Francia y Reino Unido cerraron, temporalmente, sus embajadas en la
capital de Yemen, Saná, y pidieron a sus ciudadanos abandonar el país,
debido a la precaria seguridad. EE.UU. ya había hecho lo propio este
lunes.
El viernes pasado, los rebeldes chiitas houthis forzaron la salida
del presidente de transición, Abed Rabbo Mansur Hadi, y disolvieron el
Parlamento. En días recientes numerosos opositores de la mayoría sunita
salieron a las calles para protestar contra la toma de poder. También se
teme un aumento de los ataques de la red Al Qaeda, muy activa en Yemen.
"Recientes acciones unilaterales interrumpieron el proceso de
transición político en Yemen, creando un riesgo de nueva violencia que
amenaza a los yemeníes y a la comunidad diplomática", indica el
comunicado.
Chiitas contra sunitas y viceversa
Por su parte, el secretario de Estado británico para asuntos de
Cercano Oriente, Tobias Elwood, anunció que la embajada de su país ha
sido evacuada y que el embajador abandonó el país esta mañana. El país
seguirá trabajando "para ayudar a Yemen a conseguir una transición
política legítima y transparente en la que todos los yemenitas estén
representados", indicó.
A su vez, la embajada francesa en Yemen anunció que cerrará por
tiempo indeterminado a partir de hoy. En un comunicado en su web, la
legación pide a todos los franceses que abandonen el país lo antes
posible, "por los recientes sucesos políticos y por motivos de
seguridad".
Los houthi pertenecen a la secta chiita de los zaidíes, cuyos imanes
gobernaron el norte de Yemen hasta 1962. Desde entonces han
protagonizado varias revueltas contra los gobiernos sunitas en Saná. Sus
milicias armadas han tomado el control en las calles en numerosas
regiones del país.
Al Qaeda y drones
El líder houthi Abdel Malak al Huthi argumenta la toma del poder con
la intención de evitar que Al Qaeda gane aún más terreno. También
Washington considera a la rama yemenita de la red terrorista como
especialmente peligrosa y la combate con drones sobre el terreno.
La crisis amenaza con convertirse en un conflicto regional, después
de que el Consejo de Cooperación del Golfo -formado por Arabia Saudí,
Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Qatar, Kuwait y Omán- calificaran la
toma de poder de los houthis como un golpe y anunciaran "todas las
medidas necesarias" para defender sus intereses.
Estados Unidos y Arabia Saudí apoyaban al destituido presidente Hadi y
acusan a Irán, de mayoría chiita, de apoyar a los houthis, algo que
desmienten los propios rebeldes.
JOV (dpa, Reuters)
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