Bradley Manning no "ayudó al
enemigo" al permitir la mayor filtración de documentos secretos de la
historia de Estados Unidos y aunque esquivó una casi segura cadena
perpetua, su culpabilidad en otros 17 cargos podría dejarlo tras las
rejas más de un siglo.
Pero el que la jueza-coronel Denise Lind
desestimara ese cargo, el más grave, y no aceptara todos los argumentos
de la acusación –como temían los simpatizantes del exsoldado- podría
llevar a algunos a decir que este juicio demostró que el "debido
proceso" está garantizado.
Eso iría en contra de la defensa
esgrimida por otros célebres filtradores de información, como el
fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y el exanalista de inteligencia,
Edward Snowden, quienes aseguran que nunca recibirán un juicio justo en
cortes estadounidenses y, por tanto, se mantienen fuera del alcance de
su brazo justiciero.
Aunque satisfechos con que no haya sido nombrado
"ayudante del enemigo", los grupos afines al exsoldado recuerdan que
este martes la jueza Lind empieza la fase de sentencia y advierten que
el exanalista militar de inteligencia podría recibir hasta 137 años de
prisión.
Algo que unos consideran desproporcionado y que
por tanto sirve como otro argumento para justificar la renuencia de
Snowden y Assange de vérselas con la justicia estadounidense.
"Nada cambia"
Libertad de expresión salvada
La jueza Lind contrarió –y asustó- a muchos cuando aceptó el cargo de "ayudar al enemigo" que presentó la acusación a Manning y que habría implicado para el soldado de 25 años una cadena perpetua sin posibilidad de salir nunca en libertad condicional.
La sola aceptación del cargo fue vista por organizaciones de derechos civiles y gremios periodísticos no sólo como una "evidencia" de excesos del proceso legal, sino como una amenaza contra la libertad de expresión y de prensa.
Y aunque el resultado en el caso de Manning dio un respiro a quienes temen por el futuro de la libertad de expresión, organizaciones de derechos humanos destacan cómo el gobierno de Barack Obama ha redoblado sus esfuerzos para procesar penalmente a quienes den a conocer información clasificada.
En su prolongado y forzado tránsito de más de un
mes por el aeropuerto de Moscú, Edward Snowden no recibió esa grave
acusación de "ayudar al enemigo", aunque sí varios cargos dentro de la
Ley de Espionaje de 1917.
Assange no tiene proceso pendiente en EE.UU.,
aunque teme que si Londres lo extradita a Suecia para que responda por
supuestos delitos sexuales (de los que no está acusado aún) lo
entregarán a Washington por publicar los documentos que le entregó
Manning.
Y aunque no se han presentado cargos contra el
fundador de WikiLeaks, fuentes del Departamento de Justicia reconocen
que siguen analizando el caso y eso mantiene a Assange desde hace más de
un año refugiado en la embajada de Ecuador en la capital británica.
"Si el gobierno trata de usar el juicio de
Bradley Manning como demostración de imparcialidad del sistema legal
estadounidense, diría que es una gran broma", dijo a BBC Mundo el
portavoz de WikiLeaks, Kristin Hrafnsson.
"No veo nada balanceado en este juicio. El que
la jueza haya desestimado la descabellada acusación de ayudar al enemigo
no cambia la seriedad del veredicto", aseguró Hrafnsson, quien dice que
el resultado del juicio de Manning "no cambia la situación" para
Assange y Snowden.
Amnistía Internacional, Reporteros sin
Fronteras, comparten la opinión de WikiLeaks de que el proceso contra
Manning es un ataque contra la libertad de expresión y el derecho de la
ciudadanía a conocer las cosas que los gobiernos dicen hacer en su
nombre y en aras de la seguridad nacional.
Manning como ejemplo
La situación del soldado Manning es usada por
los asesores legales de Snowden y de Assange para ilustrar que sus
representados no tendrían las garantías necesarias en un tribunal, el
uno por dar a conocer un ultrasecreto programa de vigilancia telefónica y
el otro por usar la información recibida de Manning para ponerla en el
sitio WikiLeaks.
Tras entregarle en 2009 a WikiLeaks decenas de
miles de cables y documentos diplomáticos secretos, en 2010 Manning fue
arrestado y confinado a arresto solitario, en ocasiones bajo supervisión
para evitar un suicidio.
Durante el proceso, la jueza Lind determinó que
Manning había sido maltratado por sus carceleros –otro argumento
esgrimido por Assange y Snowden- y por tanto le dio el derecho a
descontar 144 días a la sentencia que le vaya a imponer.
Es posible que en Washington presenten el caso
Manning como demostración de equilibrio, imparcialidad e independencia
del sistema legal estadounidense, lo que es casi seguro es que esos
argumentos no convencerán ni a Snowden ni a Assange de ponerse en manos
de esa justicia de la que siguen desconfiando.
BBC
Tomado de http://www.bbc.co.uk
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