Ya no hay dudas de que la OTAN está coordinando una guerra secreta de
gran envergadura contra Siria. A raíz de la decisión tomada en noviembre
de 2012, la fusión de los dos centros de mando de sus fuerzas
terrestres proporcionó la oportunidad de trasladar su estado mayor a
Turquía. Desde que Qatar se jubiló, es de ese estado mayor que provienen
la logística y las órdenes para los mercenarios desplegados en Siria.
- El 11 de julio de 2013, el almirante Bruce W. Clingan, comandante de las fuerzas de la alianza atlántica en Nápoles (Italia), recibe al general Frederick B. Hodges, comandante de las fuerzas terrestres en Izmir (Turquía).
Como un aparato electrodoméstico, el Mando de la fuerza conjunta de la OTAN en Nápoles (JFC Naples) se mantiene oficialmente en stand-by,
o sea listo para entrar en guerra en cualquier momento. El Comandante
Supremo de las fuerzas de la OTAN en Europa (que siempre es un general
estadounidense nombrado por el presidente [también estadounidense]) le
ha ordenado mantener en estado de eficiencia máxima la fuerza de
respuesta de la OTAN –conformada por las unidades terrestres, aéreas y
navales tecnológicamente más avanzadas– para poder realizar en 48 horas «cualquier misión en cualquier lugar».
El nuevo cuartel general del JFC Naples en Lago Patria, construido
para un equipo de más de 2 000 militares y que puede además ampliarse en
función del «futuro crecimiento de la OTAN», está en plena actividad. Miembros de todos los países de la OTAN están llegando a esa instalación, para sumarse al staff, para una serie de maniobras que permiten al JFC Naples estar «listo para operaciones militares como las de Protector Unificado», o sea la guerra de 2011 contra Libia.
Lo que hoy se encuentra en el colimador del JFC Naples es Siria. Sin
que aparezca oficialmente por ninguna parte, la OTAN está realizando
contra ese país –a través de fuerzas infiltradas– una operación militar
encubierta, pero que puede en cualquier momento pasar a ser oficial
imponiendo una «no-fly-zone», como en el caso de Libia.
El puesto avanzado de la operación militar contra Siria es Turquía,
donde la OTAN tiene más de 20 bases aéreas, navales y de espionaje
electrónico. A estas se agrega ahora uno de los mandos más importantes
de la OTAN: el LandCom, responsable de todas las fuerzas terrestres de
los 28 países miembros, activado en Izmir (Esmirna). El traslado del
mando de las fuerzas terrestres a Turquía –a las puertas del Medio
Oriente, sobre todo de Siria e Irán, y de la región del Mar Caspio–
indica que los planes Estados Unidos/OTAN incluyen también el uso de
fuerzas terrestres, sobre todo europeas, en esa área de primera
importancia estratégica. Eso lo confirma el hecho que el general
estadounidense Philip Breedlove, recientemente nombrado por el
presidente Obama como Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN en
Europa, viajó a Izmir en julio para acelerar los plazos que se han dado
al LandCom para alcanzar su «plena capacidad operacional».
Inmediatamente después, el general estadounidense Frederick Hodges,
responsable del mando de Izmir, viajó a su vez a Nápoles para coordinar
la actividad del LandCom con la del JFC Naples. Allí fue acogido por el
almirante estadounidense Bruce Clingan, quien es a la vez comandante de
la Fuerza Conjunta aliada en Nápoles, de las fuerzas navales
estadounidenses en Europa y de las fuerzas navales del CentCom.
Tenemos en la mesa un juego estrategico de las tres cartas, que
permite al Pentágono estar siempre al mando. Por ejemplo, en 2011
dirigió la guerra contra Libia: primero, a traves del CentCom y más
tarde mediante el JFC Naples, ambos con el apoyo de las fuerzas navales
de Estados Unidos en Europa.
¿Y Europa? Según lo que ha dicho el Comandante Supremo de las fuerzas
de la OTAN ante una comision del Congreso [estadounidense], Europa es
importante para Estados Unidos: las bases en Europa no son simples y
residuales «bastiones de la guerra fría» sino «bases operacionales avanzadas»
que permiten a Estados Unidos mantener a la vez el CentCom y el
CentralCommand, en cuya área se halla el Medio Oriente. Esas bases son,
además, esenciales para «la seguridad del siglo 21» garantizada por una «alianza poderosa y eficiente» dirigida por Estados Unidos, que posee «24 000 aviones de combate, 800 navíos militares oceanicos, 50 aviones-radar Awacs».
Una alianza (pero esto no lo dicen) cuyo gasto militar se eleva a más
de 1 000 millardos [1 millardo = 1 millones] de dólares al año. Para
mantener constantemente listo para la guerra un mando como el de
Nápoles, ciudad [italiana] que muestra una cantidad record de
desempleados, también en stand by en la vana espera de un puesto de trabajo.
Manlio Dinucci
Fuente
Il Manifesto (Italia)
Il Manifesto (Italia)
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