La cara visible de la Fundación Contra el Terrorismo es
Ricardo Méndez Ruiz Valdés, pero detrás se encuentra un sector de extrema
derecha que busca manejar el país como lo hicieron de 1954 a 1996 –época
sangrienta, genocida y vergonzosa del siglo XX–, incluye a militares, elite
capitalista e inversionistas extranjeros que ven a comunidades y líderes mayas,
mestizos y ladinos como enemigos, porque le reclaman al Estado el cumplimiento
de la legislación nacional e internacional para que se respeten sus decisiones
en sus territorios.
Méndez Ruiz es la continuidad de la línea política e
ideológica estática y delirante que promovieron Mario Sandoval Alarcón y Lionel
Sisniega Otero, quienes defendieron públicamente –desde antes de la
Contrarrevolución hasta sus muertes– la violencia institucionalizada y el
asesinato individual o colectivo de opositores políticos incluyendo a mujeres
embarazadas y niños.
Este año, ante el avance del proceso en contra de los
generales Efraín Ríos Montt y Mauricio Rodríguez Sánchez por genocidio en
contra del pueblo Ixil arreció la incidencia de Méndez Ruiz en medios de
comunicación, con el apoyo de militares y periodistas a su servicio para recabar
información y elaborar suplementos en contra de organizaciones y líderes. Lo
que caracteriza a estas publicaciones es la falta de argumentos conservadores
lógicos y neoliberales que puedan ubicarse en una escuela de análisis.
Pobremente recurren a listas de personas, cifras sobre financiamiento,
proyectos tomados al azar que son alterados y presentan una realidad
distorsionada, construida con base a calumnias, difamaciones y chismes en
contra de personas y organizaciones. Un método que ha probado ser altamente
efectivo en el país.
Méndez Ruiz y sus financistas no pueden acabar con sus
contrarios con la brutalidad con la que lo hicieron, ni exterminar la vida de
sus enemigos cometiendo genocidio y actos de lesa humanidad con impunidad y
apoyo del Estado, por eso, recurren a publicaciones que promueven el
desprestigio y el linchamiento social, nacional e internacional, de líderes,
profesionales, defensores y organizaciones. Ante esto, es fácil discernir que
es Méndez Ruiz quien ejerce el terrorismo, un nuevo terrorismo pero con viejas
caras, que aún no ataca con balas pero sí con calumnias.
Por IRMALICIA VELÁSQUEZ
NIMATUJ
Tomado de EP
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