El ántrax, una bacteria que vive en esporas inactivas, se
activa al ser ingerida o inhalada por personas. De ser así, puede
causar la muerte.
La buena noticia es que hay formas de inactivar
la bacteria. La mala es que para hacerlo se necesita de radiación, y
no todos los laboratorios están equipados con las tan necesarias y
costosas máquinas de irradiación.
Razón por la cual científicos
del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus
siglas en inglés) intentaron desarrollar una técnica de desactivar
estas bacterias con sustancias químicas. Pero el experimento fue un
fracaso.
El problema es que pensaron que sí había funcionado, y en el CDC unos 75 científicos terminaron expuestos al ántrax.
La exposición ocurrió entre el 6 y 13 de junio, pero sólo este jueves se dio a conocer la noticia.
Los
trabajadores de tres laboratorios de la prestigiosa agencia
estadounidense, que se encarga de la prevención y control de
enfermedades y otros problemas de salud ambiental no sólo en EE.UU. sino
también en el resto del mundo, manipularon y experimentaron con las
muestras de la bacteria sin la protección adecuada.
Pensaban que el ántrax estaba inactivo.
En un comunicado, el CDC explicó que es posible que se hayan "rociado las esporas". Es decir, se esparcieron al aire.
El
CDC se encarga de la prevención y control de enfermedades y otros
problemas de salud ambiental, no sólo en EE.UU. sino en el resto del
mundo.
El origen de este polémico error está en el objetivo del
primer experimento, en el que científicos estaban desarrollando una
forma de probar polvos y líquidos que pueden o no tener ántrax en
laboratorios más pequeños con sustancias químicas, en lugar de
radiación.
Después de que la bacteria fue tratada con las
sustancias, se dejó 24 horas en incubación. Una vez cumplido el plazo,
los investigadores vieron que las colonias no habían crecido, por lo
que asumieron que la bacteria estaba muerta.
Pero, como explicó a
los medios Paul Meechan, director de seguridad y salud ambiental del
centro, "no funcionó tan bien como pensaron".
Esta bacteria que
creían muerta se envió a laboratorios de menos seguridad, donde
trabajan con organismos de bajo riesgo y -por consiguiente- los
técnicos no están vacunados contra el ántrax ni usan equipos avanzados
de protección.
Una vez que este segundo grupo de científicos terminó de usar las muestras, empezaron a eliminar las placas de Petri.
Para
su asombro, y el del resto del mundo, se dieron cuenta que habían
crecido colonias de ántrax. La bacteria había sobrevivido.
Cepa letal
Lo que agrava la situación es que se trataba de una cepa letal.
En
diario estadounidense The New York Times informó que con frecuencia
las investigaciones se hacen con una cepa mucho más segura, que se usa
en las vacunas de animales.
"Puede infectar, pero no puede seguir
reproduciéndose porque no tiene la capa exterior que la protege del
sistema inmune animal", se lee en el artículo.
No obstante, en
este caso se utilizó la cepa más peligrosa porque, de acuerdo con las
declaraciones de Meechan, la prueba era justamente para detectar las
más letales.
Ahora, los científicos afectados están siendo
tratados con antibióticos, a pesar de que no han mostrado síntomas.
Pero como normalmente el período de incubación es de más de dos
semanas, y algunas veces puede llevar meses, es posible que los
síntomas aparezcan más tarde.
Los síntomas a la exposición de
ántrax incluyen úlceras en la piel, náusea, vómito y fiebre. Si no se
trata, puede causar la muerte.
Si bien el CDC cree que sólo unas
siete personas tuvieron contacto directo con las muestras, sospecha que
son unos 75 individuos los que pudieron haber sido expuestos.
A todos se les aplicó un tratamiento con el antibiótico ciprofloxacina, así como una inyección de la vacuna contra el ántrax.
Entre
tanto, la agencia está investigando las razones por las cuales se
produjo este incidente. Y el FBI le dijo a la BBC que estaba
colaborando.
El ántrax entró en la conciencia estadounidense y
global en el 2001, cuando poco después de los ataques del 11 de
septiembre empezaron a llegar cartas contaminadas con polvo de esta
bacteria a medios de comunicación y oficinas de senadores
estadounidenses.
BBC Mundo
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