El nuevo enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, el
argelino Lakhdar Brahimi, trata de mantener distancia con los rebeldes
sirios que le exigen mostrarse más activo en el arreglo del conflicto en
el país, comunicaron hoy medios internacionales.
"Recuerden que no pienso unirme a su movimiento, estoy trabajando
para dos organizaciones internacionales, las Naciones Unidas y la Liga
Árabe. No hablamos el mismo idioma", dijo Brahimi a la BBC en Nueva
York.
A pesar de su gran experiencia como diplomático, Brahimi calificó su
misión de "casi imposible" por la escalada de violencia que vive Siria.
"Llego a este trabajo con los ojos abiertos, sin ilusiones. Sé lo
difícil que es, casi imposible. No puedo decir imposible, sino casi
imposible", comentó.
Brahimi, de 78 años, fue ministro de Exteriores de Argelia en
1991-1993. Antes ejerció de representante argelino en la Liga Árabe,
colaboró con la ONU y fue su enviado especial para Sudáfrica, Haití,
Irak y Afganistán.
El anterior enviado especial para Siria, Kofi Annan, anunció a
principios de agosto pasado que no renovaría su mandato debido al
fracaso de su plan de paz.
Los enfrentamientos armados entre las fuerzas leales al presidente
sirio, Bachar al Asad, y los rebeldes causaron 17.000 muertos en Siria
desde marzo de 2011, según datos de la ONU.
Moscú, Ria Novosti
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