustros de
guerra siempre se volvería a una Mesa; así que es mejor, sin afanes, ahorrarle
toda esa sangre a Colombia.
VOZ: La
participación social y popular ha sido uno de los temas de debate. Es evidente
que el gobierno nacional prefiere un proceso aislado de la realidad nacional,
sin “ruido” como dicen con desprecio. ¿Cree que la positiva experiencia del Foro
Agrario debe repetirse en los siguientes puntos de la Agenda contenida en el
Acuerdo de la “Fase exploratoria”?
Timochenko:
Le decía que la experiencia del Foro Agrario Integral abrió la puerta a la
participación popular en el proceso. En adelante, esta debe crecer como una bola
de nieve que rueda nevada abajo. El pueblo Colombiano no necesita permisos del
gobierno para pronunciarse y movilizarse. En gran medida esa es la paz que
buscamos, la de la participación decisoria de la nación en las grandes
definiciones que atañen a su futuro. Eso ya no se puede seguir prohibiendo en
Colombia.
VOZ: El
gobierno al parecer tiene dos discursos respecto al proceso de paz. Algunos
voceros gubernamentales dicen que el Ministerio de Defensa suele salirse del
“libreto”, pero nadie lo pone en cintura. ¿Será una táctica del Gobierno en el
sentido de que unos hagan de “buenos” y otros de “malos”? ¿O es abierto desafío
al presidente Santos del sector ultraderechista y guerrerista en el
gobierno?
Timochenko:
No creemos que se trate de tácticas o desafíos de la extrema derecha al
presidente Santos. Más bien es el reflejo político de los distintos intereses
económicos que bullen en las alturas. El actual gobierno es heredero de la
seguridad democrática, un practicante devoto del credo neoliberal, desempeña a
cabalidad su papel de agente del imperio en el sur del continente, confía
ciegamente en la Espada de Honor, su plan militar de exterminio. Su apuesta a
la paz por vías del diálogo pone de manifiesto la fuerza que en el interior de
su coalición toman determinadas conveniencias de momento, pese a la tozudez de
algunos contradictores internos. Lo que está claro es que su idea de paz no
coincide con la de las grandes mayorías desfavorecidas, y ese es el verdadero
debate.
VOZ: a
propósito de este tema, algunos “analistas” de la derecha le atribuyen la misma
conducta a las FARC-EP (la de los libretos) y ponen como ejemplo la ausencia
del Bloque Sur en la delegación de Paz que está en La Habana. ¿Qué opina al respecto?
Timochenko:
Gran parte de la intelectualidad y la academia cooptadas por el unanimismo
neoliberal desde los años 90, se especializó, no sabemos de qué modo, en el
estudio de las FARC. Ustedes los escuchan o leen todo el tiempo pontificando
sobre nosotros. En realidad todos ellos son agentes a sueldo del gran capital,
cumpliendo con su deber de satanizar las alternativas políticas y sociales al
modelo depredador, cuando no hacen parte de las operaciones sicológicas
desarrolladas por la inteligencia militar. No hay una sola declaración de
Joaquín Gómez o Fabián Ramírez que exprese algún tipo de discrepancia con el
resto del Estado Mayor Central de las FARC. En aras de la información objetiva,
podemos entregarles para su publicación, la circular emitida por el Blo0que Sur
de las FARC a todos sus combatientes con relación al actual proceso de paz. Ella
sola pone en su lugar toda esta charlatanería barata
VOZ: En
las organizaciones sociales y populares existe una preocupación, porque el
gobierno nacional mientras hace presencia en La Habana, en Colombia tiene una
agenda antipopular, neoliberal y reaccionaria, como el fuero militar (ya
aprobado), la reforma tributaria (ya aprobada), la reforma pensional en camino y
otras medidas para descargar el peso de la crisis sobre los trabajadores. Son
mensajes equívocos gubernamentales. ¿Cómo hacer para que ello no le quite
legitimidad y peso a La Mesa de La Habana?
Timochenko:
La Mesa de La Habana esta muy lejos de ser la Notaría encargada de avalar las
antipopulares y antipatrióticas políticas del gobierno de Juan Manuel Santos.
Precisamente allá estamos sentados también las FARC con el propósito
indeclinable de denunciar y contradecir esas políticas que por servir de modo
exclusivo a unas elites se convierten en combustible permanente del conflicto.
La Mesa es una conquista del pueblo Colombiano, una ventana a la verdad, una
puerta que se le abre a la muralla de la intolerancia y la violencia, para
luchar por grandes transformaciones en el país. Su legitimidad y peso real se
encuentra en el protagonismo que el movimiento popular y social de Colombia
asuma por la conquista de una nueva patria. En esa lógica, las políticas
neoliberales de Santos solo podrían fortalecer la importancia de la Mesa de
Habana como instrumento de lucha para combatirlas.
VOZ: ¿Están
las FARC dispuestas mantenerse en La Mesa, hasta el final, cuando haya un
acuerdo de paz estable y duradera?
Timochenko:
Eso está fuera de toda duda.
VOZ: El
ELN y el EPL están planteando la decisión de abrir el diálogo con el Gobierno,
¿cómo lo ven las FARC-EP y cree que en algún momento esos procesos puedan
encontrarse?
Timochenko:
Nos parece un planteamiento correcto, la guerra no puede ser el destino de esta
nación. De hecho en el primer punto del Acuerdo General quedó planteada la
invitación a los demás grupos insurgentes a sumarse a este proceso. Guardamos el
más absoluto respeto por las decisiones de las direcciones de esas
organizaciones revolucionarias, lo que no nos impide considerar que en una sola
Mesa la unidad del movimiento popular tendría mucha mayor relevancia. Sobre todo
cuando voceros de la oligarquía, como Enrique Santos Calderón, se han expresado
en términos tan despectivos con relación a la importancia de esas
organizaciones.
VOZ: Para
algunos partidos y sectores de la izquierda, los procesos de paz de las
guerrillas deben ser útiles para estimular la unidad popular, para una nueva
realidad democrática y social que le dé al pueblo colombiano la opción de poder.
¿Cree usted eso posible?
Timochenko:
No solamente es posible, sino absolutamente necesario y urgente.
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Agencia de Noticias Nueva Colombia, ANNCOL
Web: www.anncol.eu, Redacción: editar@anncol.eu,
YouTube: http://www.youtube.com/user/anncol4?feature=mhee
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