“Les desafío a que lo prueben. Y si lo prueban, no hace falta
que preparen más planes ni transiciones ni tonterías de esas. Si
prueban que yo tengo una cuenta en el exterior de 900 millones, de un
millón, de 500.000 dólares, de 100.000, de 10 millones, de un dólar, yo
renuncio al cargo y a las funciones que estoy desempeñando. Vean. Los
desafío” (1).
Así se dirigía Fidel Castro en 2006 a los dueños de la revista
estadounidense Forbes, que había incluido al líder cubano en su lista de
multimillonarios mundiales. Fue un verdadero patinazo para la revista
que, al no poder presentar la menor prueba, hizo el silencio. Eso sí, ya
no volvió a incluir al mandatario cubano en su lista anual (2).
Ocho años después, el mismo mensaje vuelve con fuerza en una nueva
campaña de desprestigio. Hace unos días, leíamos en decenas de diarios
titulares como “La vida de lujos de Fidel Castro en Cuba queda al
descubierto” (3) o “Fidel, una vida de maharajá” (4), para promocionar
el libro “La vida oculta de Fidel Castro”, que recoge las acusaciones de
Juan Reinaldo Sánchez, exmiembro del equipo de seguridad de Fidel, y
quien fuera sancionado a comienzos de los años 90.
El libro sostiene que el líder cubano “tiene islas, yates y
mansiones”. “La historia que ningún idealista quiere escuchar –leemos-:
el “paraíso socialista” está gobernado por hombres que viven con lujos
inimaginables para muchos líderes de países capitalistas” (5).
En este enésimo intento de ensuciar la imagen de Fidel Castro, los
embustes son clamorosos. Nos dice que “el expresidente cubano vive en la
isla privada de Cayo Piedra” (6). Falso: esta es una casa del estado
cubano, destinada durante años a la recepción de personalidades
políticas, especialmente de EEUU, a quienes por discreción y para evitar
las sanciones del bloqueo, no era conveniente recibir en la Isla de
Cuba. En cualquier caso, una propiedad del estado cubano, no de Fidel
Castro.
Es exactamente el mismo argumento de la revista Forbes que, al
reconocer que “la estimación de estas fortunas es un asunto muy
complicado”, decidió -con total descaro- asignar a Fidel un porcentaje
del producto interior bruto del país como propiedad suya (7).
El libro sostiene también que Fidel tiene “una veintena (de
residencias) en Cuba” (8). Falso: el mandatario, a lo largo de 6
décadas, ha cambiado tres veces de domicilio, que siempre ha sido uno.
En el actual reside, desde hace varias décadas, con su esposa, varios
hijos y nietos. Las supuestas veinte residencias serían, a lo sumo, las
casas de protocolo del Estado cubano para recibir a invitados
internacionales.
Recordemos un show similar que, hace unos años, protagonizara
Dashiell Torralba, expareja sentimental de uno de los hijos de Fidel
(9). Curiosamente, el video que mostró en la televisión de Miami, con
imágenes de la residencia del mandatario, causaron una notable decepción
en la audiencia: lejos de visibilizar sus “lujos”, mostraron la
sencillez de sus condiciones de vida.
Reinaldo Sánchez asegura en el libro que, entre las propiedades de
Fidel, estaría “un lujoso yate”. La única fotografía que aporta –eso sí-
es una del mandatario en un pequeño bote artesanal de pesca, una de sus
bien conocidas aficiones (10). Otra prueba de ostentación sería que
Fidel solía “trasladarse en un Mercedez-Benz” (11). Cierto. Este
automóvil puede contemplarse en la película “Comandante”, de Oliver
Stone: un vehículo blindado de modelo antiguo y gama baja, absolutamente
funcional y sin apenas elementos de confort (12).
Pero hay medios que agrandan el esperpento con sus propios
resbalones. El diario español “El Mundo” aseguraba que Reinaldo Sánchez
“combatió junto a Castro en la Sierra Maestra” (13). Increíble: porque,
al tener actualmente 65 años, en la época de la guerrilla cubana esta
persona tendría ¡9 años! El diario, además, lo presenta como “el escolta
favorito de Castro durante 17 años”. Un nuevo embuste: esta persona fue
uno más de un amplio equipo de seguridad, que fue rotando por funciones
tan diversas como la seguridad del Presidente, los llamado “grupos
operativos” o la escolta de familiares. Pero de ninguna manera fue su
“escolta favorito”.
Los disparates de este personaje son clamorosos: que Fidel “dirigía
operaciones de cocaína”; que “guardaba cientos de diamantes en una caja
de cigarros” ya que “tenía la mentalidad de un pirata del Caribe”; o que
“quiso convencer (…) al escritor Gabriel García Márquez (…) para que se
lanzase con su apoyo a tomar el poder en Colombia”.
Para adornar el cuento, endosa al líder cubano excentricidades de
toda índole. Algunas son disparates. Pero entre las “extravagancias”
incluye también que “el ex mandatario se mueve siempre con una escolta
de diez custodios” (14). Curiosa “extravagancia” la seguridad de un
líder mundial que ha sufrido la friolera de 634 atentados con sello de
la CIA y de los grupos de ultraderecha de Miami (15).
El 15 de mayo de 2006, Fidel Castro desafiaba también al presidente
de EEUU: “Tengo el honor de poder decir que no poseo ni cuento en mi
haber con un solo dólar. (…) Toda mi fortuna, señor Bush, cabe en el
bolsillo de su camisa. Desafío (…) a la CIA, a los 33 organismos de
inteligencia de Estados Unidos, a los miles de bancos que hay en el
mundo (…) a que prueben que tengo aunque sea un solo dólar” (16). Hoy,
cuando vuelven campañas de desprestigio como esta, sus palabras siguen
esperando respuesta.
José Manzaneda*
*Coordinador de http://www.cubainformacion.tv .
(1) Mesa Redonda Informativa, Cubavisión, La Habana, 15 de mayo de 2006.
(4) El Correo, edición en papel, 24 de mayo de 2014, página 74.
(10) El Correo, edición en papel, 24 de mayo de 2014, página 74.
(12) http://www.youtube.com/watch?v=ASBs... (ver min. 6:23)
Nota del administrador:
Sin desmentir al amigo Manzaneda, puedo ratificar que Fidel tiene millones, pero no en dineros o riquezas materiales. Tiene millones de cubanos -incluidos ciudadanos de todo el mundo-, que lo admiran y le respetan.
Fidel es millonario en amor, en seguidores de sus ideas y, sobre todo, en camaradas de lucha por un mundo mejor.
Esa es su suerte y su única riqueza.
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